Capítulo 6.

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¡¿Cómo carajos terminamos y yo en una cama, juntos?!
No lo , creo que bebí demasiado.

Megan Dawson.

Los rayos del sol infiltrándose por la ventana hacen contacto con mi piel, despertándome. Me doy cuenta de que no llevo la ropa de ayer, ni siquiera llevo ropa. Marico, debo haber tenido una noche loca. Volteé a la izquierda para ver a mi compañera de cama.

Casi, bueno no, grité al darme cuenta de que el cuerpo que me hacía compañía no era el de una chica, si no el de un chico. ¿Un chico? Vergación, ¿Desde cuando yo duermo con un chico?

Y no era tanto que fuese hombre, si no quién era ESE HOMBRE, ¡Era Connor Harrison! El más popular y "mujeriego" del instituto, y por si no fuera poco o el destino no me odiase tanto, también es el hermano gemelo de Luka.

Sí, la vida me ama.

–¿Megan? –Su voz ronca y varonil de recién despierto me pregunta. Yo solo me tapé más con la sábana. Coñoelamadre, más sala' no podía ser. –¿Qué haces aquí, conmigo y desnuda? –Parecía más confundido que yo.

–¡No lo sé! –Casi grité otra vez. –Estoy igual de confundida que tú, ¿Okay? No recuerdo absolutamente nada de ayer, salvo cuando estaba tomando más de la cuenta y ligando con una rubia sexy. –No mentía. La pea que me eché fue bestial. Me duele demasiado la cabeza. –¿Y tú?

–Recuerdo lo mismo que tú. Estaba con una tal Brooke y y no sé más.

–O sea que ambos estábamos cuadrando con alguien, bien, pero, ¡¿Cómo carajos terminamos tú y yo en una cama, juntos?!

–No lo sé, creo que bebí demasiado. ¿Crees que si supiera perdería mi tiempo preguntándome como acabé en la cama con la sexy lesbiana del instituto? –Vuelve a acostarse y pone ambas manos en su cara. Algo me decía que estaba mintiendo, pero no le paré bolas. Yo me levanté, sin la sábana y comencé a vestirme.

–Pues digo exactamente lo mismo, mala mía.

Él vuelve a levantarse. Qué dramático es. –¿Por qué te disculpas?

–Por nada, olvídalo.

–Estás más rara de lo normal, y eso que tu normal es bastante raro.

–Mamalo. –Rodé los ojos. –Debe ser que voy a andar súper lai cuando me acabo de enterar de que tiré con un chamo, cuando se supone que soy lebiana, pajuo.

–Cierto. Mala mía.

–Connor ya, de verdad, necesitamos recordar qué pasó anoche. 

–Más tarde, tengo hambre y el hambre puede más que yo. –Se vistió rápidamente. –Vamos.

–¿Qué? ¿Vas a llevarme contigo?

–Claro, a comer y a comprar la pastilla del día después, no recuerdo si me cuidé, así que hay que tener precaución.

Me sonrojo un poco recordando algo. Soy virgen, o bueno, hasta anoche lo era. Así que sí, Connor Harrison me había quitado la virginidad. Es que yo nunca salgo de una, vale. Es decir, al gustarme las chicas nunca pensé en eso de quitarme la virginidad, una chica jamás podría hacer eso... Creo.

Sí, me gustas, ¿Y qué? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora