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Habían pasado dos semanas desde que Jung Min se enteró de lo que Geun Suk hizo y, para su suerte, no lo vio más. Ni siquiera pensó mucho acerca de que supuestamente estaba enamorado de él porque simplemente no lo creía, o bueno, si fuese verdad le importaba muy poco.


Además de que por supuesto tenía problemas mucho más graves. Como el hecho de que su madre y su hermana lo habían estado llamando y exigiendo explicaciones. Oh, y no olvidemos de que se estaba mudando junto a Young Saeng a la nueva casa (al estilo victoriana, como a él le gustaba). Y había sido una broma lo de cómo quería la casa, pero el padre de Young Saeng le cumplió el capricho y por supuesto que no se iba a negar.

Los medios de comunicación no habían tardado en enterarse, y como si fuese alguna especie de celebridad, recibía el acoso de ellos. A Young Saeng no le molestaba porque fácilmente podía ignorarlos, pero a Jung Min sí le molestaba porque no estaba para nada acostumbrado. Y el contacto que lograban tener con él lo ponía nervioso y paranoico, y mucho más cuando salía de la universidad y comenzaban a seguirlo hasta que llegaba junto a Young Saeng al auto.

—Detesto esto —Era lo único que le decía a Young Saeng como saludo.

—Haré lo posible para que acaben con esta mierda —Young Saeng decía de vuelta, pero a Jung Min le era imposible creerle. Y hacía bien en no creerle, pues era algo que ni Young Saeng ni Yong Jun podían evitar. La única opción que le quedaba era no hablar, y en algún momento se cansarían de hacer tantas preguntas para recibir una respuesta que después distorsionarían para crear escándalos que entretuvieran a la gente.

Kyu Jong no había vuelto a acercarse a él, pero aunque no se lo dijera a Young Saeng, lo había visto un par de veces fuera de su universidad como para querer acercarse a él. Y Jung Min quería que lo hiciera porque quería tener una buena charla con él y que no termine con golpes como la primera y última que tuvieron, pero Young Saeng siempre iba a recogerlo y si Kyu Jong se acercaba, sería sólo para problemas.

—Pero si es Heo Young Saeng y su espléndida presencia —Una voz dijo logrando que Jung Min quitará la vista de la enorme casa a la cual hombres metían sus cosas, además de distintos muebles. Miró hacia el sujeto que había hablado y casi abre la boca al ver lo tan hermoso que era.

Cabello morocho, ojos color marron muy claro, casi llegando a miel, y la piel de un color ligeramente dorado. Usaba pantalones negros apretados y una playera color blanca con una chaqueta del mismo color que los pantalones. Pero lo que más llamó la atención fue la mordida en su cuello. Si no hubiese sido por eso y por el aroma que desprendía, juraría que era un Alfa porque tenía todo lo imponente que se necesitaba.

—Pero si es Kim Jae Joong, el Omega necesitado —contestó Young Saeng graciosamente hacia el sujeto, quién se acercó para darle un abrazo breve—. ¿Qué tal has estado? Hace mucho no te veía. Bonita marca la de ahí.

Por primera vez en esos minutos, Jung Min vio el sonrojo en las mejillas del sujeto llamado Jae Joong y no pudo evitar sonreír en el momento que se llevó una mano a la nuca luciendo incómodo. Y luego fue su turno de sentirse incómodo en el momento que Jae Joong lo miró.

—Bonita marca también la de tu Omega —dijo Jae Joong sin sonar burlón, mirando a Jung Min con una sonrisa, quién la correspondió con timidez—. Nunca pensé que fueras del tipo que quería marcar a algún Omega.

— ¿Qué quieres que te diga? —inquirió Young Saeng rodeando la cintura de Jung Min con un brazo para acercarlo—. Cuando se encuentra el amor, nada se puede hacer. Oh, no los he presentado. Jung Min, él es Jae Joong, estudiaba conmigo en la universidad y alguna que otra vez hablamos.

Mordida Equivocada {SaengMin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora