El planeta de Eiden

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Maratón 3/5

RENNAN

Cerré los ojos recordando sus labios...
Su rostro...
Su sonrisa...
Recordandolo a él.

El día con Eiden seguía intacto en mis pensamientos y mi cuerpo sentía la ausencia del suyo; mis ojos extrañaba verle, yo le extrañaba. No supe con exactitud como pasó, pero una vez él posó sus finos labios sobre los míos uniéndonos en un beso, algo dentro de mi sabía que todo estaría bien.

Estaba un paso más cerca de él; una vez en Júpiter me quedaban pocos planetas para alcanzarle y estaba seguro de lograrlo. Luego de ese beso solo permanecimos de pie frente al otro, atrapados en ese aro de hula con nuestras frentes unidas y sin saber que más hacer o decir.

Algo dentro de mí sabía que este momento pasaría; era como si estuviésemos destinados a estar juntos. Por que no importa el tiempo, al final ambos terminaríamos dentro de un hula hula mirando fijamente al otro sin importarnos el mundo exterior.

—¿Que se supone que va a pasar ahora?— susurró; sus ojos permanecían cerrados y su frente aún se mantenía unida a la mía; lo conocía lo suficientemente bien para saber que estaba pensando.

—¿Qué quieres que pase?—susurré. Se limitó a encogerse de hombros y soltar un suspiro.

El silencio reunió durante unos segundos; Eiden intentaba encontrar las palabras adecuadas y yo no tenía prisa. No quería estar en otro lugar que no fuese este.

—Rennan; no soy lo que esperas— intenté hablar pero posicionó una mano en mi pecho para detenerme— soy impredecible. Sabemos que guardo secretos y te prometí contarte cada uno de ellos; pero no aún. Normalmente no sé lo que quiero, pero ahora mismo sé que te necesito...

—¿Por qué supones lo que yo espero?—abrió los ojos una vez me escuchó — No quiero lo que desean los demás chicos. Yo quiero a un Eiden Price; no importa que tan problemático sea eso...

Se quedó callado durante unos segundos, aun así un sonrojo subía de sus mejillas a sus orejas y poco a poco fue mostrando una sonrisa hasta soltar una pequeña risa.

— Sé que eres todo un mundo Eiden. Pero, es todo lo que necesito — mis palabras lograron que el pequeño pase sus brazos por mi cintura abrazandome y pegue su cabeza a mi pecho.

— Cooper eres un tanto masoquista— se burló de mí; eso me hizo gracia.

— Lo sé —

—¿Podemos solo ser nosotros?— murmuró abrazandome con mayor fuerza en busca de cariño. Su tono de voz era neutro y poco expresivo como siempre, pero lo no verbal hablaba por él.

— ¿Sólo dos planetas?— sonreí ladino. En mis pensamientos podía escucharnos de niños gritar "Planeta Rennan/Eiden"

Él negó

— Necesito que reconstruyas mi planeta Rennan; y lo haces muchas veces sin darte cuenta — su voz expresaba cierta melancolía. Sólo logré abrazarle con cuidado para que me sintiese cerca.

— Seremos un planeta Eiddie— susurré en su oído haciéndole sonreír.

Quizá ambos nos necesitamos más de lo que pensamos; y justo ahora estamos tomando lo que queda de nuestros mundos para crear uno nuevo, juntos.

Sentí una almohada impactar en mi rostro; sacudí la cabeza cayendo en la realidad para así encontrarme con mi fiel amigo quien se encontraba en el umbral de mí puerta sosteniendo una bandeja de aperitivos y mostrando una sonrisa burlona.