Dulce bebé ( Hongmin)

Capitulo 23

—Bebé— susurró el azabache intentando despertar a su pequeño esposo, y es que esté llevaba toda la tarde durmiendo.

—Mi amor— volvió a llamar, esta vez besando su cuello recibiendo un quejidito entre sueños haciendo a Mingi abrir torpemente los ojos.

—Llevas mucho tiempo durmiendo, bebé— Mingi se reincorporó y abrazo a Hongjoong.

—Tengo sueño— dijo suavemente.

Hongjoong sonrió achicando sus ojos.

—Pero debes comer, no has almorzado mi amor— Mingi se aferró a la camisa de Hongjoong sintiendo el aroma de la colonia que usaba este.

—¿Hongjoong va a salir?— dijo alejándose un poco para verle la cara.

—Si bebé— suspiró—. Tengo una reunión con unos empresarios— finalizó.

Mingi se restregó un ojo y bostezó, Hongjoong se mordió el labio.

—¿Cuánto?— Hongjoong entendió.

—Unas...mmm dos horas— el peli azul casi blancuzco asintió.

—Yo soñé...— mencionó Mingi, Hongjoong se había entretenido besándole el cuello al menor.

—¿Que soñaste mi amor?— cuestionó interesado, llevándolo de la mano abajo al comedor.

—Con un bebé— la boca de Hongjoong se abrió levemente.

—Con un bebé mío y de Hongie— el mencionado se detuvo un momento y aclaró su garganta.

—E-Entonces— carraspeó—¿ T-Te gustó?.

—Se sintió bonito— soltó sonriendo con un leve rojizo en sus mejillas. Hongjoong se lamió los labios y se mordió la mejilla interna.

Hongjoong lo cargó soltando un "ya veo" para seguidamente cargar a su bebé y besarle la mejilla, terminaron de bajar las escaleras, y ya en el comedor con Mingi en sus piernas, comenzó a alimentarle.

—Yo puedo comer solo— puchereo el menor, Hongjoong asintió con una sonrisa.

—Lo sé, pero eres mi bebé y me gusta alimentarte.

Hubo un cómodo silencio, hasta que Mingi se aferró de la camisa de su Hongie observando profundo sus ojos.

—Hongie, ammm, ¿tu quieres un bebé?— el azabache se mordió el labio, y rápidamente sonrió.

—Te tengo a ti, mi vida, eres mi dulce bebé— Mingi negó con la cabeza.

—No... frunció un poco el ceño.
—Un bebé, pequeño, uno de Hongjoong y de mí, uno que— tomó una de las ya temblorosas manos de Hongjoong.

— Uno que...— repitió, poniendo dicha mano en su estómago— que crezca aquí.

Entonces a Hongjoong se le fue el aire, Mingi lo miró pero este desviaba la vista.

—¿P-podemos hablar después?— Hongjoong casi suplico. Este sin embargo sonrió, pero Mingi sabía que algo iba mal.

—Tengo que ir a la junta— le susurró para besarle en los labios y seguidamente bajarlo con delicadeza de su regazo, saliendo casi disparado de la casa, no sin antes llamar a Hwall para que se quedará con Mingi.