Chapter twenty two.

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8 meses después...

• Hope O'brien.

Ok, hoy es mi día y mayormente lo celebro con Jessie en una discoteca, pero no en casa con dolores insoportables y 5 mujeres tratando de contactar a Dexter para llevarme al hospital.

— No tiene que ser él ma, puede ser otra... ¡¡Ay, ay mami, ayúdame!!

— Tranquila amor... — Acarició mi cabeza.

— Jones viene ahora. — Dijo Jessie. — Vamos afuera, señora Nicole ayúdame.

Nicole y Jessie me levantaron despacio y como una tortuga llegamos a la puerta de la habitación, después las escaleras, sala y finalmente la puerta de la salida.

9:06 pm.

— ¡Aaaah! — Puje una vez más como me había dicho la doctora y finalmente escuché el llanto de mi hija.

— Que linda es. — Dijo la doctora. — Tendremos que llevarnos la para limpiarla.

— Ve con ella amor. — Dije dirigiéndome a él y apreté su mano llamando su atención. Dexter no apartaba la mirada de nuestra hija.

— ¿Puedo?

— Si joven.

La doctora salió de primero con la niña y seguido de unas cuantas enfermeras.

— Vendremos ahora princesa, fuiste valiente, ahora descansa. — Dijo Dexter y me dio un beso. — Sabes que te amo, mucho, mucho.

Me soltó y salió de la habitación. El cansancio me estaba ganando y estuve apunto de dormirme, pero los pasos cerca de mi habitación se escucharon.

— Hola mi pequeña valiente. — No, es mentira, esto no puede ser verdad...

— ¿Pa-papá? — Mi padre, aquel hombre que me llamaba Valiente se encontraba frente a mis ojos, vestido de blanco. Su cabeza estaba blanca con negro y su cara igual que la última vez que lo vi.

— El mismo, ¿Por qué te sorprendes?

— ¿Por qué? Porque estás muerto papi. Estoy hablando con un muerto.

— No amor. — Ya cerca de mi, acunó mi cara en sus suaves manos. Debería de tener miedo, hablar con alguien que lleva 7 años de muerto no es normal. — Para ti sigo estando vivo, en tu lindo, bueno y amoroso corazón y tú loca mente. — Dijo esto último con burla y empujando levemente mi cabeza; haciéndome reír. — ¿Sabes por qué estoy aquí? — Paso sus pulgares por mis ojos.

— No.

— Vine a felicitarte, por tu cumpleaños y por el nacimiento de mi linda nieta.

— ¿Vi-viste a CJ? — (Estas dos letras se pronuncian en inglés C = ci   J = Yei)

— Si, y es muy linda. Igual que a sus padres. Déjame decirte que tú noviecito es buen mozo pequeña.

— Gracias, si lo es.

— Y no tuviste mejor regalo de cumpleaños que el nacimiento de CJ, lindo nombre.

— CJ, lo imaginé. Siempre me decias que fuera creativa y que no usará nombres comunes, ya desgastados. Por eso me gusta CJ.

— Y por eso me gusta Hope. Ese nombre no se escucha mucho, por eso es que cuando alguien conoce tu nombre por primera vez dicen que es raro, pero lindo. A Dexter le gusta, le gustas por completo, y como no, mira que mujerzota de hija tengo.

— Gracias papá.

— ¿Cuando dejaras de temerle a los truenos? Ya tienes 20 años. — Comenzó a desaparecer.

— ¿Papá, por qué desapareces?

— Viene alguien, y tú ya deberías de despertar.

— Pero si estoy despierta.

— No cariño, después de terminar te dormiste 2 días seguidos.

— ¿Que?

— Estabas muy cansada y débil al final terminaste durmiendo. Por suerte los doctores dijeron que no es nada grave, que estás vivita y coleando.

— ¿Volveré a verte?

— Tal vez tu no, tal vez CJ si. Y cuando te lo diga, cree en ella. Adiós mi niña valiente.

— Adiós papá. — Y desapareció por completo.

Inhale profundo y abrí los ojos; estaba oscuro, no veía nada y pitidos a mi lado derecho llamaban mi atención. ¿De dónde salen? Me moví para doblarme un poco, entonces alguien a mi lado también lo hizo.

— ¿Princesa? — Las luces encendieron y logré ver con claridad que estaba en la habitación de Dexter, en nuestra habitación. — Por fin despiertas amor.

Dexter se agacha a un lado de la cama quedando frente a mi y me miro con ojos cristalizados.

— Hola Daddy. — Débilmente levanté una mano y la lleve a su rostro, acariciándolo.

— Enserio pensé que te perdería, de un momento a otro te dormiste, los doctores decían que estabas bien, pero te veías pálida allí acostada. — Dijo con voz temblorosa. — Te juro que yo era el más afectado, no quería irme, no quería hacer nada hasta que despertaras preciosa. — Lágrimas afuera.

— Aww Dexter... — Hable despacio. — Te amo.

Él tomó mi mano y dejó dos besos en ella. Entonces escuché aquellos llantos. Abrí los ojos -ya sintiendo el agua y la picazón en ellos- y me senté despacio buscando a mi hija.

— ¿Donde esta CJ? Quiero verla.

La puerta se abrió y mi madre entro, detrás de ella la señora Margot con una manta rosa cargada, parecía un bulto. Al mirarme sonrió y se acercó.

— Aquí está mamá. — Bajo a la bebé despacio. — Cuidado con el suero Hope. ¿No sabías que tenías uno?

— No en realidad. — Ya tenía a CJ en mis brazos. — Ay Dios, es hermosa, shhh, shhh, aquí está mamá. Tranquila mi amor. — Como si me entendiera comenzó a bajarle a su llanto.

Dexter se sentó a mi lado y recosté mi cabeza en su hombro, mientras el acaricia mi cabello y yo tranquilizó a nuestra hija, nuestra CJ.

Dexter se sentó a mi lado y recosté mi cabeza en su hombro, mientras el acaricia mi cabello y yo tranquilizó a nuestra hija, nuestra CJ

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