Sí, definitivamente y sin ninguna duda Gokú amaba demasiado a su esposa e hijo. Ahí, viéndolos dormir abrazados en la cama de ambos, se repitió con milésima vez que eran lo más hermoso que tenía en su existencia.
La decisión de darle otra oportunidad fue lo mejor que pudo haber hecho. Desde aquel momento, ella prometió cambiar y así lo hizo. Los momentos en los cuales sufrió por ella quedaron en el pasado, las cosas ahora son distintas y él ya no se imagina la vida sin la mujer que ama profundamente.Y su hijo... ¿Qué podía decir de su hijo? Era su luz, sus ojos, el mayor tesoro que le pudo haber regalado su mujer. Aquel niño había llegado y puesto su mundo de cabeza, lo había hecho feliz. Su pequeña existencia, sus sonrisas sus ojos, todo del infante lo había conquistado.
Su familia era su todo.
Y el pensar en que, tan sólo hace poco alguien trató de arrebatarle lo único bueno que tenía... Hizo que la furia lo recorriera de pies a cabeza, las ganas de matar a cualquiera que se atravesara en su camino lo poseían. Los miró atentamente y apretó los labios.
— Daría mi vida por ustedes - Les susurró y dejó un beso en la frente de cada uno para luego dirigirse a donde estaba Vegeta.
Grande fue su sorpresa al no hallarlo en ninguna parte de la casa. Tomó su móvil y marcó al pelinegro.
— ¿Vegeta? ¿En dónde estás?
— En casa de mi madre - Le oyó decir, al otro lado de la línea - ¿Puedes venir? Creo que tenemos información valiosa que nos puede ayudar a saber del paradero de Bulma.
— Está bien - Aceptó y colgó la llamada. Tomó las llaves de su auto y se fue a la casa de la mamá de Vegeta.
Llegó más rápido de lo esperado. Ingresó sin mayor problemas a la vivienda y se dirigió hacia arriba. Suponía que estarían en la habitación de la mujer, esperándolo para hablar de lo que sea que esté pasando.
Puso cara de incredulidad cuando, al pasar por en frente de una ventana, vio a una chica pasearse por el jardín,¿Quién era? Ni puta idea, pero eso daba igual en estos momentos.— Aquí estoy - Anunció, entrando sin siquiera tener que tocar la puerta - ¿Qué tienen?
— Gracias al sujeto que dejaste ir, lograron rastrear su ubicación - Dijo la mujer - Sólo bastó que el muy maricón de su amigo fuera amenazado y nos diera un número - Siguió - Mediante el número de teléfono rastreamos su ubicación y dimos con esto - Le pasó una tableta y ahí se veía donde marcaba un punto rojo.
— ¿Cómo? ¿El restaurante más famoso de todo Japón? - Inquirió Gokú, sin Entender.
— Yo tampoco lo creía - Habló Vegeta, por primera vez desde que llegó Gokú - Pero,¿Y si ése restaurante pertenece al padre de Bulma? ¿Qué tal si sólo es una fachada y que, detrás de todo eso, se movía una gran red de drogas?
— Podría ser - Bien, aquello no era tan descabellado como se oía; todo y nada se podía esperar de ése tipo de personas - Entonces... ¿Creen que ahí tienen a Bulma?
— Es posible - Volvió a tomar la palabra la única mujer presente - Pero debemos actuar pronto para tener respuestas rápido - Los dos asintieron - Pero eso sí;piensen con la cabeza y obren con madurez - Les Advirtió - Un movimiento en falso y no sólo se jode ella, también nosotros.
— ¿Quién diablos es tu madre? - Preguntó Gokú, mirando con asombro y adoración a la mujer que tenía en frente. Vegeta puso cara de que ni él sabía y se alzó de hombros - Usted es genial.
— Y tú una dulzura - Halagó la mujer, pellizcando las mejillas ajenas - Ahora, tenemos que idear un plan para atacar, tiene que ser limpio, sencillo y práctico.
Todos se pusieron en marcha. Detrás de la puerta, pegada a la pared, Pan trataba de entender a qué se referían con todo eso. No había escuchado toda la conversación así que no comprendió mucho.
— ¿Qué le pasa a ésta familia? - Rodó los ojos y se alejó. No le importaba para nada si aquellos se ponían a jugar al policía y al ladrón.
A las ocho de la noche, Gokú llamó a Milk para avisarle que no iría a dormir y ponerla al tanto de la información. Le aconsejó cerrar bien puertas y ventanas, dejar cerca de ella el arma que él había comprado para defensa propia pero que nunca había sido sacado de su escondite. La madre de Bulma fue muy amable con ellos al contratar seguridad de lo mejor para proteger a la familia amiga de su futura nuera.
Una vez ideado el plan, ya estaban listos para el rescate.
— Mañana, a las 7 de la noche, cuando el lugar esté más lleno, nos infiltraremos como unos más de los clientes e iremos por la chica.
— ¿Mamá? ¿Tú también? Yo creo que sería más prudente que te quedaras aquí - Dijo su hijo - Es más seguro, Gokú y yo podemos.
— Sí, señora - Apoyó Gokú - Ya hizo demasiado, nosotros nos encargaremos.
— ¿Qué se creen ustedes? ¿Que por vieja no puedo?
— Mamá, no es es-
— Cállate y escucha;de la misma manera que te rescaté, que conseguí poner a toda la fuerza armada de mi lado y de la misma forma que descubrí todo esto, puedo acompañarlos - Les aseguró - Así que, a la próxima que traten de excluirme - No tuvo que terminar lo que decía, tan sólo tuvo que golpearlos en la cabeza y ambos entendieron el mensaje.
Vegeta no pudo dormir bien ésa noche, como en las otras, pero ésta vez no fue por la impotencia ni la frustración, si no por la felicidad y la previa adrenalina de lo que se venía. Estaba cada vez un poco más cerca de tenerla de nuevo en sus brazos. Contaba cada segundo y se le hacía eterna aquella noche que se negaba a terminar cada vez que cerraba los ojos y volvía a abrirlos.
— Sólo un poco más, Bulma - Le dijo a la nada y sonrió - Sólo un poco más.
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Estoy de buen humor así que estaré actualizando. Disfruten su lectura. Bye.
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Traicionera - Segunda temporada.
Fanfiction(Para leer esta parte, primero leer la primera temporada) La historia... Aún no termina, los problemas siguen aumentando,y el estar juntos se hacía más difícil. La vida simplemente se empeñaba en haberlos sufrir... Y separarlos.