Mordida Equivocada {SaengMin}

5

Había conocido a Young Saeng cuando tenía ocho años.

Aquel día podría recordarlo incluso si perdiera la memoria, estaba seguro porque ahora tenía veinticuatro y podía oír su llanto a la corta edad de ocho años y la voz enojada de Young Saeng a los once años.

En ese tiempo, Jung Min era más pequeño, más delgado, y se lo veía mucho más vulnerable. El hecho de que era un Omega hombre, (lo cual ya desde aquella edad se notaba) había logrado que su aspecto frágil se volviera más difícil de soportar. Por lo que no era para nada extraño que muchos chicos, más grandes de musculatura que él, quisieran golpearlo cada vez que tenían oportunidad, cada vez que los maestros no los miraban en la escuela.

Y Jung Min cada día se iba acostumbrando más y más a ello. No era el único Omega hombre en su curso; había otro, pero aquel otro era inteligente y siempre andaba detrás de las maestras. Siempre. Mientras que Jung Min... Jung Min era el tipo de persona que se tardaba un poquito más en salir de su aula, por lo que se desquitaban sólo con él.

Hasta que un día Young Saeng lo notó, y fue la primer persona que no lo maltrató. Comenzó a cuidarlo, cada vez que algún compañerito de Jung Min quería molestarlo, lo defendía. Y de esa forma fue por toda la primaria y secundaria hasta que Jung Min tuvo dieciocho. En realidad, Young Saeng seguía cuidándolo a pesar de las quejas de Jung Min porque había veces en las que verdaderamente eran necesarias.

Jung Min entendió que Young Saeng siempre lo cuidaría a pesar de todo.

Y ahora, nuevamente se estaba dando cuenta de ello.

—No le hables de esa manera —Young Saeng dijo mientras se levantaba de la silla en la cual estaba sentado junto a Jung Min. Frente a él, detrás de un escritorio, se encontraba su padre, quién lo miró con algo de burla por lo antes dicho.

Habían llegado hace media hora y enseguida Young Saeng hizo que se dirigieran al despacho de su padre. Cuando apenas entraron, Yong Jun comenzó a hablarles sobre lo que habían hecho. Y no, por supuesto que no fueron palabras amables. Pero Jung Min no se sorprendió, no se sintió dolido, pues tenía el presentimiento de que eso pasaría. Estaba acostumbrado.

—Saeng, tranquilo —La voz de Jung Min sonó suave al decir eso, y colocó una mano en el brazo de Young Saeng para que se sentara de nuevo, de esa forma lo hizo—. Sabes que no me importa lo que diga.

Era verdad. A Jung Min no le importaba que Yong Jun dijera que todo lo que estaba sucediendo había sido planeado por él. No, por supuesto que no. Estaba muy tranquilo porque sabía que no lo había hecho, pero aún así un poco enojado se encontraba; Yong Jun no dejó a Young Saeng decir muchas palabras, tal cual hizo cuando hablaron por celular.

Vio a Young Saeng respirar hondo para calmarse, luego de eso llevaron ambos la vista hacia Yong Jun nuevamente. En serio Jung Min no tenía problema con que lo insultara porque sabía que sucedería, mientras no usara la voz de Alfa en él... estaría bien.

—Bien, bien —suspiró Young Saeng—. No entiendo por qué haces tanto drama por esto, Yong Jun. Hay un Alfa que cortejaba a Jung Min, por lo que sólo debo morder a la Omega que tú tienes preparada para mí y ya. Él estará con su Alfa y yo con la chica esa. Fin de la historia.