Capítulo 1-La escoba.

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—¡Gryffindor, y la lleva Potter!—Exclamaba el narrador del partido de Quidditch, haciendo referencia a James.

El chico volaba de acá para allá, esquivando a todos los atacantes, para lograr anotar un tanto.

Desde las gradas, Lily Evans se encontraba con su mejor amiga Marlene McKinnon.

—Vaya, James es muy bueno en el Quidditch, de eso nadie duda, por algo es el capitán del equipo. ¿No lo crees, Lils?—Le preguntó Marlene.

—Sí, lo es…—Respondió la pelirroja fríamente. Para ser sincera, James Potter no era uno de sus temas favoritos de conversación.

—Vamos Lily, no seas tan amargada. El chico es probablemente el más guapo en todo Hogwarts y va detrás de tí cual perrito faldero, ¿No te gusta siquiera un poquito?—La oji-verde miró a su amiga rubia, cansada.

—No, Marlene, no empieces. Recuerda que su nombre es James Idiota Potter, es arrogante, e inmaduro. Jamás saldría con alguien así—Dijo mientras Sirius Black pasaba volando, encima de sus cabezas, siendo perseguido por una Bludger buscando el momento perfecto para darse vuelta y pegarle con el bate.

Lily vio la mirada de interés de su amiga sobre el accionar del joven Black, y sonrió satisfecha.

—Me molestas a mí, pero yo tengo la oportunidad de molestarte con Black.—La rubia se dió vuelta, horrorizada, pero con un leve sonrojo en las mejillas.

—Vamos, ¿Black? Me molesta pensar que crees que caí tan bajo, Lily—Mencionó Marlene, mientras miraba a Sirius que ya estaba del otro lado del campo, bateando la Bludger.

Gryffindor anotó otro tanto, hecho por James. Cuando Lily aplaudía, Potter voló directamente hacia ella.

—¿Por qué viene hacia a…—No pudo terminar de formular su pregunta, James la había tomado de la mano y la subió a la escoba.

—¡Luego me cuentas como estuvo el paseo, Lily!—Exclamó Marlene divertida, viendo a su amiga irse mientras todo el estadio de Gryffindor aplaudía en señal de aprobación.

—¡BÁJAME AHORA, POTTER!—Exclamó Lily tomándose de la cintura del chico, aterrada.

—¡POTTER!—Se escuchó el enojado grito de la profesora McGonagall.

—¡Gryffindor atrapó la snitch, se acabó el partido, Gryffindor gana!—Exclamó el comentarista.

—Tranquila pelirroja, disfruta del paseo—Comentó el azabache divertido, mientras daba una vuelta más por el estadio.

—¡IDIOTA, NO ME GUSTAN LAS ESCOBAS!—Era cierto. El medio de transporte favorito de Lily no eran precisamente las escobas.

—Ya bajamos, Evans—Volvió a reír James, y ambos descendieron lentamente en la escoba.

—¿Te gustó el paseo, Evans?—Preguntó Sirius, riendo cuando ya estaban en el suelo.

—¡NO!—Exclamó Lily, con furia; y se fue dando grandes zancadas.

—Vaya, lo arruiné, otra vez…—Dijo James, decaído en cuanto la pelirroja se fue.

—Dale tiempo, ahora sabes que no le gustan los paseos en escoba—Dijo el pelinegro para animar a su amigo.

McGonagall, que había visto todo desde lejos, decidió no darle un castigo, solo porque el partido había terminado justo ahí. Potter se había salvado, solo por esta vez.

El partido había sucedido el sábado por la mañana. Los merodeadores se fueron a almorzar, y James aún seguía algo triste.

—Apenas tocaste tu comida, James. ¿Estás bien?—Preguntó Lunático, aunque ya sabía la respuesta.

Nuevos Sentimientos (Jily)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora