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—I TOOK HER HAND, BABY THIS IS WHAT I SAID

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—I TOOK HER HAND, BABY THIS IS WHAT I SAID...

—I SAID BABY, BABY, DON'T YOU HESITATE, 'CAUSE I JUST CAN'T WAIT...

—I SAID...

—Chicos, estoy intentando hablar por teléfono. Mierda.

¡Hey!

—¡Mierda! Digo, ¡perdón, mamá!

Nuevamente, la estruendosa voz de Sebastian y Scotti volvió a escucharse por toda la casa, esta vez en forma de risas. El vocalista tenía una lata de cerveza en la mano, mientras que el guitarrista tomaba cosas del refrigerador para comer.

—Ajá. Mamá, no lo voy a olvidar, estaba saliendo para allá cuando llamaste... Como sea, te llamo cuando llegue. Yo también te quiero.

—Awww —soltaron ambos chicos.

—Imbéciles —dijo Dave en cuanto colgó el teléfono.

El rubio miró a su otro compañero. Sabía que podían seguir burlándose, pero Dave llevaba días con una actitud extraña. Parecía molesto con todo y a la vez nada le hacía tener mayor reacción que un resoplido o un insulto como el que acababa de decirles.

—¡Ya llegué! —ahí estaba Rachel, anunciándose.

—¿Dónde está Rob? —le preguntó Sabo, se estaba colocando la chaqueta.

—A quién le importa —contestó Rachel, pero se le unió Sebastian y todos rieron, excepto el que había preguntado.

—A nosotros, sabes que en ese puto lugar si no estás en el escenario a la hora, te cancelan.

—Esperen, ¿ya nos vamos? Quería dormir —se quejó Scotti al ver a Dave recoger las llaves.

—No, voy a recoger a mi hermana. Se los dije ayer.

—¿Tu hermana? —Rachel le miró extrañado— ¿Para qué?

—Voy a cuidarla.

—¿A Linda?

—Sí, tiene treinta pero todavía necesita que la vigilen —le dijo con desdén. Rachel captó enseguida y rodó los ojos—. A la pequeña, idiota.

—No necesitas tratarlo así —dijo Sebastian, abrazando al aludido con uno de sus largos brazos por un corto momento. El bajista lo alejó.

—Vuelvo en un rato, mejor que tengan sus cosas listas.

—Mi chica vendrá en su auto, tal vez nos iremos antes —Scotti habló.

—Bien.

El guitarrista salió de la casa, dejándolos parados sin decir nada más. Sebastian empujó al bajista aún más lejos.

—¿Por eso ha estado actuando así? —cuestionó el rubio. En cierta parte lo comprendía, nadie quería cuidar a una niña cuando se vivía como ellos lo hacían. De hecho, ni siquiera estaba seguro de querer que la chiquilla estuviera por ahí, seguramente molestando a todas horas.

Sweet Little Sister | Sebastian BachDonde viven las historias. Descúbrelo ahora