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Young Saeng se fue quince minutos después de que Jung Min le dijo que no se habían cuidado al tener sexo. Faltaba para que el castaño tuviese que irse para ver a su madre, por lo que Jung Min entendió que se fue de tal manera porque entró en pánico. Y aunque le hubiese gustado que se haya quedado un par de minutos con él, Jung Min entendía perfectamente por qué se puso de tal manera.


Porque él también estaba a punto de entrar en pánico.


Se quedó sentado en la mesa de la cocina en silencio. Grace no le habló y lo agradecía, sólo quería pensar y repetirse lo tan idiotas que habían sido. Sintió ganas de llorar porque... no podía ser. ¡Tenía sólo veinticuatro años! ¿Qué haría con un bebé si es que estaba embarazado? Negó con la cabeza y se tapó el rostro con ambas manos para luego soltar un bufido. No era un adolescente, tendría que haber pensado en ello antes de que su celo llegara. Ni siquiera tenía la fuerza de voluntad necesaria para echarle la culpa a Young Saeng porque claramente no era su responsabilidad. Los Alfas podían follar con cualquier Omega y si quedaba embarazado o no, no les importaría, por lo que era él quien debía hacerse cargo de sí mismo.


— ¿Estás bien, Jung Min? —preguntó Grace en voz baja, con cautela. El nombrado la miró y notó que se encontraba preocupada; por lo que sabía, la mujer conocía a la familia Heo de hace años. Yong Jun les había conseguido a alguien de confianza, alguien que no contara a nadie de lo que hablaban en la casa.


—Sí, estoy bien —asintió con un suspiro, luego se levantó—. Me iré a la habitación, a dormir, ya sabes.


Grace asintió, dándole una sonrisa comprensiva. —Si necesitas algo sólo pídemelo ¿bien?


Luego de asegurarle que cualquier que cosa que necesitase le diría, decidió ir hacia la habitación. Al llegar se arrojó a la cama y trató de dormirse sólo para no pensar en todo lo malo que sucedería si estaba embarazado.


Recordaba cada una de las palabras que su madre le dijo a lo largo de los años y simplemente... no podía evitar pensar que sea verdad. Tal vez si fuera con un Alfa que lo amaba no se sentiría tan inseguro acerca de todo, pero estaba con Young Saeng. Tenía muy claro que jamás lo trataría mal, jamás le haría algún daño, pero un hijo... era tanta responsabilidad que incluso dudaba hasta en algún momento de su vida tener alguno. Estaba tan asustado. Y no sabía cuál era la opinión de Young Saeng.


— ¿Por qué me sale todo mal? —Se preguntó a sí mismo en un susurro. Se tapó con todas las frazadas que habían en cama y trató de dormirse nuevamente, pero el pensamiento de estar embarazado seguía martillando en su cabeza constantemente, recordándole una y otra vez lo tan irresponsable que fue.


Y Young Saeng... jodido Young Saeng que lo había dejado en un momento de desesperación solo. Lo odiaba en esos momento, y lo quería cerca para poder llorar, para que le dijera que no todo estaba perdido.


Las posibilidades eran pocas, por supuesto, sólo uno de los dos había estado en celo, por lo que disminuía la posibilidad de embarazo, pero Jung Min recordaba a su madre decir que ella quedó embarazada cuando sólo su padre estaba en celo y... sentía ganas de hacerse daño por haber sido tan estúpido. Por no haber pensado bien en todo.


Se quedó todo lo que resto del día acostado en la cama. Trató de distraerse con la televisión, con algún programa o con alguna tonta película, pero nada. En su mente seguía el miedo, la suposición de qué pasaría en el futuro. Sentía que de alguna manera su vida se arruinaría si estaba embarazado. ¡Ni siquiera terminó la universidad! Aún era muy jóven a pesar de que era una edad normal para que los Omegas se embarazaran, pero no podía evitar pensar en sí mismo con un bebé en brazos y querer llorar porque era muy joven... y Young Saeng no era el Alfa que alguna vez imaginó como el padre de sus hijos.

Mordida Equivocada {SaengMin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora