Nuevos Sentimientos (Jily)

Capítulo 15: Las relaciones perfectas no existen.

Lily y James se habían convertido en la pareja más famosa de todo Hogwarts. Hasta McGonagall los shipeaba.

Todos hablaban de ellos, algunos bien, otros mal, y había una persona que los odiaba más que todos los demás.

Severus Snape, ex mejor amigo se Lily Evans y rival eterno de James Potter. No podía con la noticia de que ella y el cerdo de Potter eran pareja. Tenía que hacer algo, por supuesto le rompió el corazón que ella lo quisiera a Potter, pero quería confesarle que estaba enamorada de ella desde muy pequeños.

Así que la citó a una sala de Hogwarts. Solo esperaba que ella pudiera hablarle, sin odiarlo.

—Aquí estoy, ¿Qué quieres?—Le preguntó ella cortante.

—Yo...Lily, sé que pasó mucho tiempo, pero necesito decirte algo.—Él tomó aire y lo soltó—Estoy enamorado de ti—Dijo y la pelirroja lo miró incrédula.

—Escucha, agradezco que sientas eso, me siento alagada, pero es tarde. Es tarde porque ya amo a alguien más. Además Severus, ¿Cómo insultas a la persona que amas de una manera tan vulgar como tú hiciste en quinto año? También sabías que yo odio las artes oscuras, pero aquí estás, eres un mortífago. Si tú hubieras sido un poco más noble, tal vez me habría enamorado de ti, si hubieras sido un poco más amable, no me habrías dicho lo que me dijiste...lo siento, yo no te amo—Pero la cara de sorpresa de Severus no era lo que Lily esperaba, al notar que miraba hacia la puerta se dió la vuelta, y ahí estaba James. La pelirroja esperaba que su novio no hubiera malinterpretado nada.

—¿Tú lo amas?—Dijo el azabache con lágrimas en los ojos.

—¡No! James por favor no llores, acabo de decirle que no lo amo.—El chico de lentes la miró enfadado.

—Me voy.—Dando grandes pisadas, James caminó por los pasillos de Hogwarts, con Lily por atrás gritándole que se detenga.

—¡Acabo de decirte que no lo amo!—Exclamó Lily.

—¿Por qué estabas con él? No te entiendo, Lily. Él te hizo mucho daño, ¿Por qué sigues atrás de Snape? Sabes perfectamente lo mal que nos llevamos—Dijo James, y ahora la enojada era Lily.

—Sí, está bien, él me hizo daño. Pero si no lo hubiera hecho, no es justificativo que porque tú te lleves mal con él yo también debo llevarme mal.—James llevó las manos a su cabeza, exasperado. Pero finalmente suspiró.

—Tienes razón. Pero...¿Tú lo amas?—Preguntó él.

—Por supuesto que no.—Contestó ella, segura de sus palabras.

—Bien, confío en ti.—Ella sonrió y le dió un pequeño beso en la mejilla.

—Voy a la biblioteca, ¿Sí?—James asintió y se marchó.

Lily se fue directo a la biblioteca, su lugar favorito en todo el mundo. Saludó a la anciana bibliotecaria que había estado allí por años.

Después de unos quince minutos sumergida en un libro, vio una nota sobre su escritorio. Le parecía haber visto a alguien pasar pero no le tomó mucha atención.

"Tengo una sorpresa para ti, ¿Me ves en 5 minutos en los jardines?

-James."

Le pareció extraño, ya que no era la letra de él. Aunque decidió ir para ver de qué se trataba, o quién le había mandado la nota, porque estaba completamente segura de que no había sido su novio.

Fue hasta los jardines, buscó por todos lados hasta que encontró a Severus, con flores en manos mirándola.

—Son para ti. Qué bien que fingiste delante de tu novio hace un rato...—Lily estaba confundida. ¿Fingir? Notó una mirada maliciosa de el chico en dirección a otro lado.

James, con lágrimas en los ojos, la miró, más dolido que indignado.

—Así que finges. Finges para ilusionarme—Dijo el azabache con la voz quebrada.

—No, no le creas. James yo no...—En ese momento lo entendió. Severus le había tendido una trampa, para hacer sufrir a su novio. James la interrumpió.

—Siempre todo gira en torno a la gran Lily Evans, ¿Por qué disfrutas tanto de hacerme sufrir? Primero lo de la cita y ahora esto, ¿Acaso no te cansas? ¿Todo lo haces para verme mal?—Ahora Lily también lloraba, tratando de explicarle.

—¡Me tendió una trampa!—Le explicaba, pero su voz no salía tan claramente debido a los sollozos.

—No te hagas la víctima, ¿Quieres? Siempre eres tú la que sale lastimada, para ti los demás no tenemos sentimientos ¿Verdad?—La voz de él sonaba aún más quebrada.

A la pelirroja le dolía todas y cada una de las palabras, por un lado lo entendía, por el otro le enfurecía que no confiara en ella.

—¿¡Por qué no confías en que te digo la verdad!?—Exclamó ella.

Estaba avergonzada, ya que todo el mundo los estaba mirando. Dolida, porque la persona que amaba no confiaba en ella. Por último, furiosa, porque su ex mejor amigo le tendió una trampa para arruinar su relación, a pesar de "amarla".

—¿Cómo hacerlo? Ya me hiciste daño una vez, ¿Por qué no podrías hacerlo de nuevo?—Ella aún lloraba, al igual que él.

—¡Porque te amo! ¡Porque él me traicionó!—Señaló a su ex mejor amigo—. Pero lo que tú no entiendes es que soy humana y cometo errores. ¿Podrías, por una vez, creerme?—Le dijo ella.

—Te creí cuando me dijiste que me amabas, ¿Por qué creerte ahora?—Luego simplemente se marchó, como siempre lo hacía.

Estaba cansada de eso. Había pasado exactamente lo mismo en su primera cita, porque si bien era en su mayoría culpa de ella, él no parecía querer luchar por la relación, lo cual ella sí hacía. Ambos habían cometido errores, y muchos.

La única forma de salvar su relación ahora, era aceptar los errores del otro y comenzar de nuevo.

Pero tenía miedo, ya que no muchas parejas superan esa etapa de la relación, y terminan separados. Ella tenía miedo porque lo amaba.

Temía perderlo para siempre.