CAPÍTULO 16

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Narra Hoseok 

Me sentía mal. 

Sé que era de noche, pues estaba muy oscuro. Yoongi me había preparado la sorpresa más linda de todas por mí, pero cuando decidimos dormir, la noche se me hizo muy pesada. 

No podía dormir tranquilo, un pequeño dolor en mi hemisferio derecho me molestaba. Traté de no moverme mucho para no despertar a Yoongi, pero cada vez se intensificaba. No quería preocuparlo. 

Mi cabeza dio vueltas, y como pude, traté de mantenerme con los ojos cerrados intentando calmar el dolor, pero estos también me dolían.

Estaba pasando otra vez. 

Sentía pequeñas descargas eléctricas en mi rostro y parte de mi cuerpo, todo era terriblemente asfixiante. 

Di una pequeña patada involuntaria de dolor, eso me alarmó y temí a que Yoongi se despertara. No sabía cómo llamarle a Namjoon, no tenía teléfono, Yoongi tampoco, estaba teniendo una guerra temible.  

Me aferré a su pecho y escuché sus latidos. De una u otra manera eso me hizo feliz, me tranquilizó un rato, pero el dolor es una respuesta que hace que ignores todo aquello, no importa si es felicidad. 

Clavé mis uñas por accidente en la espalda de Yoongi. 

—¿mmm?— me decepcioné por haber despertado a mi novio. No le dije nada, me moví un poco más. Yoongi me abrazó y acarició mi cabello, volviendo a dormir. 

Una pulsada grave me dio un choque eléctrico en mi cabeza, moví mi cuerpo de forma involuntaria provocando que de nuevo Yoongi se despertara y tratara de decirme algo. Se movió por algo y en un segundo ya podía entenderlo. 

¿qué pasa?— me preguntó con voz ronca y su aparato lo limpió. No tenía de otra más que decirle que iba a desmayarme. 

—Yoongi...— sollocé de dolor —Me duele...— Yoongi se movió y me revisó. 

¿qué te duele?— no le respondí, no pensaba correctamente —Dios mío, Hoseok dime ¿qué te duele?— me dijo bastante inquieto.  Me tomó de mi espalda y me hizo sentarme en la cama, en ese momento sentí que todo mi cuerpo se ponía muy frío. Lloré por la incomodidad que me causaba la cabeza. 

Todo me daba vueltas, ni siquiera supe si él encendió la luz o no, no podía ver nada, todo era muy oscuro. Me llevé las manos a la cabeza y apreté con fuerza intentando calmar el dolor, pero fue en vano. 

Escuché que Yoongi hizo algo en la cocina, movió y cerró sus gabinetes, pronto sentí que tomó mi rostro. 

Toma esto, quizá te tranquilice— escuché. Me dio una pastilla que sé que no iba a resultar victoriosa. Me dejó un rato en lo que él abrió la puerta y escuché como tocaba otra. —¡Noona! ¡Noona, abre la puerta, rápido!— decía con desesperación. El chico volvió a mí y tomó mi cuerpo para recostarme nuevamente.  

Yoongi era muy gentil conmigo, pero me entristecía que esté tan intranquilo. Lloré más fuerte cuando el dolor creció, no pude evitar pegar un chillido. Su voz sonó tan lejos que creí que no estaba conmigo. 

La oscuridad se volvió silenciosa, no podía escuchar nada, estaba quedando dormido.  

Narra Yoongi

Mi novio dejó de moverse. En ese momento mi corazón se detuvo. 

—¡Aquí está!— me dijo esa anciana entregándome un teléfono para llamar a urgencias. Marqué con velocidad y los segundos que tardaron en contestarme fueron eternos. 

𝕊𝕚𝕟 𝕧𝕖𝕣. 𝕊𝕚𝕟 𝕙𝕒𝕓𝕝𝕒𝕣.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora