Capitulo 16

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A fuera llovía, cenaban en familia, mantenían sus mentes tan afiladas como sus varitas y dagas.
A fuera llovía fuerte, relámpagos sonaban en todo el bosque y lo sentían en el aire, el fin estaba cerca.
Pero ahí que disfrutar de los buenos momentos, tenían que hacerlo, los entrenamientos de tobias eran mucho mejor, él ya hablaba un poco más claro y ya describía cada olor, cada sonido y cada cosa que veía a lo lejos, su magia aun era irregular, se aparecía y aparecía por toda la casa, al menos eso era bueno.
La ardilla por otra parte vivía en armonía y felicidad cuando tobias volvió con una hembra, se caían mejor desde entonces, en vez de saltar a su cabeza, saltaba a su mano y movía su cola en su rostro... era difícil.
Cenaban pavo, Draco estaba hablando de un par de hechizos nuevos de defensa, luna estaba en las nubes y harry y ginny estaban comiéndose mutuamente, mientras que severus y hermione se disponían a cenar en paz, les quedaba poco y temían , temían por su tobias, por que si la guerra no funcionaba, si alguno de ellos moria todo acabaría, él ganaría.
Sabían que sus destinos eran la muerte pero se aferraban a la vida, a su tobias y su había que ganar para estar con él, lo harían.

A fuera llovía y la madre luna salía, estaba sentado en un tronco, observaba a sus cachorros jugando entre ellos y era una mierda, ninguno de ellos podría hablar normalmente, no temían magia o alguna otra virtud,solo eran...perros fuertes.
Y se planteó la idea de ir por su hijo, weasley ya los estaba buscando pero aun podía parar, podía hacerse de la vista gorda y dejarlo con ella ¿pero donde quedaba el? No tenía nada.

Se encontraba en el bosque de la casa de seguridad, conocía más que nadie los hechizos de hermione y sabía que ahí.
Observó su reflejó, se veía demacrado su cabellera peligrosa parecía sucia y estaba descuidado se preguntó si así era antes si así se veían todos aquellos a los que alguna vez llamó mortifagos, él no buscaba el regreso del sin nariz, solo la buscaba a ella y él era el medio, poder verla aun que sea solo una vez, confesarse ante ella y al final asesinarla, la enteraría en su jardín y nadie más que él la podría ir a ver, se regocijaba en saber las pláticas largas que tendrían ¿podría tener sexo con un cadaver? Joder, lo intentaría.
Le llevaría sus flores favoritas y estaría con ella siempre, como debió ser.
Inconscientemente se llevó los dedos a la boca, aun recordaba sus labios sobre los suyos, sus ojos asustados observándolo 4 segundos después y la soledad de ellos cuando ella desapareció.
Recordaba como fue que se enteró de su relación con severus y como la odio pero más aun como se odio él mismo, por no tener lo mismo que el, el maldito murciélago de las mazmorras tenía cientos de bóvedas, era el heredero de la fortuna de los prince y el, no tenía nada, absolutamente nada, más allá de hermanos no tenía una mierda.
Recordó como intentó conquistarla un mes después pero ella no cedió, y hizo lo que mejor sabía hacer, la golpeó, solo un golpe en su rostro acabó con toda su vida, su relación con su familia y la amistad de años del niño que vivió.
Huyó, huyó pero se escondió a la vista, se hizo amigo de la familia y fue como sucedió, se enteró de su embarazo.
No podía hacer nada, estaba perdido y no sabía como regresar, el antiguo mago que estaba ahí ya no estaba y jamás volvería y se sentía genial.
Como en una película, cuando sabes lo que pasará y sonríes al arruinarle el final a los demás espectadores.
Estaba mal, la locura y soledad hicieron su trabajo, se enamoraron, y jamás pudieron separarse, y ahí fue donde lo supo, debía morir, lo intento pero no tenía la valentía.
Su corazón le decía que aun había luz, que podía redimiese y arreglar las cosas, ser como antes, ser amado y volver a lo mismo.
Su mente le decía lo absurdo que era, lo patético que sonaba solo pensarlo, joder! Había ayudado al bando enemigo, se decía una y mil veces lo mal que hizo y la soledad que tenía.
El corazón quería amar y el cerebro quería ser libre, quería que todo siguiera igual.
Por que al final, nuestra mente siempre tiene la razón, el corazón es iluso y se deja engañar con facilidad si dices las palabras mágicas y logras poder ver mas allá de los demás.
Y sabía que estaba jodido cuando dio un paso adelante y se sumergió en el portal, se sentía completo, la magia de ella lo abrazaba y revisaba y se relajó, se sintió nervioso pero extrañamente bien, como si sus pecados se estuvieran lavando y deseo quedarse ahí, no cumplir con su palabra y quedarse en el limbo para siempre, perderse, que su mente se jodiera, desechar el corazón y solo ser libre, tal libre que lo haría ahí mismo.

Pero la caída llegó y con ella las alarmas también.

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