Sin duda es una sirena...

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Los días calurosos seguían aunque ya eran más agradables, después de varios días Haruka había respondido a mi mensaje y con ello vino la idea de ir al "parque acuático" del pueblo, que consistía en 4 piscinas y otras 2 más con tobogán.

Al principio me opuse a la idea, no me gustaban las albercas por varios motivos, entre ellos 1-las bacterias, 2-el olor del cloro y 3-el orín de los niños pequeños, sin embargo quería tener una experiencia de verano, que al menos cuando la maestra de idiomas preguntara qué hicimos este verano yo pueda responder — bueno, hmmm...fui a las albercas en vacaciones —.

Aunque parezca tonto, porque lo es, tenía la mala costumbre de comprar ropa que nunca usaría, así que encontrar un bañador en mi guardarropas no fue tan difícil. No tenía planes de entrar al agua pero sabía que con Haruka lo que yo quisiera no importaba del todo.

Salí de casa, asegurándome de haber cerrado bien todas las puertas, habíamos quedado en vernos en la entrada a las 10:00 a.m., tenía una hora aún, así que decidí llegar caminando, podría considerarlo como "hacer ejercicio" del día de hoy, de cualquier manera lejos no estaba el lugar. Durante el camino no podía evitar sentirme incómodo estaba mostrando mis piernas, lo que me llevaba a pensar que para los gurús de moda tal vez mi conjunto era totalmente un crimen, una sudadera con bermudas en definitiva era rudo aunque siempre mi madre decía — ¿De qué te preocupas?, ni te conocen —.

Estaba apunto de llegar cuando unas manos me sujetaron de espaldas por la cintura; posdata odiaba que alguien hiciera eso, no porque no me gustara sino porque...simplemente por otro motivo, me congelé.

— Uhmmm...papi que ricas piernas — debí haberme defendido pero no podía moverme — Lucas no vas hacer nada — dijo riendo aquella chica de gustos japoneses.

— De hecho, ya sabía que eras tú — exclamé avergonzado y alejándola de mí.

— Claro, sí — bufó regalándome un pulgar arriba — Oye, invité a alguien ¿no importa, verdad?

— ... — No dije nada, había pensado que sería tiempo sólo de ella y mío — Hmmm...buen..— no pude terminar de contestar porque fui interrumpido por un chico blanco como la leche, más o menos de nuestra edad, llevaba un bañador fosforescente y lucía como un intento fallido de e-boy u otaku kawaii, se acercó a nosotros y besó a mi amiga en dirección a mí regalándome un guiño.

— Lucas, él es Eloy — anunció mi amiga, yo simplemente le regale una sonrisa mientras él me analizaba de pies a cabeza.

— Que bueno que lo invitaste — exclamó — se ve muy curiosito — realmente me había llamado así, según el leguaje de los jóvenes y adultos el describir a alguien como "curiosito" es sinónimo de feo sin chiste. Había pasado de inseguridad a completo odio, me llevé las manos a las bolsas y caminé hacia dentro del parque ignorándolos por completo.

Quedé impresionado una vez dentro, hacía años que no había ido y era obvio que estaba remodelado, el lugar jugaba con distintas formas geométricas y sus tamaños, en especial con los cuadrados, la cerámica del lugar era en tonos rojos, blancos y negro, le habían incorporado regaderas y pequeños chapoteaderos donde niños jugaban a quién duraba más sumergido. Vi a Eloy sacar una cámara de su mochila y como iba tomando fotos a aquello que para mí no tenía ningún sentido.

— ¿Por qué le tomas fotos a eso? — Pregunté al ver que solo fotografiaba una roca al centro del parque.

Me regalo una mirada tonta, yo hice lo mismo, entonces se acomodó una corbata imaginaria y dijo — Ok...mira a tu alrededor pero mira muy bien — hice lo que me pidió confirmando que existían mejores lugares dentro del parque para realizar fotos — sabes, todos ya le han tomado foto a esos paisajes, en Facebook encuentras mucho de eso — refrescó su garganta — para mí es más interesante encontrarle lo bello a esto — completó mostrándome las fotos que tomó a la roca, vaya que tiene talento — ¿Te gusta?

— Tú me gustas — contestó Haruka abrazándolo, me sentí apenado lo había juzgado como un básico intento tumblr y ahora me parecía una persona más real e interesante.

La sesión de fotos se extendió hasta los toboganes donde mi pelirroja amiga posaba para su novio, yo me encontraba parado cerca sin estorbarles, no quería mojarme así que solo los miraba.

— Hey, se me ha ocurrido una idea, Lucas — gritó Eloy — pero necesito de tu ayuda.

— No me gusta que me tomen fotos — exclamé.

— Nada de eso — rió nervioso — solo necesito que le hagas un poco de sombra a Haru — No quería participar menos de poste pero ver a mi amiga con carita de cachorro sin duda era mi debilidad.

— Todo sea por el arte — me rendí.

— Esa es la actitud — ambos comenzaron aplaudir.

Eloy me coloco a la orilla de la alberca, no sabía cómo eso le daría sombra a mi amiga pero no lo juzgaría de nuevo, después de todo él es el fotógrafo, cerré los ojos al ver cómo Haruka corría hacia mi dirección.

— ¡AHORA!— gritó Eloy y mi mundo se cubrió de una total oscuridad y humedad, intentaba nadar pero recordé que no sabía nadar, la 4- de los motivos que odiaba la alberca. Intentaba salir, las risas de fondo no me ayudaban a tranquilizarme y mi ritmo cardiaco se aceleró más, abrí los ojos, lo único que podía ver eran cortinas de agua cayendo sobre mi cara cada que intentaba abrirme camino a la superficie, no sé cuanto tiempo dure así ni como logre salir, de lo que sí estaba seguro es que estaba enojado y agradecí el estar mojado para que no me vieran llorar.

— Idiotas — Haruka aún reía pero Eloy tenía cara de susto sin embargo eso no me importó, para ellos sólo era un chiste.

Hice lo que no se debe hacer en un piso mojado, correr, aunque escuche a Eloy hablar, para mí ya había sido suficiente de él, me dirigí a los baños quería cambiarme e irme, justo cuando subía los escalones mis sandalias reventaron, iba a caer otra vez pero al menos yo sería el causante de esta.

— No voy a estar siempre aquí para atraparte — murmuró alguien en mi oído evitando que besara el piso.

Abrí los ojos y en efecto, no había muerto pero tenía un bello ángel sosteniéndome en sus brazos, traté de ponerme de pie yo solo.

— Gracias — dije tratando de desviar mi mirada clavada en su abdomen a su cara pero eso tampoco ayudaba.

— Veo que te gusta nadar con ropa o aprovechas para lavarla aquí también — dijo riendo, en otro momento eso hubiese sido gracioso pero esa no era la emoción que sentía.

— ¿estás bien?

"No, estoy jodidamente mal, casi muero en la alberca y lo único que hizo mi amiga fue reír", claro que eso solo lo pensé no quería que sintiera lastima por mí o que era una reina del drama — Sí, seguro — reí — ¿y tú?

Justo cuando daría su respuesta una bella chica morena, de grandes caderas y busto prominente lo tomo del brazo.

— Ya estoy lista, Marco, podemos irnos — dijo la chica con un body rojo al estilo salvavidas, él simplemente se despidió con un gesto y se marchó.

— Oh la la, ¿Quién es ella? — preguntó Eloy colocando su cabeza en mi hombro — ella sin duda es una sirena.

— A mí me gusto más el tritón — rió Haruka tomando a su novio de la mano.

Las cosas que nunca dije...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora