—¡Freddy! —chillé al borde del llanto. No era justo que arruinara el momento más importante de mi vida.
—si yo me opongo!, pero no de la manera en que ustedes creen—todos quedamos con la duda reflejada en nuestros rostros. Freddy se apresuró en explicar antes de que me lanzara sobre él para matarlo allí mismo—. Es que iba a decir que al cura le faltó decir “y cuidarla” después del “respetarla”, pero creo que es un detalle… que no debí mencionar… lo siento, continué por favor.
Tenía la boca abierta de indignación. Hundiría a Freddy en cuanto la boda acabara. Iría a su casa cuando durmiera y lo cortaría en picadillo de zanahoria.
—Como decía… —prosiguió el cura—. ¿Aceptas?
—Sí, acepto —respondió Jos con una sonrisa y pude escuchar algunos suspiros entre los invitados.
—___ Evans, ¿aceptas a José para amarlo, respetarlo y “cuidarlo” —dijo, poniendo énfasis en la última palabra para que Freddy no arruinara el momento otra vez— hasta el día en que decida de que odia a los gatos y a … ¿su cabello?
Todos soltamos unas risas, incluido Jos. Jos me había ganado con los votos, pero el sentimiento era el mismo.
—Sí, acepto —le dije.
—Entonces los declaro marido y mujer… puede besar a la novia.
No tuvo que indicarnos más, Jos me sostuvo de la cintura y yo coloqué mis brazos alrededor de su cuello, y nos fundimos en el mejor beso que nos hayamos dado hasta la fecha. Sentir su cálido aliento y las oleadas de mariposas que chocaban contra mi estómago fue la mejor sensación del mundo. La suavidad de sus labios y la delicadeza con la que me besó hicieron que finalmente mis piernas flaquearan y pusiera todo mi peso sobre sus brazos para que me sostuviera.
Cuando nos separamos, recordé todo lo que tuve que pasar para llegar hasta ese momento de plenitud y me di cuenta de que valió la pena todo aquello, desde el día en que llegó como el hijo de la nueva niñera, como cuando hicimos la audición para Romeo y Julieta y nos besamos por primera vez, o cuando nos emborrachamos en el campamento o para el día de su cumpleaños donde dio inició su plan para enamorarme.
En ese instante, cuando vimos a todos que se ponían de pie para felicitarnos, supe que no hubiese sentido todo esto con ningún otro chico, porque Jos estaba destinado para mí y yo para él, y no podía estar más feliz y orgullosa de decir que desde ese día mi nombre era _____ Canela.
(...)
Narra el papacito Jos:
Acaricié la mano de _____. Ahora no lo hacía porque quisiera pedirle perdón, como acostumbré todos estos años, sino que lo hice para que supiera que estaba allí con ella, a su lado y que desde este día no la abandonaría.
—Jos, no te duermas con el traje puesto —me dijo _____ cuando me acosté en “nuestra” cama. Veía las cosas como si estuvieran cubiertas de una neblina brillante y espumosa, lo único que distinguía era lo bella que seguía luciendo ella a pesar de estar cansada por un día tan agotador como nuestra boda.
El alcohol se me subió a la cabeza enseguida, deseaba tenerla entre mis brazos cuanto antes, de verdad la deseaba. Pero reprimí mis impulsos y mantuve el poco autocontrol que me quedaba para quitarme el traje y ponerme el pijama.
—Por Dios, estás tan ebrio. Juraba que volverías a besar a Freddy —no entendí de qué estaba hablando, ¿yo besar a Freddy? Él me besó a mí.
—Soy irresistible, lo siento —rio conmigo y se quitó el vestido frente a mis ojos. Quedó en ropa interior y abrí los ojos ante la confianza que teníamos de pronto.
Ella se dio cuenta e hizo una mueca.
—Ya estamos casados, es legal. Además no es la primera vez que me ves así, si mal no recuerdo: estuvimos desnudos en esta habitación hace un tiempo —me perdí en ese glorioso momento. Aún sentía los nervios a flor de piel y las imágenes eran tan nítidas dentro de mi cabeza por culpa del alcohol, que me quedé imaginando y recordando lo que pasó y lo que pudo haber pasado.
—No seas un pervertido —____ me lanzó una almohada al darse cuenta de lo que pasaba por mi mente. Me reí y la invité a acostarse a mi lado.
—Disculpa, pero ahora “es legal” —le respondí con sus propias palabras.
(…)
Al otro día, mi cabeza era una bomba de tiempo. Beber dos noches seguidas no era lo más recomendable, pero se me quitó todo el dolor –o me obligué a dejar de quejarme- cuando no vi a ___ a mi lado.
¿Había sido un sueño?
Oh no, ¿y si soñé todo? ¿Si soñé que finalmente me había confesado y que nos casamos? No podría seguir viviendo así.
—¡Jos, es el día! —exclamó alguien. Era la voz de Holly, que entró deprisa a mi habitación con los ojos tapados por su mano y se puso a dar saltos en el umbral.
—¿De qué día me hablas? —le pregunté asustado.
—¡Del cumpleaños! —gritó. Y mi vida se vino abajo. Todo había sido un sueño. Jamás besé a ____, jamás me confesé, jamás nos casamos.
Froté mis ojos, arruinado como estaba no quería celebrar mi cumpleaños otra vez. No sería capaz de confesarme en la vida real. Por supuesto que todo había salido de las mil maravillas y me había casado con ____, todo porque lo soñé.
—Holly, no estoy de ánimos —le dije abatido. Sólo quería quedarme acostado hasta que me consumiera en mi miseria y muriera.
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Ya se ,ya se! Tarde muucho perdon!!! Pero ya estoy de vuelta ^u^
Ay Fredo se paso haha xD
Pobeshito Jos u_u
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ERES LA CANELA DE MI ARROZ 《jos y tu 》
عاطفيةescrito x mi amiga deyna bustos espero q les guste