El Último Caballero Real

Claud y Aaron

Narrador.

Claud mantenía su puño extendido en el rostro de Aaron, el cual solo miraba a su amigo de forma seria.

Claud comenzaba a atacar de nuevo a Aaron dando varios golpes al cuerpo de este último, el cual solo recibía todo el daño sin reaccionar.

-Eres un maldito idiota.

Claud decía aquello molesto mientras sus puños comenzaban a rodearse de su aura azul.

-Ahora veo porque no pudiste proteger a las personas que querías cuando Dark Gaia te controló.

Claud decía aquello serio, aquellas palabras resonaban en la mente de Aaron, al cual la imágenes de aquella masacre le llegaban a su mente, este comenzaba a a expulsar su aura roja con destellos verdes.

Aaron le devolvía un golpe a Claud, haciendo que este ultimo retrocediera un par de pasos y luego sonriera.

~No vuelvas a hablar de lo que no sabes idiota.

Aaron comenzaba a acercarse a Claud de manera lenta mientras apretaba sus puños, los ojos de Aaron resplandecían de un color rojo, indicando su furia.

Claud y Aaron daban un golpe al mismo tiempo, los puños de ambos chocaban y generaban una onda de choque, haciendo que los árboles alrededor se desplomarán, haciendo que el claro se hiciera mas grande.

Poco a poco varias escamas comenzaban a hacerse presentes en el cuerpo de Aaron, el cual aumentaba cada vez mas su fuerza y el tamaño de aura.

Por su parte, Claud al ver aquello aumentaba su aura, haciendo que esta lo rodeara como una armadura, aplicando los conocimientos que tenia gracias a Harford, logrando así mantenerse en el mismo lugar.

Aaron comenzaba a inhalar una gran cantidad de aire mientras su pecho se inflaba ligeramente.

Claud al ver aquello daba un salto alejándose rápidamente, por su parte, Aaron lanzaba una enorme llamarada desde su boca, la cual comenzaba a quemar todo a su alrededor.

Claud extendía su mano derecha y formaba un circulo de magia frente a el, deteniendo así el ataque de su amigo.

Nuestro joven caballero al ver las llamas y como se esparcían de manera lenta alzaba su brazo, haciendo que un enorme circulo azul de magia aparecería en el cielo, haciendo que en este comenzara a llover.

Aaron por su parte apretaba sus puños y expulsaba aun mas de su aura.

~Responde a mi llamada, espada sagrada Ooryuken.

Aaron decía aquello en un tono serio mientras extendía su mano hacia el cielo.

Claud veía aquello y se apresuraba dándole un golpe a Aaron, el cual retrocedía unos cuantos metros y veía como su espada no respondía a su llamada.

-Sabes bien que los objetos sagrados responden a quienes creen dignos, me temo que tu te has perdido, has perdido tu vision y por eso la Ooryuken no te responderá, esta vez tendrás que pelear por tu cuenta con todo tu poder.