Todo estaba completamente mal, demasiado. La tensión, el miedo, la adrenalina, muchas sensaciones mezcladas. Las miradas de ambos conectaron y la ira de apoderó de sus cuerpos.
El silencio era total, nada se movía, ni un alma se atrevía a salir de su escondite.
Ellos se seguían viendo,uno insitando y el otro amenazando. El pelinegro veía el arma en manos de su oponente, colocado en la garganta de la persona que más llegó a amar en su vida. No podía atacar,la ponía en riesgo, pero,¿Cómo la salvaría? Veía sus ojos llenos de lágrimas.Dio un paso hacia ellos y el agresor retrocedió con su víctima.
- No quieres hacer esto - Le gritó - Baja el arma y déjala ir.
- ¿¡Y tú qué sabes de lo que necesito yo!? - Sus ojos rojos, sus pupilas dilatadas y la manera frenética y ansiosa en la que se movía constantemente, ponía nervioso al oji-negro;un tiro se el podía escapar.
- ¿¡Qué demonios es lo que quieres!?
- Te mostraré qué es lo que quiero - Apuntó el arma en la cabeza y tiró del gatillo y...
La madre de Vegeta apagó abruptamente su telenovela favorita cuando oyó el grito de su hijo. La mujer puso total atención a cuando él y Gokú salieron de la oficina del dueño de casa.
Había pasado una hora desde que llegaron y Vegeta no encontró a Bulma, desde entonces, enloqueció. Gokú trató de calmarlo, de advertirle que era mejor pensar con claridad antes de hacer las cosas. Creyó que lo había calmado, al menos unos momentos porque ahora estaba echo furia, de nuevo.- Hijo, cálmate y respira - Aconsejaba su mamá, de lo más tranquila. O eso aparentaba, muy en el fondo, le preocupaba aquella chica que jamás llegó a conocer.
- ¡No puedo, mamá! - Caminaba de un lado para el otro, pisando con fuerza, con la mirada perdida y la ira a mil - ¿Cómo está eso de que no puedo salir a buscarla? ¡Demonios!
- Vegeta, ya te dije que no lograrás nada en esas condiciones - Hablaba Gokú, apoyado en el marco de la puerta, siendo la voz de la razón - Sólo vas a causar más disturbios y, tal vez, alertes al Dr. Brief.
- Me siento demasiado impotente - Se dejó caer en el sofá, soltando un pesado suspiro. Justo cuando creía que todo estaría bien, justo cuando pensó que se volverían a reunir y tendrían una vida normal y tranquila... Fue demasiado para ser real,¿No?
(...)
- ¿Puedes caminar más rápido? - La pelinegra estaba ansiosa, hasta impaciente.
- ¿Cuál es la prisa,Videl? - La rubia bufó y siguió bebiendo su malteada mientras caminaba detrás de la mencionada.
- Esto es importante, Lazuli - Regañó - Tú y yo no tenemos ni a dónde caernos muertas, así que... No esperes que sea paciente cuando fuimos citadas por alguien importante.
- ¿Sabes quién es o qué quiere que hagamos?
- No lo sé, pero mientras nos pague... Haremos lo que sea - Lazuli se detuvo en fijó la vista en el suelo y se quedó ahí - ¿Qué pasa? ¡Camina!
- Videl... Yo... Yo ya no quiero hacer cosas ilegales para sobrevivir - Confesó al fin. La pelinegra bufó y se acercó a ella.
- ¿Y qué harás? - No puedes conseguir empleo, recuerda que Vegeta nos condenó ambas, nos destruyó cuando hizo que fuéramos las más buscadas, cada persona de Japón tiene prohibido prestarnos la acera de su casa para dormir,¡Hasta tuvimos que disfrazarnos para comprar comida! - Suspiró - Lo lamento pero esto es lo que eres ahora. Ya no sé qué más, además de cosas ilegales, hacer para sobrevivir. Así que deja de quejarte y andando.
- ¿Has pensado en... Entregarnos...? - Sugirió,en un hilo de voz.
- ¿Entregarme? - Repitió - ¿Estás loca? ¿Crees que dejaré a la maldita esa ganar tan fácilmente? Aún no he acabado con Bulma y Vegeta, no está en mis planes rendirme. Ahora, cierra la maldita boca y camina.
(...)
- ¿Por qué será que tardan tanto mis invitadas? - Los ojos azules tenían una mirada con falsa paciencia y horrorosa maldad.
Entre sus manos, una fotografía era sostenida, de dos personas que antes eran felices, cuando nadie se metía entre ellos.
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¿Qué fue eso? Ya verán. Nos leemos.
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Traicionera - Segunda temporada.
Fanfiction(Para leer esta parte, primero leer la primera temporada) La historia... Aún no termina, los problemas siguen aumentando,y el estar juntos se hacía más difícil. La vida simplemente se empeñaba en haberlos sufrir... Y separarlos.