Amor propio.

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El calor de verano estaba en aumento, colocar zumos de limonada en el refrigerador ya no era suficiente para conseguir refrescarse. Salir a tomar aire fresco tampoco era una opción, aquel cálido toque de los vientos primaverales se habían ido dejando sofocado cualquier lujar al exterior, claro que sí lo que tú deseabas era una sesión de apicultura y colocación de piedras ardientes en el cuerpo estás de suerte, los daba el sol de manera gratuita, solo recuerda utilizar bloqueador y aprovecha porque vienen con bronceado incluido.

Para mí la idea de broncearme no me parecía muy atractiva, ya venía bronceado de nacimiento por así decirlo. No había nadie en casa así que podía ajustar la temperatura al nivel que deseará.
Mire el reloj para conocer cuanto tiempo faltaba para que iniciara mi programa de los martes, lo sé con los nuevos avances tecnológicos ver series por streaming y plataformas digitales es lo de hoy, sin embargo me emocionaba verlo a la manera tradicional además de que ayudaba con los niveles de audiencia.

Tenía media hora antes de que la serie comenzará, baje rápidamente a la cocina metí al microondas un paquete de palomitas y tomé un vaso de nieve de la nevera, sabía que me arrepentirá después de comer eso pero me reconfortaba saber que había tomado mi vaso con limón en ayunas esta mañana.

Me abalancé a la cama no sin antes encender la televisión y tomar el control remoto, a la serie aún le faltaba para dar inicio permitiéndome ver parte del final de la película que se transmitía, moría de risa cualquiera pensaría que estaba loco, el filme era de trama romántica pero de eso no me reía era de las frases y cosas que se juraban "amor para siempre".

Me gustaba pensar que el amor existía aunque nunca me hubiese tocado conocerlo a mí personalmente, había tenido novias en el pasado pero amor nunca sentía, me sentía, como decirlo...¿Obligado? Además las personas que conocía que alguna vez amaron ahora estaban divorciadas, y los pocos conocidos que tenía no lograban tener relaciones duraderas sin embargo también sabía de casos exitosos de amor, en conclusión creo que no todos nacimos para amar, quiero decir todos podemos pero no todos lo hacemos bien.

Irónicamente, la serie que miraba tenía al amor como trama secundaria esta temporada, "amor propio", es bien sabido actualmente que el que no se ama difícilmente logra amar a otra persona, el comer mientras veía el programa me incomodó un poco.

Para mí era un chiste ver a aquella chica que no se amaba si era demasiado guapa, tenía varios pretendientes y una familia completa pero a medida que avanzaba el episodio comprendí que hasta los bellos podrían pasar por eso, era lógico, bellos que se juntan con súper modelos y por ende se sienten feos, pero en la serie también habían Lucas, que con su carisma tenían únicamente muchos amigos, supuse que eso nos tocaba a los feos tener solo amigos, me sentí mal porque ni amigos tenía y por pensar que el aceptar el amor propio era único y exclusivamente de los no tan agraciados, no sé porque me dirigí al baño a verme en el espejo, o tal vez sí, me pregunté por qué no era tan bello como me gustaría ser, porque no tenía una nariz bella, poros cerrados u orejas más pequeñas. Levanté mi camisa y vi que a pesar de estar delgado tenía pequeños sacos de grasa a los costados — ¿Por qué eres tan malo contigo? — pensé.

Mire más abajo y sonreí al darme cuenta que los pocos ejercicios de pierna estaban dando frutos y que mis escuálidos brazos, aunque se veían igual sabía que con esfuerzo se verían mejor, no les voy a mentir, en ese momento aun no me amaba pero podría intentar enamorarme.

Fui al sótano donde papá guardaba sus equipos de entrenamiento y comencé a ejercitar.

Y pensé si "¿Marco se amaba a sí mismo?"

Las cosas que nunca dije...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora