Nada nunca es igual.

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Eran las 4:30 p.m. del día viernes, mi cabello aún mojado por la ducha que había tomado, la feria no empezaría hasta las 8:00 p.m. y yo continuaba perfeccionando el disfraz improvisado, vestirse de catrín no era complicado pero querer destacar con tu disfraz de puro hueso sí que lo era.
Las calaveras junto con el Día de muertos habían vuelto a su popularidad después del estreno de Coco, era común entre los latinos emplear ese disfraz los Halloween posteriores a eso, así como recalcarle a los americanos que estos se estaban apropiando de la cultura latina, a mí en lo particular me parecía absurdo, yo me preguntaba más bien de qué lado pertenecería. Mi madre es latina, hija de padres migrantes y mi padre es americano "puro" de muchas generaciones atrás. Incluso llegaba a pensar que fue mi color de piel o la cultura de mi madre la que lo llevo a dejarnos.

Papá nunca pasaba acción de gracias con nosotros, tampoco me llevo con él al trabajo y dudo mucho que hablara de mi madre y yo en el, prefería llevarnos a lugares menos concurridos o hacer actividades en el parque, sí, el mismo donde siempre estoy sentado.

Sabía que el problema era de padre, mi abuela siempre me mandaba postales deseando conocerme pero mi padre nunca se lo permitió, mis tíos me mandaban regalos en navidad también, pero papá los devolvía, aún después de eso yo lo perdono, yo lo amo y espero volver a verlo como él prometió.

Haruka me llamaba tonto por eso, que debería odiarlo por arruinar mi vida, y de hecho fue por eso que nos conocimos.

***

Era el segundo día de clases, primer año, aquello de "año nuevo, vida nueva" estaba saliéndome mal, que novedad, seguía siendo el niño raro sin amigos pero ahora en una nueva escuela, la primaria la había estudiado en el colegio cerca de los rincones ricos del pueblo pero ahora no tenía esa posibilidad, el rumor de mi padre había llegado a oídos de la directora y financiar mi beca les parecía algo desagradable.

Intentaba parecer amigable pero estaba claro que nadie quería estar conmigo, los chicos al rededor se daban la vuelta para hablar con los que tenían atrás, algunos ya se conocían desde antes, otros eran vecinos, yo tenía amigos pero estábamos en distintas aulas y desde que mi padre nos dejó la relación con ellos también lo había hecho. Envidiaba a aquellos que podían hablar con desconocidos tan natural, yo no había decidido ser raro solo me tocó serlo.

Me acomode en modo de feto en mi asiento, no quería nada, solo que comenzara la clase y acabará esta incómoda situación.

- Hola, ¿está ocupado? - una mano me picaba al costado, levante la vista se trataba de una chica castaña, un poco regordeta, vestida de rosa.

- ...Creo que ya no - murmuré al ver que mi compañero que estaba al frente se había mudado a otro asiento.

- Bueno...creo que me sentaré aquí - dijo burlándose, imitándome.

- Ok. - dije intentando reír.

- Ok. - repitió con cara de pescado.

***

Me pregunto por qué Haruka había cambiado tanto, tomé la foto familiar, aquella que estaba arriba de la mesa de noche, nos veíamos felices, realmente felices, sonrisas brillantes, la familia modelo pero ahora todo eso se había ido, mi padre y Haruka se habían marchado de mi vida, aunque no con las manos vacías, él primero se había llevado mi seguridad, mi confianza y la segunda tenían en su poder mis secretos y mi amistad.

6:43 p.m y aún no me había cambiado, me apresuré a poner el pantalón que ahora me quedaba un poco ajustado de los muslos y la camisa de mangas largas que a pesar de ser blanca no transparentaba, sonreí el 50% de mi disfraz estaba hecho, corrí apresurado al cuarto de mamá y saqué de la cajonera distinto cosméticos, este era el momento crucial, el que haría de mis disfraz un éxito o un rotundo fracaso.

Respire hondo, había mirado múltiples videos de James Charles en YouTube así que los productos no me eran tan desconocidos, sabía que no iba usar base, mucho menos corrector ni nada de eso pero como decían muchos Beauty Bloggers, todos los detalles son importantes.

Leí una última vez las instrucciones del producto, y recé para que el polvo fuera de mi tono, al principio, todo me parecía una mala idea sin embargo a medida que mi lado perfeccionista llegaba, los resultados fueron mejorando, busque un bronceador para darle más vida a mi cara de muerte y funcionó.

- Le falta algo - me dije a mí mismo llevándome una mano al mentón, como si así las ideas llegarían más rápido, no sé cómo fue que mi vista se desvió a una caja de botones de mi madre - Podría ser Coraline - reí poniéndome dos botones en los ojos - O podría... - no termine mi frase 1- porque no tenía ninguna referencia y 2- era momento de actuar no de hablar, tomé pegamento de pestañas y lo coloqué minuciosamente en pequeñas piedritas de fantasía, similar a diamante, con el espejo de testigo y como acto de creatividad absoluta comencé a pegarla al rededor de los ojos como si fuera la silueta de un antifaz, vuala , el catrín perfecto.

Mi emoción se esfumó al ver la hora, 7:40 p.m., esta hora sería perfecta si Haruka me llevará pero no iba a suceder, ya no.

***

- Lucas, tú vida apesta, no has pensado iniciar una nueva o algo así - sugirió sin apartar la vista del frente, seguí enojada había arruinado su fiesta, la única a la que me habían permitido ir.

- Perdóname Nicole, yo realmente lo intenté pero - hice una pausa para meditar mi respuesta sin recibir un insulto de su parte - ellos no me agradan y yo no les agrado, te juro que realmente intento encajar.

- Ese es el problema, agh - hizo un ademán con la mano derecha, la otra aún sostenía el volante - no te esfuerces demasiado, te ves mal.

- Perdón.

Supuse que eso la hizo enojar, ya me había dicho que odiaba cuando pedía perdón o me disculpaba.

- Bájate del carro - se detuvo de golpe, le lance una mirada para confirmar sí hablaba enserio pero no se digno a voltear, a pesar de que mi casa no estaba ya tan lejos, era madrugada y las calles no eran seguras - Lucas, bájate.

***

Tomé mi cartera, las llaves y mi celular, saliendo rápidamente a la calle en busca de un autobús, corrí a la parada justo una cuadra abajo de mi casa y por desgracia el autobús ya iba lleno, maldije por todos aquellos que llevaban disfraces tan grandes, ángeles, dinosaurios y ¿una nave espacial? , tendría que esperar el siguiente autobús a las 8:00 justo la hora de la inauguración.

Movía la cabeza esperanzado pero la parada aún seguía sola, veía pasar múltiples coches, la mayoría llenos de personas disfrazadas, y otros simplemente llevaban decorado su coche.

Jordan McCoine, el mariscal de la preparatoria había pasado a gran velocidad, como era costumbre iba con las porristas y todo el equipo de fútbol, todos utilizando trajes de la misma temática solo que en su versión porno,

Alexa Wolfberg, la chica debates y líder del comité de alumnos, iba con prisa durante la marcha, me pregunté si vería a alguien allá, esa última frase retumbó en mi cabeza, ver a alguien, me levanté llevándome las manos a la cabeza, yo sí tenía a alguien, había olvidado a Marco.

🪐🪐🪐
¿Qué les pareció? ¿Quieren saber más de la amistad de Haruka y Lucas? ¿Creen que Marco sí esté esperando a Lucas? ¿Lucas llegará antes de las 8?

Los amo chicos 🖤🤍🖤

Las cosas que nunca dije...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora