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—Es normal que estés nerviosa, ya te lo dije en la mañana —me dijo Martu.
Apoyé mi cabeza en el hombro de Flor y respiré pausadamente, tenía que mantener el control de mi misma o arruinaría mi propia boda.
No, no podía volverme loca. Lo haría por Jos, porque lo amaba.
Apenas sentí que el auto se detuvo, mi estómago se revolvió y mis piernas cedieron a la presión. No podía sostenerme de pie por más de diez segundos sin temblar.
Sin embargo, fue ver el lugar donde se realizaría la boda lo que me paralizó más que mis nervios.
Estábamos en un parque, eso era lo único que pude distinguir. Lo demás era como sacado de un lugar mágico y asombroso que sólo existía en mis sueños. Era Nunca Jamás.
Había un sendero bordeado con flores de todos los colores y otras flores artificiales pero muy grandes con brillantina y luces de neón en su interior. Había chicas disfrazadas de hadas, piratas, indios, y también unos niños de no más de diez años disfrazados de los niños perdidos.
Los “niños perdidos” me vieron y me guiaron por el sendero hasta que vi las sillas y las personas que se suponían eran los invitados. Todos miraban hacia adelante, donde en una plataforma que parecía sacado del más hermoso cuento de hadas se encontraba Jos.
Mi corazón se detuvo por unos segundos antes de asimilar todo lo que sucedía a mi alrededor.
Jos había transformado un parque en Nunca Jamás para nuestra boda y él se veía mucho más hermoso con ese traje negro y su corbatín que el día de su cumpleaños. Me sentí pequeña con ese estúpido vestido blanco ante los esfuerzos que él había hecho para que este día fuera inolvidable.
Los niños perdidos hicieron ruido y todos se voltearon hacia nosotros. Fue como ver a través de una neblina espesa y brillosa, ya que toda mi atención estaba centrada en la sonrisa de Jos al final del sendero.
Ni siquiera me había percatado de la orquesta que había a un costado de no ser porque iniciaron con la marcha nupcial en cuanto me vieron.
Quedé inmóvil, sabía que todos esperaban que caminara, pero no me atrevía. Aunque para Flor y Martu no fue un problema, me empujaron y Flor me llevó prácticamente a rastras hasta el altar.
A medida que me acercaba, podía ver la sonrisa de Jos más ancha y el brillo de sus ojos se intensificaba. Noté que movía las manos y jugaba con los botones de la chaqueta, se hallaba tan nervioso como yo.
Así que verlo así me hizo despertar y recobrar el sentido y dejar de lado al miedo. Si me casaba era porque amaba a Jos y quería hacerlo feliz, por más años que me haya costado darme cuenta.
Di los últimos pasos con seguridad y me coloqué a su lado. Él me miro durante unos segundos antes de botar aire con fuerza por su nariz. Le dediqué una sonrisa y le di mi mano para tranquilizarlo.
La sostuvo durante toda la ceremonia. Creo que si me preguntasen que dijo el cura, no recordaría nada, y Jos tampoco. Estaba ocupado apretando mi mano a la espera de la gran pregunta.
Los minutos pasaron lentos, pero nada importaba porque me encontraba en la tierra soñada de mi infancia. No me cansaba de mirar todos los detalles que había en el lugar que lo transformaba en la replica de Nunca Jamás.
De pronto, la mano de Jos me cortó la circulación y volví a la realidad de golpe.
—Jose Canela, ¿Aceptas a _____ como tu esposa para amarla y respetarla como lo haz hecho desde los ocho años hasta que ella deje de creer en las hadas?
Ahogué un grito de emoción. Era la pregunta perfecta, Jos había pensado en todo.
—¡Nooo, yo me opongo!
Y la felicidad se esfumó tan pronto como duró. Todos nos giramos a ver de quien se trataba y como pude adivinar, Freddy venía a toda prisa a interponerse. No era la primera vez que experimentaba deseos asesinos contra él, pero esta vez habías sobrepasado el límite.
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OMFG!!! *o*......si lose esta muy cortito pero si quieren que siga comenten cx
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ERES LA CANELA DE MI ARROZ 《jos y tu 》
Romansaescrito x mi amiga deyna bustos espero q les guste