Chapter ten.

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• Hope O'brien.

El trabajo ya me tenía harta, tengo que conseguir otro. Mi turno era nocturno, hasta las 10:30 de la noche y apenas eran las 8:15 y las personas aún llegaban. Algunas amigas porque ya habían estado aquí.

Esperaba a que la orden que entregué estuviera lista. Una niña paso corriendo y sin saber qué pasaría cayó de boca frente a mi. Ella empezó a gritar y me agache para verla, la pobre estaba sangrando de la boca.

— Ay cielo, ¿Te duele?

— S-si.

— ¿Donde están tus padres? ¿Que mesa son?

— La número 2.

— Te llevo a limpiarte y después donde mamá y papá. ¿Esta bien? — Ella asiente y la cargo. Al llegar al baño, le lavo la boca y con papel de baño le limpio la sangre que salía. — Bien, toma esto y mantenlo en la herida.

— ¿Que le hace a mi hija?

— ¡Mamá! — Exclamó la pequeña y corrió a los brazos de su madre. — Mira, me caí y ella me ayudó a limpiarme.

— De nada. — Dije.

— Lo siento y gracias por atenderla.

— No hay de que.

— Vamos cielo. — La niña se despidió agitando su mano y salió del baño seguido de su madre.

10:09 pm y aquí estaba, barriendo la cafetería y después tengo que trapear. Estaba acompañada de un compañero que le toca limpiar la cocina, es lo peor.

Al terminar de barrer tome el cubo con el agua, el trapeador y comencé a trapear. Escuché 2 toques en la puerta y miré hacia ella para encontrarme con nada; proseguí con mi trabajo y aquellos toques se volvieron a escuchar.

— ¿Hay alguien ahí? — Deje el palo y caminé despacio hacia la puerta.

— ¡¡HOPE!! — Grito aquella persona y grite cayendo al piso. Después escuché su risa. — ¿¡Como te caíste!?

— ¿Dexter? ¡¡Eres un mamón casi me matas del susto idiota, hijo del hombre de los dos cachos!!

— Está bien, está bien. Abre.

— Vete de aquí.

— Vine a buscarte.

— ¿En tu auto? Por favor Dexter, tengo uno.

— No vine en auto, tendrás que llevarme a casa.

— Vete al Diablo.

— ¿Estas sola aquí? Por favor abre, aquí afuera está haciendo frío.

— Eres un hombre ardiente, no creo que te congeles.

— Uhmmm, ¿Entonces soy ardiente? — Apoyo sus manos en el cristal de la puerta y me acerque apoyando las mías sobre las suyas en el cristal.

— Pues si, no lo disimulo.

— Eres mala disimulando.

— Gracias por decírmelo en cara.

— Tengo una propuesta para ti.

— No tendré sexo contigo. — Quite mis manos.

— ¿Que? ¡No! Vuelve a poner las manos, vamos. — Las volví a colocar. — Quiero que seas mi secretaria.

— ¿Que? — Sonreí.

— No me gusta verte aquí, eres muy linda y joven para estar trabajando en una simple cafetería.

— ¿Para ti soy linda?

— Siempre.

— Gracias Dexter.

— ¿Aceptas?

— Si solo me explicas que tengo que hacer.

— Lo haré, ahora déjame pasar para ayudarte.

Le abrí la puerta y entró; enseguida me tomo de la cintura y dejó un casto beso en mis labios.

— ¿Y eso?

— ¿Fue muy corto verdad? Te daré otro.

— No, no. Hay un amigo en la cocina, no es el momento.

— ¿Te hubieras dejado si él no estuviera?

— Si.

Call Me Maybe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora