Capítulo 4: Tiempo libre.

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Todos hacemos algo en el tiempo que nos queda libre. En el caso de Lily Evans, la lectura era un pasión; podía pasarse horas leyendo sin aburrirse. Era fantástico sentir lo que el personaje sentía y vivirlo como si fueras parte del libro. Otro día en el séptimo y último año de Hogwarts de Lily.

Justamente, la pelirroja mencionada anteriormente bajaba las escaleras, con un libro en manos, hasta la sala común, la cual estaba completamente vacía. Había días en los que el gran lugar se vaciaba y ni un alma se hacía presente. El calor del fuego, la tranquilidad y el silencio era algo fundamental para Lily a la hora de leer.

Se sentó, en uno de los sillones en frente de las llamas, y se puso a leer. Se sumergió en otro mundo completamente distinto al que ella se encontraba.

Para la oji-verde, tanta era la concentración que, ni siquiera, sintió cuando alguien entró en la sala común.

James Potter, el cual había venido de una salida a Hogsmade con sus amigos debido a que era fin de semana, y quien también tenía el cabello totalmente desordenado (seguro gracias al viento) entró en la sala común. Los otros merodeadores estaban paseando por los terrenos de Hogwarts, y como él quería buscar la capa de invisibilidad y el mapa del merodeador para hacer un par de bromas con sus amigos iba a volver a la habitación.

Hasta que la vio. Iba a subir las escaleras cuando notó la presencia de una hermosa cabellera pelirroja que relucía a la luz del fuego, los ojos verdes de la muchacha estaban pegados a cada una de las palabras grabadas en el montón de hojas, unido a una tapa dura para que quedaran quietas y juntas.

Se sentó silenciosamente en el otro sillón, y la contempló. Había hebillas negras que sostenían su cabello delantero detrás de la cabeza, dándole un peinado con un toque elegante pero simple. Sus ojos parecían de una tonada verdosa más intensa hoy.

James no podía negar que Lily era la muchacha más hermosa que había visto jamás. Claro que, no se enamoró de ella solamente por eso. Se enamoró de ella por su amabilidad, su honestidad, su humildad, la bondad que la representa al poder ver la luz en todas las personas, y saber como potenciarla, aún más si esa persona no lo ve, su carácter, su valentía, que fue lo primero que le atrajo al ver que era la única y primera en enfrentarlo; creyó que era tiempo de cambiar, que ella tenía razón. Aunque le costó un tiempo, logró mejorar y sigue tratando a lo largo de los días.

Todo eso lo enamoró de ella, y aunque la lista sigue, se le haría muy largo mencionar todo. Sabía con certeza, que la amaría hasta el final de sus días, y se esforzaría en que ella se enamore de él. Si nunca pasa, la seguiría queriendo, porque también sabía que Lilianne Evans era la única mujer que amaría, y quería que fuera feliz, aunque no fuera con él.

—¿Por qué me observas tanto, Potter?—Lily se había percatado de la presencia de James ya que su mirada estaba clavada en ella. Cornamenta se sonrojó, ¿Ella enserio lo había atrapado mirándola como idiota?

—Eres demasiado hermosa como para no mirarte, pelirroja. —James movió las cejas de arriba a abajo, en un intento de salvar el como se había quedado mirándolo. Ella rodó los ojos, pero reía.

—No tienes remedio—Espetó Lily, y volvió a su lectura.

—Sabes Lils, ¿Por qué no me enseñas a jugar un juego muggle?—La pelirroja lo miró extrañada, ¿A qué venía ese comentario? Por otro lado, al azabache se le había olvidado por completo que sus amigos lo esperaban.

—No, tal vez lue...—Pero se acordó del juego que se compró en las vacaciones, y al cual quería jugar hace bastante tiempo. Había leído las instrucciones y ya sabía cómo era.

No entendía la razón de querer jugar con Potter, pero daba igual. Sonrió de oreja a oreja.

—Jugaremos Twister—James la miró confundido.

. . .

Luego de que Lily bajara con el juego en manos de la habitación de las chicas y lo colocara en el suelo de la sala común, procedió a explicarle a James como era.

—Bien, y si por ejemplo sale "Mano derecha, rojo"—Explicó señalando la ruleta—Debes poner tu mano derecha en el rojo, es simple. El primero en caerse pierde—Terminó. James pareció entender, y comenzaron a jugar.

El azabache estaba en una punta de la tela extendida en el suelo, siguiendo las instrucciones de la ruleta, y Lily, quien estaba haciendo lo mismo, estaba delante de él.

James al seguir ciertas indicaciones, cayó sentado y Lily también, como si él fuera a abrazarla por detrás. Empezaron a reír porque ambos eran pésimos.

—Dios, somos horribles para esto—Mencionó Lily, divertida.

—Yo soy horrible, pero al menos eres buena profesora—Este comentario de parte de Potter hizo que Lily riera aún más.

Sirius y Remus habían entrado a la sala común, pero Lily y James estaban tan inmersos en el otro que no se habían dado cuenta. Habían llegado porque les pareció que a James se le había olvidado que lo estaban esperando.

—Vaya, son el uno para el otro, él la hace reír y ella necesita reírse, ella lo hace más responsable y él necesita un poco de responsabilidad, se complementan. ¿No lo crees, Lunático?—El anteriormente mencionado lo miró sorprendido.

—¿Desde cuándo eres tan...ya sabes, de saber cosas de parejas?—Preguntó Remus, volviendo la mirada de Potter y Evans a Black. Sirius sonrió victorioso.

—Hay muchas cosas que no sabes de mí, Remus John Lupin—Él solo rodó los ojos.

—¿Cuándo nos volvimos amigos?—Sirius lo miró claramente ofendido, pero luego se encogió de hombros.

—No sé—Respondió.

Las cosas entre James Fleamont Potter y Lilianne Evans estaban mejorando. Mejorando para bien. Se llevaban mucho mejor.

Los profesores, merodeadores y todo Hogwarts prácticamente, esperaban que siguieran así. Para ser sinceros, eran adorables, era imposible para todos no shippearlos. Todos menos Severus Snape, quien se peleó con Lily hace unos años.

Dejando de lado ese tema, y luego de que Lily llegara para contarle a Marlene todo lo sucedido en el día, la rubia se emocionó tanto que ya pensó hasta en la boda.

—¡Yo seré la dama de honor!—Exclamó. Lily la miró exasperada, ella nunca había dicho que le gustaba James, pero antes de que pudiera hablar, Marlene continuó—. ¡Sus hijos! ¿Cómo serán? La niña será pelirroja ojos avellana y el niño un azabache ojos verdes. Ella se llamará Marlene, y él...¡Harry! Sí, me gusta...—Murmuró lo último, pero Lily la paró.

—¡Cálmate, Mar! Yo nunca dije que me gustaba James, solo pasamos un rato jugando Twister—La rubia la miró sonriendo.

—Lily, ojalá algún día, espero que sea pronto, te des cuenta—La pelirroja la miró confundida.

—¿Cuenta de qué?—Marlene no contestó y apagó las luces, para acostarse a dormir.

—Buenas noches, Lils. Ojalá sueñes con Potter—Terminó ésta.

—Sí, con Potter...—Respondió Lily, distraída—. ¡Hey!—Exclamó sonrojada, dándose cuenta de su error. Se acostó también—Buenas noches—Cayó dormida.

Nuevos Sentimientos (Jily)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora