Sólo te prometo que te amo.

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Todo parecía ir de mal en peor y eso sólo lo estaba preocupando muchísimo más. Tenía miedo, miedo a lo que llegara a pasarle a su mamá, a Gokú y a su familia.

Vegeta estaba impaciente, no dejaba de moverse de un lado para el otro, mientras seguían esperando la llegada del hombre que los ayudaría. Bulma, quién estaba sentada viendo cómo el pelinegro caminaba de un lado para el otro soltando susurros inteligibles, se sintió mal por no saber cómo ayudarlo.

Unos minutos que le parecieron una terrible y tortuosa eternidad tuvieron que pasar para que el vicepresidente por fin aparezca. La conversación fue corta, le dió a Vegeta las armas que necesitara y le prometió que,en cuando llegue al lugar donde está su mamá y los saque, él llegaría con refuerzos para arrestar a cualquiera que estuviese involucrado.

— ¿Estás lista? - Extendió su mano hacia la peliazul que, después de hora y media de pelea, le ganó la jugada y lo obligó a dejarla acompañarlo. Bulma sonrió y tomó su mano, entrelazando sus dedos - Aquí vamos...

Llegaron a aquel depósito abandonado en dónde les había indicado el Sr. Brief. La camioneta se detuvo a unos cuantos metros para no ser vistos aún. Volvieron a mirarse en silencio pensando en lo que van a hacer a continuación. Vegeta suspiró y salió del auto, Bulma hizo lo mismo.

— ¿Y ahora? - preguntó ella, mirando hacia enfrente, viendo la enorme construcción desierta.

— Te quedarás aquí y  vas a guiar a los hombres del vicepresidente cuando lleguen - se acercó a ella y la abrazó por la cintura - Quiero que recuerdes que eres lo más hermoso que tengo en mi vida. Sin importar lo que llegue a pasar ahí adentro, tú siempre serás el amor de mi vida.

— No me hables como si te estuvieras despidiendo - Vegeta tampoco quería pensar así, pero no sabía lo que le esperaba ahí adentro, y, en caso de no salir con vida, tenía que dejar en claro cuánto la amaba.

— Sólo prométeme que te pondrás a salvo si algo llega a salir mal - Juntó su frente con la de ella, cerrando sus ojos y suspirando. Un pequeño beso fue dejado en sus labios por Bulma, beso que lo hizo mirarla.

— Sólo te prometo que te amo - Él sonrío, sintiendo una calidez abrumadora invadir su pecho al escucharla decir aquellas palabras. Había pasado tanto tiempo extrañando aquellos gestos, palabras y aquellos besos. Sin duda alguna esa mujer era lo que le faltaba su vida. Y ahora que la había recuperado lucharí hasta el final para no perderla de nuevo.

Le dejó otro pequeño beso y se separó de ella, se subió al auto y sólo se fue después de que vio que ella se había escondido en un lugar seguro. Apretó los puños sobre el volante y se puso en marcha. Justo en la entrada había dos hombres esperando y detrás de ellos la puerta se mantenía abierta dejándolo ver a su madre y a Gokú amarrados a un poste. Aquello le hizo hervir la sangre, pues parecía que los estuviese poniendo en exhibición.

— Brief, estoy aquí - gritó apenas bajó del auto - Da la cara y deja de esconderte detrás tus guardias - Iba decidido, molesto y con ganas de acabar con esto lo antes posible.

— Tenía miedo que no llegaras, Vegeta - los guardias nos dejaron pasar sin problema y en cuanto entró a la fábrica abandonada, Y aquel hombre sentado delante de la familia de Gokú. El niño lloraba mientras se abrazaba a su madre, bajo la tendí terrorífica mirada de aquel hombre - pensé que traerías a mi hija contigo - siguió hablando, sin mirarlo - aunque creo que fue una buena decisión, porque ella pagaría lo mismo que tú.

— Tu maldito problema es conmigo, siempre fue conmigo y estás metiendo las personas equivocadas en esto - se empezó a acercar lentamente a él, mirando de vez en cuando su mamá y a Gokú, que seguían desmayados - ¿Qué les has hecho?

—  Les he dado algunos calmantes porque hablan demasiado - lo miro y sonrío ladino - No sabes cuánto tiempo esperado para acabar con el último descendiente del Rey - Se puso se pie y caminó hacia él - y ahora no volveré a perder mi oportunidad - estaban cara a cara - tu padre y tú siempre fueron esa piedra en mi zapato que siempre le molestaba y de la cual nunca me podía deshacer por completo, cuánto creía que ya se había acabado con el rey,aparece el descendiente - Ríe - ¡El príncipe!

— No eres el único que ha estado esperando este momento - Gruñó - vengar la muerte de mis padres es lo que más anhelo y no importa quién muera hoy, pero salvaré a mi otra familia de ti.

— ¿Estás seguro de que tienes ventaja alguna contra mí? - preguntó en un tono altivo. Vegeta escucha el sonido de armas cargándose y, al dar la vuelta, dio unos cuantos hombres apuntándole directamente y otros a su mamá y a sus amigos.

— Eres una rata traicionera que no tiene el coraje de pelear por sí mismo - apretó los puños con notable molestia y sin saber que podía ser en estos momentos. Estaba acorralado y sus opciones se le acababan. Maldijo porque el vicepresidente aún no parecía.

— Y tú demasiado ingenuo - las piernas le temblaron al reconocer aquella voz. No podía ser cierto, su mente estaba jugando malas pasadas y estaba alucinando - Hola, papá - pero no, no se Estaba volviendo loco, ahí estaba ella, su querida Bulma, abrazando a su padre.

— ¿Qué haces, Bulma? - padre e hija sonrieron mirando al hombre. Vegeta caian cuenta de que todo fue una trampa desde el principio.

•••

Como prometí que actualizaría, tuve que hacerlo. ¿Se han esperado este giro en la historia?

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También estaré pasando por las otras historias para actualizarlas. Aún no me decido cuál actualizaré ahora. ¿Alguna preferida?

Sin más, sspero que disfruten su capítulo y nos lemos en otra historia.

Traicionera - Segunda temporada. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora