༉───Capítulo Dos

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La cadena de empresas Stone una de las más famosas en todo el país, dado a que ellas abarcaba una gran línea de carreras desde las editoriales para revistas, libros y comics hasta agencias de talentos de actuación, modelaje, cantantes y todo lo que tuviera que ver en la farándula. Conocidas por generar a más de centenares de famosos en cada una de las ramas del peligroso mundo de fama, la competencia de las empresas Bourgeois y quien dirigía el nombre de las editoriales Stone en aquel país no era nada más y menos que Luka Stone. Un hombre frío con el talento de las palabras, su personalidad tajante sin dejar pasar ningún error e intuición infalible, había generado muchos éxitos.

Luka Stone no le interesaba nada más que su carrera como director en la agencia y editoriales Stone, siempre buscando los más talentosos genios para hacerlos brillar y ahora estaba interesado en la autora quien iba a ganar el más grande premio para un escritor, Queen Bee. Desde su primera obra Luka se interesó en la chica, porque a pesar de que el título del libro no le pareció relevante cuando lo empezó a leer, pareciese que estaba visitando un mundo diferente, el talento que aquella mujer profesaba en las palabras era increíble, el paisaje lleno de colores y matices que la autora mostraba en cada una de sus novelas merecía más que simple elogio, había sabido como deshelar el corazón del joven de cabellos azabaches.

La deseaba demasiado en su editorial aquella joven francesa que había triunfado en Estados Unidos, no era simple interés comercial. Aquellos libros de la joven habían conseguido congelar su tiempo y hacerlo erizar por cada oración en cada párrafo, a veces sus labios no podían describir el magnífico talento que poseía aquella señorita. Sabía que una joven periodista iba a ir a Estados Unidos por eso la había hecho ir a su despacho para que aprovechara su estancia en New York para conseguir una entrevista con la joven betseller.

—Rose Lavillant, tengo un favor que pedirte. —La chica de cabellos rubios y baja estatura temblaba ante aquel hombre tan importante, pensó que cuando la había llamado a su oficina lo menos que iba a ser era pedirle un favor, había imaginado diez mil escenarios posibles y por más optimista que fuera el setenta por ciento de ellos eran malos.

—¿Qué es lo que desea señor Stone? —Sin mirarlo a los ojos por el nerviosismo, era demasiado para su pobre corazón.

—Mírame a los ojos, no muerdo. —La chica levantó la vista para centrar sus cuencas azules en los ojos cerceta en aquellos celeste de la chica, era la primera vez que se escuchaba aquel hombre bromeando y más con una empleada cualquiera, se desataría una tormenta de nieve a pesar de estar en verano, al comprobar que la chica lo estaba mirando cambió su mirada a una más seria—. Necesito que consigas una entrevista con Queen Bee una de las mejores escritoras de New York, además de que la trates de convencerla en venir a Francia y le recomiendes nuestra editorial. —La chica pestañeó varias veces un poco en shock, era demasiado casi imposible lo que le pedía, como alguien como ella podría hacer aquella acciones, sin embargo en aquellos ojos cerceta se mostraban un brillo único, estaba determinado a todo por traer aquella chica.

—Es algo difícil pero si el presidente Stone lo pide, podré hacerlo. —La chica sonrió con alto nerviosismo y Luka la miró conforme, ese era el espíritu que debían tener sus trabajadores.

—Este número te será útil, es una persona que podrá ayudarte. —Luka le dejó a la chica el número de alguien que tal vez podría convertir su sueño en una realidad, tener a Queen Bee en su editorial era su más profundo deseo.

Rose Lavillant encargada de la revista Petite Fleur se dirigía a Norte América para entrevistar a una de las mejores modelos francesas que en ese momento estaba residente en aquel país por una pasarela para el desfile del famoso diseñador Gabriel Agreste. Ahora la pequeña rubia tenía otra misión en la cual por muy imposible que pareciese no quería fallarle a su jefe quien le había dado la suficiente confianza como para encargárselo, primero comenzaría leyendo los libros que la escritora había publicado hasta el momento comenzando por el reciente éxito.

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