CAPÍTULO 13

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Narra Yoongi

Esos malditos días fueron los más eternos de toda mi infeliz vida.

Pasé hospitalizado casi una semana, tiempo perdido, tiempo que jamás podré recuperar de mi perra vida.

Tenía tanta rabia en mi cuerpo por culpa de esa estúpida mujer que de humano no tiene nada.
Podía recordarlo todo, cada palabra que me dedicó en nombre de la idiotez humana. No podía creer que su actitud haya provocado el peor accidente.

Ahora no podía comunicarme con las personas, tuvieron que cambiarme de médico porque no entendían en lenguaje de señas. Me mantuvieron en cama por 5 días, aunque ya me habían visto caminar a la perfección.

Se negaban a darme de alta, pero de tantas veces que les rogué porque tenía que ir a ver al chico más hermoso de la vida, ellos accedieron.

No tenía teléfono. No tenía el parlante ni dinero. Toda mi estancia en el hospital tuvo que ser pagada.

Me encontraba caminando por las calles a casi mitad de la noche. Tenía un dolor agudo en mi pierna y brazo derecho, por culpa de ese impacto, mis músculos sufrieron un leve desgarre. Pero quería llegar a ese chico.

Lo primero que quiero hacer después de salir del hospital es ver a Hoseok. El amor de mi vida.

No me importó caminar más de dos horas, en madrugada, sin dinero, ni teléfono ni vocal. Lo hacía por él.

Quería decirle cuanto lo amo y que todo este tiempo he estado en el hospital, extrañando el vainilla de su piel, y sus largas horas de charla. Creo que extrañaba más que eso.

Cuando llegué a esa casa verde, noté que las luces estaban apagadas. Ellos se encontraban dormidos. No quise esperar, deseaba verlo, no me importó si Namjoon iba a matarme o no. Con tal de que me deje abrazarlo y quizá... Robarle un beso.

Toqué la puerta con desesperación y sangre caliente. En ese momento sentía dos personalidades mías encima una de otra. Pero no podía hacer mucho, tenía un dolor en un brazo.

Volví a tocar porque vi que se estaba tardando mucho, se encendió la luz del piso de arriba y supe de inmediato que Namjoon estaba bajando.

De solo recordar que era su hermana mi sangre quedó hirviendo.

El chico se puso detrás de la puerta y jadeo con fuerza.
—¿¡Min Yoongi!? — abrió la puerta y no resistí más. Mi furia se desató con él. Lo empujé con mi único brazo bueno y este cayó al suelo por desprevenido. —¡¿qué te sucede?! — me gritó y claramente no le respondí. Empecé a hacerle señas muy rápidas rezando para que comprendiera.

Tu hermana me quitó el parlante

Quedó sorprendido ante mi declaración ¿Qué? —.

Pensé que no había entendido mi lengua, pero en cuanto me respondió con una seña más quedé tan complacido.

¿Dónde está esa maldita perra?

—Espera, espera... Tranquilízate un poco, que estás insultando a mi hermana — se levantó.

No me importa que sea tu hermana. Ella provocó que me impactara un carro.

—¿QUÉ?— murmuró con fuerza.

Eran las dos de la mañana y estaba Hoseok dormido. Namjoon y yo estábamos peleando a lengua muda. Lo más gratificante era que él me estaba entendiendo.

Él me examinó de cuerpo completo. Le mostré mi rostro, mis piernas, brazos y costados. Al principio no me creyó, pero con todo esto, se llevó las manos a la cabeza.

𝕊𝕚𝕟 𝕧𝕖𝕣. 𝕊𝕚𝕟 𝕙𝕒𝕓𝕝𝕒𝕣.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora