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Namjoon estaba hasta cierto punto estresado con los constantes reproches e insinuaciones de sus padres. Los amaba, por supuesto que sí pero a veces simplemente no podía con ellos, como aquella vez que le volvieron a dar la misma plática de siempre hace unos cuantos días, antes que partieran de viaje.

—NamJoon —le habló su padre en la mesa después del festín de Navidad que disfrutaron como familia—, eres CEO de una empresa importante, esa empresa es el reflejo de arduo esfuerzo a través de los años de nosotros...

—Ya sé qué dirás —rodó los ojos incómodo interrumpiendo a su progenitor. Parecía imposible dejar ese tema de lado—. Y ya les dije...

—No he terminado —le reprendió con la mirada, a veces parecía lidiar con un adolescente—. Y sí, necesitas sentar cabeza, tener un heredero. Como mencioné, la empresa que manejas es de suma importancia para nosotros.

—¿Y por eso quieres que forme una familia, papá? —interrogó con el ceño fruncido—, ¿Para tener una buena imagen y ya? Por Dios, mamá dile algo.

—No es por eso —añadió con rapidez su padre, en cambio su madre seguía el hilo de la conversación en su asiento sin intervenir—. Mira hijo —contando hasta tres siguió—, te pedimos esto porque queremos que vivas esta gran experiencia de formar una familia, queremos que tengas esto —señaló a su esposa y a él—. Nam, no quiero que te cases y tengas hijos con la primera persona que veas, no, queremos que encuentres el amor y lo vivas como se debe.

—Ya les dije que eso no es para mí —masculló, ¿Qué sus padres no entendían el no?

—Solo no te cierres a la posibilidad —le contestó su madre metiéndose a la conversación—, si realmente dices que eso no es lo tuyo lo entenderemos, te apoyaremos y podrás seguir tu ritmo de vida. Solo no desahagas la posibilidad de que en algún lugar del mundo está el amor de tu vida.”

Simples palabrerías que solo hacían a NamJoon estresarse, él no necesitaba eso, estaba bastante bien con su vida, no debía de cambiarla. Entendía el punto de sus padres, se les veía felices con la vida que llevaban como pareja, hicieron grandes cosas juntos y siguen, se apoyan y se aman pero él no se veía así en un futuro. Una relación estable, una pareja, como lo vea no le gustaba. NamJoon era una alma solitaria, incluso ahora transitando por las calles de Seúl a altas horas de la noche.

¿Dices que pasaremos Año Nuevo con la familia de Jin? —interrogó confunso mientras manejaba por las calles Seúl con su llamativo deportivo rojo, hoy más que nunca necesitaba salir a desestresarse, sus padres seguían con lo mismo y él solo quería salir a divertirse, como lo haría toda su vida.

Invitaron a Jimin y les dijo que sí —se limitó a decir Kook por el otro lado de la línea, llevaba apenas cinco minutos hablando con su mayor—. Son personas agradables por lo que me ha dicho, ¿Irás cierto?

JiMin me mataría de lo contrario —añadió risueño, cuando se enojaba era de preocuparse.

¿Dónde estás? —preguntó su amigo—, escuché ruido, ¿Estás fuera de casa?

—aclaró llegando a su destino, un bar famoso en la zona—, salí a buscar diversión. Hoy me dieron ganas de follarme a un chico, tal vez... rubio.

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«¿Olvidé mandar algo?», pensó Jin con preocupación mientras conducía el coche de su madre a escondidas, por la hora solo se limitó a tomar las llaves dejando una nota (por si acaso) avisando que no tardaba, rogaba a los cielos llegar antes que sus papás se despertarán y ahorrarse un sermón de dónde estaba y porqué tomó el coche de su madre.

Opción Perfecta ||NamJin|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora