Eloy pt.2

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No sé cuánto duro ni tampoco cuando finalizó, pudo haber sido un instante o tal vez un siglo, nunca había besado a un chico, nunca había beso a nadie en general. Hasta el día de hoy, dejaría de mentir sobre mi primer beso, cuando alguien me lo preguntaba siempre contaba la misma historia "fue un mal beso, tenía 12, con mi primera y única novia", me sentía como el mayor mentiroso cuando lo decía pero estaba seguro que todo el mundo sabía que mentía.

No podía negar que cuando Eloy hablaba miraba unas cuantas veces sus labios, rosas y ligeramente carnosos aunque en aquellos momentos solo eran un par de labios, ahora en este instante todo había cambiado, sus labios se habían transformado en pequeños bombones sabor cereza, sentí como soltaba mis manos y llevaba las suyas a mi cintura, no pude evitar sentir cosquillas en el abdomen, justo las mismas cosquillas que sentí cuando Marco me atrapó, ¿Marco?

Abrí los ojos y lo alejé de mi suavemente — Lo siento — dijo avergonzado y saliendo a toda prisa de la habitación, intente detenerlo pero para que haría eso, no quería hacer una escena después de todo.
Mire por un momento la puerta esperando que regresara pero eso no pasó.

— Lucas, hijo ¿por qué Eloy se ha ido tan apurado?

Olvide por completo que mi madre seguía en casa. — Nada, se acordó que debía llamar a sus padres — mentí, como lo hacía con el primer beso y asumí que mi madre mintió al creerme.

En definitiva Eloy era un chico interesante, complicado y ¿lindo?, negué rápidamente con la cabeza, quería a Eloy, sí ,pero lo quería como un amigo y eso no lo quería perder.

De cierta forma él no tenía una vida fácil, quiero decir, sus padres siempre viajaban por "frutos financieros", tenía un medio hermano estudiando medicina, que si bien no vivía con ellos, era un orgullo para su padre.

Cada que podía le preguntaba a Eloy por que venía al pueblo si él tenía una posición más acomodada, a diferencia mía el sí era pésimo mintiendo, cada ocasión tenía una historia diferente, para mí se sentía igual de solo que yo, como un ave exótica en cautiverio, que sí bien es bella, el dinero y la atención que reciben no lo son todo en la vida.

Mordí mi labio inferior, aún sabía a cereza, me eché a la cama mirando como el abanico en mi techo giraba lentamente, cada vuelta era cada recuerdo con Eloy y con ello venía la culpa ¿había traicionado a mi amiga? Y aún mejor ¿por qué había pensado en Marco?

Las cosas que nunca dije...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora