CAPÍTULO 7

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En la cafetería. Después de los 10 días.

—¿Por qué no pides otra cosa más?— me preguntó Namjoon, quien llevaba a la boca un pedazo de pan con crema de avellana.

¿Qué me recomiendas tú?—le respondí. Namjoon se quedó un rato con la cabeza ocupada, pensando que debía responder.

—mmm... quizás unos waffles...— no esperaba que Hoseok me diera la respuesta.

Está bien—. Les dije.
Los dos rieron por lo que había dicho, pero yo no entendí el porqué les resultó gracioso. Mi piel blanca se coloraba muy fácil, bastaba con eso para que lo lograran.

—Te apuesto a que, si yo lo decía, iba a ser rechazado— dijo Namjoon.

Le di un trago al café mientras veía a Namjoon llamar al mesero. El chico llegó. Cabe decir que, en este día, el mesero Seokjin no había asistido a la cafetería. No sabía la razón, a cambio de eso, estaba otro chico a cargo de atender, quién no conocía.
Vestía ropa negra, muy diferente a como suele vestir Seokjin, usaba ropa más ligera, con botas que parecían pesadas, con su característico gafete con su nombre en dorado.

—Jungkookie ¿puedes traer unos waffles para Yoongi? —le ordenó Namjoon.

—Con gusto —. Se retiró.

Los tres nos quedamos en silencio total. Namjoon alzó su ceja viéndome y se dio cuenta que no entendía quién era. 

—Vaya. Como dijo Seokjin; Jungkookie es de pocas palabras— dijo Hoseok con esa sonrisa que tanto amo.

—Hablando de Seokjin... — le puse atención al chico moreno, porque de alguna manera yo también tenía mucha curiosidad del por qué no había asistido. —Dijo que nos vería en dos días. Fue a ver a su abuela a su pueblo natal—. Eso explica todo.

—Que lindo— dijo Hoseok. De cierta manera eso me había causado algo que no sabía exactamente qué era. —Por lo menos él salió de esta ciudad a refrescarse un poco—.

—¡Ah! — la boca llena de Namjoon no dejó salir las palabras completas hasta que tragó todo el pan —Ya sé que es lo que quieres— se limpió un poco.

Hoseok rió con ternura y sentí en mis oídos pequeñas cosquillas. Yo no había entendido de que hablaban, me perdí en su conversación. Solo veía a Hoseok y Namjoon reír y darse la mano... Lo cual, volví con esa extraña sensación.

—¡Vamos! Quiero sentir la arena y el agua de nuevo— dijo Hoseok mientras se estiraba en el asiento dejando ver sus lindos brazos delgados.

Deduje que hablaban acerca de una salida al mar. Tenía en mi mente cómo sería estar junto a él enfrente de aquel océano azul. Quizá tomando su delicada mano y viendo sus ojos inquietos mientras el sol se iba.

—¡Yoongi! —

¿Eh? — fue lo único que pronuncié. Me sacaron de aquella burbuja en la que estaba. Me había ido del mundo por un segundo.

—¿Vendrás con nosotros? — me preguntó el protagonista de mis pensamientos.

Por un cierto momento, mis cuerdas no pudieron formular algo, ni un sonido. Opté mejor por un movimiento positivo algo frenético.
El chico moreno le tradujo mi gesto al chico ciego y este sonrió tan amplio que todos sus dientes blancos se lucieron. Formaba ese tan famoso corazón y su Yeeei~ lo era todo para mí.

No sabía qué sentir en ese momento, pero posiblemente era una felicidad que hacía mi cabeza dar vueltas. En eso llegó el pequeño waffle que habíamos pedido hace rato, y con mucho gusto lo comí. Sentí que era el waffle más delicioso del mundo, quizá sea por el simple hecho de que me sentía tan genial.

𝕊𝕚𝕟 𝕧𝕖𝕣. 𝕊𝕚𝕟 𝕙𝕒𝕓𝕝𝕒𝕣.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora