Chapter eleven.

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• Hope O'brien.

Deje a Dexter en su casa, pero antes de que entrara hubo una sesión de besos dentro del auto. Ahora que me miró al espejo noto que mis labios están hinchados y rojos, al igual que mi nariz siguiendo con las mejillas.

Estoy sonrojada. Me había invitado a salir, tengo que hablar con Jessie.

Mi tiré a la cama y marque su nuevo número.

Llamada

— ¿Quién molesta a esta hora? Son las diez y media de la noche. — Dijo con voz somnolienta.
— Dexter me invitó a salir.
— ¿Que acabas de decir? — Volvió a su tono de siempre. — ¿Dexter te invito a que? No lo puedo creer.
— Pues tendrás que hacerlo y también me propuso ser su secretaria.
— ¿¡Que Dexter hizo que!? — Elevó un poco la voz y pude escuchar como Jones decía: “¿Pasa algo, por qué gritas?” — Tranquilo cariño, estoy hablando con Hope. — Volví a escuchar: “¿A esta hora?” — Si te digo lo que ella me está diciendo ahora.
— Iré a la cita claro, y también estoy planeando dejar la cafetería desde hace un tiempo, ¿Por qué no ser su secretaria?
— ¿Pero secretaria personal?
— No lo sé.
— ¿Otra cosa por la que debería enterarme antes de irme?
— Me beso.
— ¿¡Se besaron!? Que fuerte amiga, ¿Y cómo fue? ¿Solo un besito o un beso intenso?
— Digamos que fueron besos intensos.
— Así que no fue solo uno. Ya por fin aceptaste que te gusta.
— Nunca pensé que me enamoraría de un Williams.
— Deja el tiempo atrás y coge con ese sexy hombre. Es cuidadoso sin haber tenido relaciones, de seguro lo es al momento de tenerlo.
— Lo pensaré, pero no te prometo nada.
— Me cuentas.
— Vale, descansa.
— ¿Mañana trabajas?
— Hasta medio día y nuestra cita será a las 4. Me dijo que saldremos como adolescentes, con cara de adultos.
— Que lindo, quiero fotos. ¿Crees que te pida ser su novia?
— Si lo hace no dudaría en besarlo. Aunque aveces no cumple con algunas cosas que me promete, me trata como a una princesa.
SU princesa.
— Ya cierra la boca Wilkerson y vete a dormir.
— Adiós perra, suerte en tu cita y cualquier cosa me llamás.
— Está bien perra.

Al terminar la llamada, me duche y me puse la ropa de dormir.

— Puedo darle una oportunidad. — Dije y miré al oso que tengo como decoración. — ¿Que dices señor Gus? ¿Debería de olvidar lo que paso con Miguel y darme una oportunidad con Dexter?

Tome el cuello del señor Gus y lo moví haciendo un gesto de aprobación.

— Siempre me convences, por eso te quiero. — Aveces puedo ser muy niña.

11:50. No dejaba de mirar la hora en el gran reloj que está sobre la puerta de entrada de la cafetería, tengo que buscar la ropa que usare y dormiré un rato más, me siento cansada y pienso dejar el trabajo hoy mismo.

— ¡Orden lista! — Grito el chef Pablo por la ventanilla donde pasa la orden y voy por ella para llevarla a la mesa once.

— Provecho. — Deje la comida a la linda pareja y lleve la bandeja. Me senté y comencé a jugar a mi teléfono, por el momento no hay nadie que atender.

— ¡Hola! — Me distraje por la voz chillona y miré a la niña que ayude ayer.

— Hey nena, ¿Cómo estás? — Me agache a su altura.

— Bien, mi nombre es Sky.

— El mío Hope.

— Es lindo, me gusta.

— El tuyo también.

— Le dije a mamá que vendría a verte, cuando entramos la campana no se escuchó.

— Pues, está en proceso de arreglar. — Mire a los dos lados como si fuera espía. — ¿Te cuento un secreto?

— Soy toda oídos.

— ¿Prometes no decirle a nadie? — Levanté el meñique y ella entrelazó el suyo, juntando los.

— Lo prometo, me llevaré tu secreto hasta la tumba, ¿Así es que dicen los adultos no?  — Sonreí por su inocencia.

— Si, así es. Pero bueno, te lo diré. — Me acerque un poco más y lleve mis labios a su oído izquierdo. — Yo rompí la pequeña campana.

— ¿Tú?

— Así es, pero recuerda...

— No se lo digas a nadie. — Repitió lo mismo que yo al mismo tiempo que lo dije.

Call Me Maybe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora