Capítulo 18: Confundida

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Me gustaba verlo dormir, siempre parecía ser feliz cuando dormía. Tal vez era porque yo no estaba para arruinarlo.

Acaricié su cabello y lo hice a un lado para dejar su rostro despejado. No se veían sus ojos, pero aun así me gustaba. Dormía plácidamente, como si nada malo sucediera en sus sueños.

Lástima que seguía enojada con él.

Le arrojé el agua sobre la cara y despertó gritando “¡Me ahogó!”. Tardó unos minutos en recomponerse del susto, y cuando me vio de brazos cruzados frente a su cama con el vaso de agua en una mano, su rostro se puso rojo de rabia.

—¿Por qué demonios hiciste eso? —se secó con una camiseta que encontró tirada sobre el velador y me asesinó con la mirada.

—¿Esa es la forma en que tratas a tu futura esposa? Te podría demandar por agresión verbal, pero no lo haré —lucía sorprendido, no era común que hablara de nuestro compromiso como si nada. Menos después de que él me ignorara por alrededor de un mes—. Vístete, la hermana de Freddy llega las 12 y ya son las 10.

No esperé a que me contestara y salí de su habitación.

Este era mi plan: hacer que se arrepintiera por hacerme sufrir. En el tiempo en que ignoró hizo que me diera cuenta que de verdad lo quería y que su ausencia me afectaba demasiado, incluso me deprimía. Y no se lo perdonaría jamás. Así que lo haría sufrir con mi indiferencia, no como lo hizo él, sino que haría como que nada sucedió y me transformaría en la chica perfecta hasta que me pidiera perdón de rodillas.

Me arreglé minuciosamente, reparé en cada detalle para lucir como la novia ideal de Jos. Cepillé mi cabello y me maquillé, a pesar del frío de otoño me coloqué un vestido y por último ensayé mi sonrisa para que no luciera falsa.

Bajé veinte para las once, ya había desayunado así que vagué por los pasillos esperando a que Jos estuviera listo. Cuando me senté a ver televisión en el living, apareció Marina con Holly listas para ir salir.

—¿A dónde van?

—Al parque, Holly quiere ir a pasear, ¿nos acompañas? —dijo Marina.

—No puedo, tengo una cita con la hermana de Freddy para organizar la boda —le dije. Holly se alegró al saber que estaba tomando esto en serio, aunque ella sabía la verdad. Me había visto después de que Jos se me declarara y no fue felicidad lo que sentí.

—Con respecto a eso, tenemos que hablar sobre algo después, _____. Cuando regresemos quiero tener una charla contigo —asentí y me pregunté de que querría hablar Marina.

Se marcharon y a los minutos bajó Jos. Aún iba en pijama.

—¿No te dije que te vistieras? —esto no estaba resultando. No serviría de nada esforzarme por cumplir mi venganza si él no ponía de su parte inconscientemente. ¿Dónde había quedado el chico dulce y comprometido dispuesto a hacer todo lo que yo quisiera?

—Sí, pero no tengo por qué hacerte caso —se encogió de hombros y fue a la cocina, seguro a desayunar.

Ni siquiera se había fijado en que me arreglé para él. Era un idiota, sólo lograba enfurecerme más.

Lancé el control remoto contra un sofá y gruñí para mis adentros. Cerré los ojos y traté de controlarme para no ir a la cocina y agarrar el primer cuchillo que viera para matar a Jos.

Pero, ¿por qué estaba tan enojada? ¿No era eso lo que quise en un principio? ¿Qué las cosas volvieran a la normalidad? No, ya no podía, no había vuelta atrás. Nos casaríamos de todos modos.

Me sentí frustrada al no poder acomodar mis pensamientos ¿lo quería o no lo quería? ¿Lo odiaba o no? ¿Me gustaba más así o como el chico que me amaba?

—No frunzas el ceño, pareces una anciana —escuché de pronto. Jos salía de la cocina y se dirigía hacia mí con una taza de café en una mano y una galleta en la otra. Me extendió esta última, pero se la rechacé. No tenía hambre.

—Te queda una hora para arreglarte —le recordé.

—¿Por qué no podemos organizar la boda nosotros mismos? Sería más divertido —se sentó a mi lado y le dio un sorbo a su café.

—Pero más difícil —le contesté.

Recordé mi plan de la chica perfecta y me acomodé a su lado, recostando mi cabeza en su hombro.

—¿Te encuentras bien? —inquirió preocupado. Se apartó de mí y me miró como si me estuviera volviendo loca.

Suspiré y dirigí mi mirada hacia el suelo, sin responder a su pregunta. No lo podía entender, si quería ser buena dudaban de mí, y si hacía de mala todo se arruinaba.

Tal vez eran las hormonas o el simple hecho de ser mujer, pero los sentimientos se me enredaban haciendo nudos en mi pecho que provocaban que todo me afectara. Sentí unas fuertes ganas de llorar al oír la pregunta de Jos: “¿Te encuentras bien?”

¿Tan malvada me consideraba como alarmarse si yo era cariñosa?

—____, estás pálida… —farfulló mientras tragaba un bocado de galleta.

—Estoy bien —le dije de mala gana.

Mis planes nunca resultaban, era una fracasada. Jamás sería la chica perfecta para Jos, ¿en qué estaba pensando?

Así que reconsideré mejor la situación y llegué a la mejor solución para todos los problemas: Como jamás sería lo suficientemente buena para Jos, debía encontrar a alguien que lo fuera. Total, había prometido hacerlo feliz, y si yo no era la candidata que todos esperaban, seguro otra chica lo sería.

Los nudos en mi pecho se hicieron más fuertes, tan fuertes que me imposibilitaron respirar por unos segundos.

—____, en serio, estás muy pálida ¿quieres un poco de agua? —negué con la cabeza y moví las manos para darme aire.

No estaba respirando.

Las cosas comenzaron a darme vueltas y a brillar mucho. Jos soltó su taza y su galleta y corrió a la cocina, regresó con Ellen y un gran vaso de agua. Ambos me ayudaron a beber un poco y a recobrar el sentido y la respiración.

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Se murio!! naa mentira cx

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COMENTEN que les parecio :33

ERES LA CANELA DE MI ARROZ 《jos y tu 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora