Aquella noche fue todo un desafío; por más vueltas que se diera en la cama, no conseguía si quiera pegar un solo ojo. Extrañaba a mares su amplia y suave camama.
La habitación de su hermana era tan pequeña como su baño, y ni hablar de la falta de calefacción. El diseño era rústico y ordinario, los colores demasiado vivos que le impedía a su cerebro caer en sopor. De lejos se alcanzaba a ver el cumulo de polvo en la cortina crema que quizás en un principio habría sido blanca. Era un hecho que Nina no era buena limpiando.
Rodó una vez más al lado izquierdo y se le ocurrió llamar a su novio. Sergio le brindaría unas palabras aliento. A estirones alcanzó el móvil de la mesita de noche y marcó; como a la tercera vez se escuchó respuesta.
—¿Si? —respondió con voz ronca.
—Hola cariño, te lla...
—¿Qué hora es? —le interrumpió—. Yvonne, es la una de la mañana —expresó molesto y somnoliento.
—Lo siento, es que no consigo dormir, no me acostumbro en la habitación de mi hermana.
—¿Y qué culpa tengo yo? Te dije que no cometieras una locura.
¿De verdad le estaba respondiendo así?
—Sergio...
—Déjame dormir, hablamos mañana.
No le dejó decir nada más porque al instante cortó. Derrotada regresó el teléfono a la mesita de noche sin nada más que suspirar. Su novio no era para nada empático, y no podría cambiarlo. Aunque quizás él estaba lo correcto, había posibilidad que estuviera cometiendo una locura.
El amanecer llegó prontamente así que decidió tomarle provecho y hacer ejercicio. Buscó ropa cómoda y se alistó para ir a correr.
Al atravesar la puerta de su departamento se fijó en su vecino y la chica de cabello corto salir del mismo departamento; definitivamente tenían que ser pareja.
—Yvonne —saludó Caleb; su novia la miraba curiosa, al igual que ella. De todos modos, les regaló su sonrisa perfecta.
—Buenos días Caleb.
—Lamento haber sido descortés ayer.
Ah, se refería a su ausente despedida. Negó sin dejar un momento libre de sonreír.
—No hay cuidado.
—Te presento a Janna —la señaló—. Janna, ella es Yvonne, la hermana de Nina y nueva vecina.
Su novia agradó enormemente sus ojos. La misma reacción que su vecino prestó al conocerla. ¿Qué era lo sorpresivo, el nulo parecido, o la existencia de una hermana? Siendo vecinos... ¿Nina nunca les habría hablado de ella?
—¿Hermana de Nina? No sabía que Nina tenía una hermana.
Entonces la última opción.
—Yo también me sorprendí mucho —prosiguió el chico.
—Vaya qué sorpresa. Un gusto Yvonne —dijo Janna extendiéndole la mano.
—Igual para mí.
En un abrir y cerrar de ojos hizo dos amigos, porque definitivamente tenían que serlo, ambos se veían agradables, y deseaba mantener ese tipo de personas en su nueva vida. Ya estaba cansada de topar con personas de doble cara.
***
—Señorita, señorita...
Entre sueños sintió como su padre la movía insistentemente. ¿Por qué la despertaba cuando dormía tan plácidamente?
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Me Gusta tu Vida©
أدب نسائيYvonne y Nina; dos hermanas que están seguras que la vida es difícil, pero el camino les mostrará que la vida es mucho más fácil de lo que creen. Tras diecisiete años de separación, ambas hermanas se encuentran en situaciones completamente diferent...