capitulo 7: Una noche agitada

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El azabache y la ojiluna continuaban dentro de aquel fugaz e intenso beso, aquel que se había convertido en uno sin control. El Uchiha introdujo su lengua dentro de la Hyuga para así poder explorar completamente su cavidad bocal y así saborear el interior de esta, la ojiluna no tardó en abrir su boca y así darle más acceso a este, aunque al principio fue un poco torpe ya que tardó en comprenderlo pues ella no sabia lo que el intentaba hacer.
Ella, la mujer que despertó en el una nueva tentación, esa tentación que le daba por romper con una de las reglas de los cielos, y todo comenzó cuando la observó detenidamente mientras esta portaba solo su pijama, la cual la dejaba un poco expuesta ante sus ojos, pudiendo apreciar de esa manera mejor aquel perfecto cuerpo que esta poseía y la cual no mostraba habitualmente, pero ahora, ella estaba frente a el, de esa manera, la cual terminó volviendo loco, pero algo en el sabia que no solo era por su cuerpo, pero esa otra cosa aun no podía descifrarla por completo, pero después se encargaría de averiguarlo, ya que en estos momentos su mente solo piensa en poseerla completamente aquella noche, el hacerla suya teniendo como testigo a aquella luna que resplandecía de sobremanera aquella noche.

Al final terminaron separándose agitados por la falta de aire, jadeando uno muy cerca del otro, donde podían sentir la respiración mezclarse con el otro.
Ninguno de los dos dijo nada, siendo sinceros, aquello no era necesario en estos momentos de tensión, así que una vez recuperaron el aliento estos volvieron a unir sus labios.
Pero esta vez no solo se basaría de besos, ya que el Uchiha empezó a acariciar y apegar su cuerpo con el de la Hyuga, para inmediatamente bajar sus manos y así acariciar sus caderas y llegar hasta tener entre sus manos las nalgas de la ojiluna, las cuales apretó a gusto.

Pero esta vez no solo se basaría de besos, ya que el Uchiha empezó a acariciar y apegar su cuerpo con el de la Hyuga, para inmediatamente bajar sus manos y así acariciar sus caderas y llegar hasta tener entre sus manos las nalgas de la ojiluna, la...

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(todos los créditos de imágenes a los autores : v)

Acto seguido escuchó un gemido que escapó de la boca de la Hyuga haciendo que por momentos muy cortos se detuviera el beso, pero lo positivo de detener ese beso es que el gemido producido por la Hyuga había sido a causa de sus toques, a causa de el y sólo para él.

Terminó abandonando los labios de la ojiluna y empezó a hacer una camino con su boca hacia el cuello de esta, la cual empezó a lamer y succionar a gusto.
Para la Hyuga todo esto era nuevo, esta nueva experiencia de estar en los brazos del azabache se sentía tan bien que solo se dejaba manejar por el experimentado azabache, le encantaba aquella nueva experiencia y la amaba más porque era con el dueño de sus pensamientos y corazón.

El Uchiha volvió a buscar unir sus labios con desespero con los de la ojiluna, y al hacerlo en medio de este levantaba el pequeño cuerpo de la peliazul para finalmente cargarla, claramente sin romper la conexión de sus bocas llevándola de esa manera a su habitación.
Tan pronto como llegaron, este la depositó sin cuidado alguno sobre la extensa cama, posesionándose con desespero sobre ella, claro sin dejar caer completamente su peso sobre ella. Inmediatamente este comenzó a quitarse su camisa la cual empezaba a ser solo un estorbo, dejando a la vista de la Hyuga su bien formado cuerpo, abdominales bien definidos y marcados, productos sin duda de una rutina constante de ejercicios.

S.N.P.E. (SasuHina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora