Capítulo 12: Sonrisa Colgate...

1.2K 90 0
                                    

Calle POV

Varios días habían pasado desde el partido amistoso. Muchos están ilusionados con el equipo femenil, incluso varios desconocidos se detenían a darme la bienvenida o halagarme. Kim no se quedaba atrás. Para ser la primera vez jugando juntas, creo que congeniamos a la perfección. Haremos buen equipo.

Aunque estaba feliz de recibir comentarios buenos sobre mi desempeño en el campo, no me sentía muy cómoda.

Era completamente nuevo para mí. No estoy acostumbrada a todo esto debido que en Miami no reconocían todo lo logrado por el equipo femenil, inclusive un título internacional. Cada temporada teníamos que luchar contra todos los que pensaban que el fútbol no es un deporte para las mujeres, incluyendo a mi madre.

Me agradaba saber que aquí la mayoría no pensaba de esa misma forma.

- ¡Qué hambre! Pensé que iba a morir en la última clase. De verdad, ese reloj me estaba torturando. Aleluya, al fin ¡COMIDA! – Kim y yo miramos a nuestro alrededor, todos habían volteado en nuestra dirección por el grito de Lucía. Sentí que alguien corría detrás de mi colocando sus manos en mis hombros, era Lucía escondiéndose por la vergüenza que sintió.

Reímos sin parar por su comportamiento exagerado mientras agarramos una bandeja cada una para poner la comida. – Ya dejen de reírse, no era para tanto. – la escuché apenada y se veía que no sabía ni dónde esconder la cara.

- Esta bien, ya pues. – le respondí, sintiendo algunas lágrimas rodar por mis mejillas de tanto reírme. El estómago me estaba doliendo. Hice una imitación de sellar mis labios como una cremallera y bajo llave, al final botando la supuesta llave a donde sea. Pero algunas risas escapaban sin poder retenerlas. Inhalé fuerte, contuve el aire por un rato para tratar de calmarme. Exhale todo fuera cuando mis pulmones exigían oxígeno. Me bastó hacer eso para volver a la tranquilidad.

Íbamos caminando ya con nuestra comida hacia una mesa vacía. Tomamos asiento, Lucía sentándose enfrente de nosotras. Continuamos hablando sobre la fiesta a la que la escuela fue invitada este año.

- Entonces, ¿estoy invitada? – escuché a Lucía mientras la veía llevarse un bocado a la boca. – No me están jodiendo ¿Verdad? – Rodeé los ojos al escuchar la mismo por más de tres veces.

- Ocupas que te pellizque para que entiendas que no es una broma. – miré a Kim alzar la ceja y levantar una mano en forma de pinza, preparada para hacerlo.

- No, no es necesario. Ya entendí. ¿Qué piensan... – Lucía no pudo terminar su pregunta debido a otra interrupción.

- Buen partido chicas – escuchamos por milésima vez, ya habíamos perdido la cuenta de las veces que hemos escuchado lo mismo en todo lo que va de la semana y día.

- ¡AAHHH! Ya no se puede comer ni platicar a gusto. Si alguien más viene y nos interrumpe de nuevo con lo mismo, no seré muy amable que digamos. Están advertidas, y más vale que no interfieran. – escuché a Lucia quejarse mientras nos apuntaba amenazante con un tenedor a Kim y a mí. Se veía rabiosa de que no podíamos hablar plácidamente sobre la fiesta.

Proseguimos a comer mientras nos ponemos de acuerdo en ir de compras después de la última clase. Estábamos por terminar cuando un chico corpulento con pelo negro y alborotado se acerca a nuestra mesa. Lucía le daba la espalda así que no se había dado cuenta de ello. – Hola chicas – lo escuche saludarnos mientras yo le daba una mirada de que corriera lejos de nosotras por su bien. - ¿Estas bien? – Me veía confundido, frunciendo el ceño por mi actitud.

- ¡YA ESTUVO! Me tienen hasta la coronilla. – miré a Lucía levantarse y girarse agresivamente para enfrentar al chico.

Kim y yo nos paramos de un salto, listas para intervenir en dado caso de que la situación se pusiera color de hormiga.

- ¡¿Sonrisa Colgate?! ... No lo puedo creer ¿Qué haces aquí? ¿Cuándo volviste? – Lucía lo miraba incrédula mientras lo bombardeó con preguntas dándome a entender que se conocían. Después vi como dio un brinco y se colgó de él como koala. Kim y yo alzamos los brazos al mismo tiempo como diciendo '¿qué diablos está pasando aquí?', estábamos tan confundidas de presenciar que Lucía haya olvidado lo que nos advirtió hace un momento. El chico desconocido empezó a reírse, dándonos una sonrisa mostrando sus dientes al ver la cara de Kim y la mía. 

Hay que sonreírle a la vida, incluso después de cada golpe que recibimos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hay que sonreírle a la vida, incluso después de cada golpe que recibimos.

 Mostrar nuestra fortaleza a quienes quieran vernos derrotados.

Gracias por dedicar parte de su valioso tiempo para leer esta historia. Gracias a los que me han regalado una estrellita. Espero que les este gustando. Agradezco su paciencia ya que no actualizo a diario.

Feliz Año Nuevo adelantado.


Coraza de HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora