—Estoy muy nervioso —balbuceó Jin poniéndose el cinturón de seguridad.
—Ya te dije, no debes de preocuparte para nada —le tranquilizó Jimin—. Te ayudaré con todo, Hyung.
—Gracias —añadió viendo su reflejo por los espejos del coche, guapo e inalcanzable, así se veía aún siendo temprano, a pesar de entrar a las ocho a trabajar Jimin pasó por él a las siete con quince previniendo el tránsito.
Seúl siempre ha sido una ciudad concurrida; por el contrario de lo que los dramas enseñan es difícil darse esos giros de repente para cambiar de dirección, las calles están tan llenas que para cruzar las avenidas principales suelen tardarse varios minutos. Seúl es una maravilla, claro que sí, pero a la hora de transitar por sus calles es un completo desafío. El ritmo de vida es apresurado, siempre corriendo, incluso aunque quisieras andar por la mañana despacio la gente te hace ir a su ritmo y te ves envuelto en un gran grupo de personas caminando en la misma dirección que la mayoría.
Jimin le había comentado que su trabajo quedaba a 20 minutos en coche de su casa, a 40 caminando y en transporte público a 30. Obvio que debido al tránsito tenían que salir temprano para no llegar tarde, es por eso que a pesar de estar a 20 minutos salían con anterioridad. Así era Seúl, lleno de personas, lleno de sueños, metas, deberes. Lleno de vida.
—Pasaré por ti diario Hyung —se emocionó Jimin regalandole su típica eye smile que tenía el poder de derretir a todos, pero que no siempre había tenido efecto en Jin, menos cuando vio aquel punto entre morado y rosa de un tamaño considerable en el cuello del menor, justo debajo de la bufanda negra que portaba—. Será como en los viejos tiempos.
—JiMin —le habló con un tono de voz melodioso para que el más bajito no sospechara.
—¿Si, Hyung? —respondió viéndolo a los ojos una vez el semáforo se puso en rojo.
—¿Podrías explicarme que tienes en el cuello? —interrogó con cautela, como si temiera espantarlo.
—¿En... El... Cuello? —titubeó nervioso viendo hacia el frente como si algo realmente milagroso estuviera en el parabrisas del coche.
—Ajá —no espero respuesta y prosiguió—. ¿Eso que veo es un chupeton*, Jimin? —intentado no reír vio directamente el cuello de Jimin examinando el tamaño de la marca, si ponías atención se podía notar la marca de los dientes de Jung Kook—. ¡Jimin!
—¡Si Hyung! —respondió nervioso esperando el reclamo.
«Tonto, Jung Kook», pensó Jimin distraído, «Le dije que no me deje marcas y no le importó y me marcó todo, por suerte los visibles solo son los del cuello, pero...»
—¡Jimin! —le volvió a llamar interrumpiendo sus pensamientos—. Ya está en verde el semáforo —y vaya que era cierto, tenía una fila mínima de cinco automóviles tocando el claxon. Con prisa volvió a poner el coche en marcha y solo así los automóviles cesaron.
—Debería decirle que no sea tan rudo —habló después de unos segundos sonriendo—, ¿Qué diría tu madre si te viera?
—Hyung —se quejó más calmado—, es un brusco. Le dije que no me dejara marcas y no me hizo caso, también le dije que no tan rudo...
—¡Jimin! —le reprimió con gracia.
—... Y no puedo caminar bien —finalizó con un puchero en sus labios.
—¡Por Dios Jimin! —vio al nombrado con una mezcla de asco y gracia—, ¿Qué pensarán de mí sí tu me recomendaste?
—¡Ey! —golpeó la pierna del mayor dando vuelta en una de las avenidas principales.

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Opción Perfecta ||NamJin||
FanfictionSeokJin es consciente que haber terminado su carrera era solo un paso para empezar una vida adulta: él desea poner su propio restaurante, ganar lo suficiente para que sus padres no se preocuparan por su jubilación y formar una familia. NamJoon es h...