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El sonido del televisor a todo volumen se mezclaba con el de la música proveniente de la habitación de Rachel

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El sonido del televisor a todo volumen se mezclaba con el de la música proveniente de la habitación de Rachel. El rubio se encontraba en la sala, tirado sobre todos los asientos en el sillón. Aquel día era húmedo, podía sentirlo en el aire y en su cabello esponjado, que bajo ninguna circunstancia que no fuera extrema, ataría en una coleta. Lo único que lo mantenía con los ojos abiertos, evitando que se durmiera, era la película de terror que sorpresivamente era transmitida por TV a esa hora del día.

El fin de semana había pasado sin pena ni gloria para él. Isabella y sus primas habían tenido que dejar Los Ángeles en sábado, lo que le alegró porque así pudo ignorar por completo el pensamiento que tuvo por unos segundos en su cabeza sobre invitarla a salir.

Quería molestar a Marie, pero no la había visto demasiado en ese par de días, así que no hubiera servido de nada. Eso no evitó que después de un show que tuvieron fueran a pasar la noche con unas chicas que Rachel había conocido, y tampoco que al día siguiente fuera a visitar a Axl, quien había tenido un descanso entre fechas del tour en el que Guns N' Roses estaba. Sus compañeros no comprendían mucho al pelirrojo y aunque no les desagradaba, sus primeras opciones para pasar el rato no incluían estar con él, por lo que solamente Sebastian fue. Era como si le gustara tratar con gente difícil y sin duda la pelinegra venía a su mente cuando pensaba en eso, pero sabía que Axl era mucho más temperamental.

Aún cuando el pelirrojo había invitado a un par de amigas, no pudo evitar por completo no pensar en la hermana de su compañero, pues a Axl le agradaba.

Debiste traerla —había dicho.

De haber querido no hubiera sido posible, pues al igual que en ese momento, ella no se encontraba en casa. La mayoría del tiempo no se preocupaba tanto por dónde pudiera estar, pues siempre andaba con Camila. Pero ese día, la castaña había llegado una hora antes, con el pretexto de esperarla.

La sequedad en su boca se volvió insoportable justo cuando los créditos de la película rodaron por la pantalla. Se levantó con pereza y se dirigió hacia la cocina para tomar agua. Mientras lo hacía, la figura femenina de Camila entró en la cocina, deteniéndose un poco al mirarlo.

—Oh, hey.

—Hey —Sebastian la miró. A diferencia de cuando había llegado, su cabello ahora estaba suelto y un tanto desarreglado—. ¿Te vas?

—Sí.

—Creí que esperarías a Marie.

—Ella sabe dónde encontrarme. Dile que estuve aquí, no creo que nadie más lo haga —ella dijo con desdén.

El rubio notó que ella evitó mirar hacia el pasillo, pero parecía saber que la observaban. Antes de seguir caminando, volvió a mirarlo a él.

—Te veo luego.

La manera en que lo había dicho le hizo sentir incómodo. Cuando ella avanzó y el rubio pudo ver al guitarrista rítmico, supo que no había escuchado mal.

Sweet Little Sister | Sebastian BachDonde viven las historias. Descúbrelo ahora