Capitulo 20

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—Bebé—llamó—¿ Eres feliz?.— trago saliva nervioso, Mingi quien se encontraba en su pecho recostado en su gran cama con solo la luz de la luna como veladora, tan solo soltó un sonidito de afirmación.

Hongjoong comenzó a dar leves caricias en el cabello ya más que todo blancusco de su esposo y suspiro un poco.
—Bebé….contestame con palabras…¿si?— Mingi un tanto adormilado posiciono sus codos en el pecho de Hongjoong y descanso su cabeza en sus manos, para dar un largo “siiiii”.

—¿De verdad?—su bebé se acerco hasta el y le dio un beso de piquito.

—Soy muy muy feliz— sonrió, Hongjoong quería llorar.
—¿Sabes que dia es mañana?
Parecio meditarlo un poco, pero pronto sus ojitos se eluminaron y el rastro de sueño se fue.

—El día en que yo y Hongjoong nos casamos— contestó abrazando a su esposo, Hongjoong besó la cabeza de Mingi abrazandolo con fuerza y sonrio cuando escucho un “ me estas ahogando”.
—Si bebé—Susurro—¿Quieres algo en especial?.
—A Hongjoong— contestó con las mejillas rojas.
—Claro, mi amor ¿algo mas?—a Hongjoong le enternecio su actitud timida.
—A Hongjoong para mi solo— Mingi tapo con esmero su rostro.
—Pero me tienes siempre, mi vida— dijo suave mientras quitaba las manos del bello rostro de su esposo.

—P-Pero Hongieeee— comenzó, pero Hongjoong no lo dejó continuar, sus labios chocaron con los contrarios en un calido beso que Mingi aunque sorprendido, correspondio cariñoso.
Hongjoong trazó leves círculos por la espalda del menor y este apuño sus manos en la camisa de su esposo.

—Nunca me cansare de besarte— dijo con su frente pegada a la de Mingi.
—Eres lo mejor que me pasó, bebé.
—Hongie— y lo besó nuevamente, esta vez el paliducho guio el tierno y calmado beso, hasta que dejo sus labios vagar por la mandibula de Hongjoong y a su vez acercarse(si es que era posible) más hasta enredar sus piernas en las caderas de Hongjoong, quien se había sentado en la cama.
—Me gusta cuando me das besitos.
—Yo amo dártelos—le dio otro beso.
-Tambien me gustan otras cosas.

—¡Ah!, ¿ Hongjoong!—saltó cuando Hongjoong pellizco una de sus pequeñas nalguitas.—Duele— terminó puchereando, mientras Hongjoong le miraba con otro puchero.

—Pero es irresistible hacerlo— observó los ojos de su esposo y puchereo dudoso, hasta caer de nueva cuenta en sus finos y rosaditos labios, se acercó nuevamente.
—¡Kumamon!—Mingi se había retirado de su regazo en un santiamén al ver a su preciado Kumamon en el suelo.
—¡Hongjoong!, ¡Tiraste a Kumamon!

¡Maldito oso! Pensó el mayor y resoplo.~

Dulce bebé ( Hongmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora