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—Ramones —dijo Rachel

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—Ramones —dijo Rachel.

Marie asintió y algo que sonaba como I Wanna Be Sedated llegó a sus oídos, o al menos lo que recordaba de la canción, mientras el bajista se divertía tocando su instrumento a la par.

—¡Peter Criss! —exclamó Rob sonriendo, le gustaba ver a la chica detrás de su batería, pero en realidad todos estaban pasando un buen rato.

Esta vez ella decidió ir por Love Gun, nada muy complicado, haciendo que su hermano tocara el riff de la canción que todos ahí conocían. Scotti levantó la barbilla.

—No sé... ¿Algo de AC/DC?

—Amo a ese tipo —dijo ella. Su mente divagó por algunos segundos, intentando recordar alguna canción. Cuando escuchó al rubio gritar "¡No, no!", creyó que estaba salvada.

—Neil Peart —soltó. Todos apoyaron la petición, haciendo que los ojos de ella se abrieran más de lo normal.

—Creí que éramos amigos, Sebastian —dijo. Tomó un respiro, intentando relajarse. Cuando al fin recordó algo de su casi inexistente repertorio, asintió—. De acuerdo.

La chica golpeó el platillo y segundos después comenzó a tocar lo que todos reconocieron al instante. Dave se unió para continuar con Tom Sawyer, canción que años atrás también habían tocado y aprendido juntos por la obsesión que su padre había tenido poniendo el álbum completo día tras día.

Sebastian comenzó a cantar, Rachel también era conocedor de algunas notas, Rob y Scotti imitaban de forma graciosa el sonido del teclado con la boca. En cierto momento, cuando aquella esperada sección instrumental llegaba, todos guardaron silencio y dejaron que ella siguiera tocando. Una vez eso pasó, ella hizo un redoble y finalizó con los platillos, dándoles una mirada de reproche. No era muy segura con la forma en que tocaba, pero Dave siempre le había dicho que era buena... Claro, cuando era menor y aún sentía gran afecto por ella: esa era la razón de jamás le hubiera creído y con los años, había dejado de practicar.

—Eso fue muy bueno —dijo Sebastian sonriendo. Los demás dijeron cosas parecidas, a lo que Marie rio.

—Seguro, estuvo al nivel de Neil Peart —respondió sarcástica. Se levantó y le extendió las baquetas al baterista—. Es tarde... Si ya terminaron de humillarme, tengo que hacer algo.

Los chicos estaban a mitad de un ensayo cuando Marie apareció y la animaron a tocar. Estaban componiendo una nueva canción; se trataba sobre alguna noticia que Dave había visto en el periódico y el guitarrista había logrado escribir casi todo sin tener que hacer arreglos. Era buena.

Marie salió hasta que terminaron de ensayar. Todos estaban esparcidos por la sala y cuando ella entró, tres pares de ojos se posicionaron en ella. Su hermano no se molestó en mirarla.

—Estoy lista, ¿ya vienes? —dijo al teléfono.

Vestía una falda de color negro que llegaba a mitad de sus muslos y un top rojo, llevaba una chaqueta de mezclilla y las botas de combate que acostumbraba a usar. Todos miraban su cuerpo. Sebastian no se preocupó por disimularlo, ni siquiera sabiendo que Dave estaba sentado junto a él.

Sweet Little Sister | Sebastian BachDonde viven las historias. Descúbrelo ahora