El Último Caballero Real

El Comienzo

Narrador:
Aaron, Jörn, Eidren, Maya, Arisha y otros caballeros se alejaban del reino adentrándose en un bosque cercano.

Al adentrarse lo mas que podían en el bosque estos se quedaban a descansar.

Por su parte, Arisha se acercaba a Aaron y Eidren, los cuales miraban hacia el suelo de manera pensativa.

=¿Porque dejaron que los demonios tomaran el reino? Pudimos haberlos detenido, pudimos haberles ganado.

Arisha decía aquello en un tono serio, esta tenía su mirada llena de ira, Maya se le acercaba y le sujetaba la mano derecha.

~Ellos no tienen la culpa, además, esos dos demonios demostraron ser más fuertes que un arcángel, incluso fueron capaces de desvanecer mi barrera, incluso si hubiéramos atacado todos no abría servido de algo.

Maya decía aquello de forma seria mientras miraba fijamente a Arisha, la cual simplemente bajaba la mirada y se soltaba.

~Sera mejor que armemos un campamento para pasar la noche, mañana iremos a mi reino y ahí nos reuniremos con los demás caballeros, así que muevanse.

Tras decir aquello, Maya hacia una pequeña fogata con ramas y un chasquido de sus dedos.

Al ver aquello, varios caballeros se separaban y empezaban a reunir suministros.

Por su parte, Aaron se adentraba aun mas en el bosque sumido en sus pensamientos, este estaba vagando, hasta que de pronto la oscuridad lo cubrió por completo y frente a él se encontraba un enorme castillo.

-¿Que es lo que quieres esta vez?

Aaron decía aquello en un tono serio mientras se daba media vuelta, topándose frente a él un hombre algo esbelto y alto, este usaba un traje de gala blanco con negro, su tes era blanca y su cabello era de un color negro, este tenia los ojos cerrados y simplemente sonreía.

>Acaso esa es forma de tratarme, después de todo, yo te ayude con aquel sujeto.

Aaron daba un pequeño bufido y simplemente bajaba la mirada.

>Sabes perfectamente que con mi ayuda los hubieras matado a ambos y hubieras sido de nuevo un héroe.

Aquel sujeto se volvía una especie de nube negra y se movía, quedando atrás de Aaron, el cual apretaba sus puños con mas fuerza a tal grado que estos comenzaban a sangrar.