Vuelve conmigo

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La noche había caído, las estrellas alumbraban todo el firmamento y alumbraban tenuemente la oscura noche. La luna brillaba en toda su intensidad y la suave brisa golpeaba contra su pecho. No podía dormir, sus sueños se volvían pesadillas y despertar y no verla junto a él era incluso peor.

Ya daban las once de la noche y él seguía sentado en el balcón de su habitación, con sólo un pantalón de mezclilla y su botella de vino. La única luz que alumbraba era la de su habitación;todos los habitantes de la casa estaban dormidos.

Mierda.

Cómo odiaba todo esto. Cuando creía que todo lo malo iba a acabar, que por fin podría vivir teniendo la tranquilidad y la felicidad que siempre creyó, algo salía mal. Algunas veces se preguntaba si en su destino estaba el ser feliz, si en su vida habría un momento en donde las cosas salgan bien, donde fuera normal.

Pensó en todas esas veces en donde planeaba un futuro con Bulma, dentro del calabozo en Brasil. Aquello era una de las cosas que lo ataba a la vida y a luchar un poco más. Quizá se adelantó demasiado.

¡No, qué va!
Él no se imaginó más que una casa con tres o cuatro niños, un perro y un gato. ¿Eso era demasiado? Él suponía que no.

Se adentró a su habitación y revisó la hora, daban las 2 de la madrugada. ¿Tan rápido había pasado el tiempo mientras pensaba en ella? Suspiró por enésima vez, se tiró en la cama y cerró los ojos, tratando de conciliar el sueño. Minutos después, por el efecto del alcohol, se quedó completamente dormido.

A la mañana  despertó como al mediodía, sentía un leve dolor de cabeza por el alcohol, sus músculos tensos y y su humor más mierda que antes. Se levantó pesadamente de la cama y se dirigió al baño para tomar una ducha. Mientras el agua recorría su piel desnuda siguió pensando en ella y en qué pasaría cuando la encontrará, si es que llegaba encontrarla. Eso lo agobió un poco, sentía el leve presentimiento de que las cosas podrían salir mal, quizás tal vez no la encuentre, quizá tal vez...¡No no podía permitirse pensar en eso! Tenía que ser fuerte, tenía que tener esperanzas, tenía que seguir intentando e intentando, Bulma Tenía que estar en alguna parte.

Le extrañó que nadie estuviera en la casa cuando él salió, tal vez todo el mundo decidió ir a dar un paseo. Era bueno para ellos, su madre necesitaba un poco de distracción, y la familia de Goku igual, es decir; después de todo lo que pasaron era lógico. Le restó importancia y salió a caminar. No tenía bien en claro qué es lo que iba a hacer, no sabía qué
esperaba para hacer algo,en realidad. Sabía que debía buscarla pero no sabía cómo ni en dónde. Durante el tiempo que estuvo lejos las cosas habían cambiado mucho y por ahora no sabía Cómo manejarse.

Un auto aparcó frente al extenso jardín, color rojo, último modelo. Vegeta le prestó su total atención, queriendo saber quién había llegado. Una mujer, del pelo color rosa y ojos azules, descendió del vehículo. Vegeta no pudo más que rodar los ojos, reconocería que ya figura en cualquier parte. ¿Qué demonios hacía ella ahí? Suspiró profundamente y trató de darse ánimos para acercarse y preguntarle Qué era lo que quería.

— ¿Pan? - hablo cuando estuvo lo suficientemente cerca, la pelirrosa giro a verlo con una expresión de felicidad en el rostro - ¿Qué se supone que haces aquí?

— Vegeta No puedo creer que así me recibas - protestó ella,indignada. Cruzó los brazos sobre su pecho y frunció el ceño - todo el tiempo estado preocupada de por ti. ¿Dónde has estado?

— Pan,ahora mismo no tengo tiempo para verte para darte explicaciones - suspiró cansado, tratando de utilizar el tono de voz más calmado y educado posible, su cabeza estaba hecho un lío, y si no se lo podía explicar a él mismo, tampoco a terceros.

— Es por ella,¿no es así? - Vegeta desvió la mirada y la chica bufó exasperada - supéralo de una vez - gruñó - Vegeta... - su mirada se volvió algo más seductora y dulce, a paso lento se fue acercando a él - sabes que el amor que siento por ti jamás ha desaparecido,¿Porque no olvidas a esa mujer de una vez? - se acercó a él y rodeo su cuello con sus brazos.

— Detente - Estaba cansado, en un punto hasta harto, el comportamiento de esta chica lo estaba cabreando,¿Amor? ¿Qué amor seguiría sintiendo ella por él? - si mal no lo recuerdo, tú sólo estabas conmigo por mi dinero,¿Me equivoco?

— Claro que no, eso jamás fue así - Aseguró. Vegeta colocó sus manos en su cintura y trató de alejarse, pero ella ponía resistencia - Olvídala, comienza una nueva vida, conmigo - Se siguió acercando a él.

— Basta, Pan - No quería ser brusco con ella, pero se estaba pasando del límite.

— Vuelve conmigo - Dijo e intentó unir sus labios en un beso.


•••

Espero les guste. Está corto porque vengo sin inspiración. I'm sorry. Bye.

Traicionera - Segunda temporada. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora