Opción Perfecta ||NamJin||

04

Namjoon no podía creer que enfrente suyo estuviera tan esbelta figura; era todo un casanova, de eso no quedaba duda alguna, porque, vamos, ¿Quién se negaría ante tal belleza? Él se consideraba una persona inteligente por eso mismo nunca se negaba a los placeres de la vida que encontraba, y vaya que reconocía a SeokJin como uno. Siempre destacando por su inteligencia entre los demás supo no privarse de la vida, por eso mismo a su corta edad de 16 años se había declarado bisexual. Él sabía apreciar las buenas oportunidades como lo es Kim Seok Jin, incluso aún intentado mantener su postura de separar lo personal de la vida privada estaba dispuesto a tomarlo… Pero no, Park Jimin justo había hablado ayer con él por la noche antes de irse a dormir.

“—Hyung, lo quiero un montón, créame que sí pero no quiero que intente nada con Jin hyung, él no merece algo de una sola noche”.

Sus palabras habían sido claras y concisas: ningún intento con Jin, ninguno sólo.

«[…] él no merece algo de una sola noche».

Y para su desgracia era justo eso lo que estaba dispuesto a dar; aún era muy joven para privarse de los placeres de la vida como su buen amigo Kook, él aún tenía mucho que dar, obviamente tenía pensando en algún momento sentar cabeza (en gran parte considerado por la insistencia de sus padres) cuando su persona indicada llegará, pero ahora no y dudaba que Jin fuera esa persona. No iba desperdiciar todo por alguien que no conoce, aunque suene cruel se está protegiendo a Jin y a él mismo.

—El gusto es mío, por favor cuide de mí —susurró Jin soltando su mano, su toque era diferente al de los demás, haber juntado sus manos solo había dado incapie a su nerviosismo—. Prometo poner mi vida a su compañía.

—Gracias —sonrió con la presencia en mente de la promesa que le había hecho a Jimin.

«¿Acaso es el hombre perfecto?», se preguntó Jin viendo aquellos hermosos oyuelos aparecer con esa bellísima sonrisa. Siempre había visto a varias personas derretirse de amor por ellos, decir que eran sexys y ahora lo entendía. Vaya que lo hacía.

—Bien, es momento de trabajar —sugirió dándose vuelta camino a su escritorio—, ven, toma asiento.

Con nerviosismo caminó hasta el escritorio, se sentó en la silla de cuero negro a su derecha consiente de la mirada del otro sobre él, mirándole le sonrió con la intención de que su jefe supiera que Jin estaba más que listo para trabajar.

—Bueno, viendo que ya trae consigo su gafete me da a entender que ya fue a recursos humanos —inquirió prendiendo el computador blanco marca Apple frente suyo.

—Así es —confirmo con su mano izquierda en su rodilla.

—Supongo que ya pasó todo el proceso y firmó su contrato.

—Así es, pase antes de venir con usted.

«¿El presidente Kim sabrá de mi corta instancia aquí?», se preguntó viéndole a los ojos, como si la respuesta misma estuviera en ellos.

—¿Tiene algo que decir?

—¿Hm?

—Lo pregunto por su mirada, me ve con cierto sentimiento que no logro descifrar.

—Ah, para nada —negó con ambas manos—. Por favor siga.

—Bien —comentó no muy convencido—. Usted laborará afuera de mi oficina, imagino que vio el escritorio fuera del elevador cuando llegó, ese es el suyo de ahora en adelante. Será el encargado de acomodar mi agenda, recibir llamadas e invitados…