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Young Saeng miró con el ceño fruncido a Hyun Joong. A veces no entendía por qué se ponía muy a la defensiva, y a pesar de ser Omega, a veces los despreciaba como si no fuese uno. Más cuando se trataba de decir algo en contra de Jung Min. Gracias a lo oído, ahora se daba cuenta de por qué Jung Min decía que probablemente Hyun Joong lo odiaba, pero no comprendía cómo fue que el rizado se dio cuenta ya que hace mucho no tenía diálogo con Hyun Joong.


—No le veo lo malo —dijo con una mirada irritada, llevándose a la boca el café que se había pedido—. Jung Min aceptó, y es lo que importa. No entiendo por qué es una idea que no te agrade. Creo que es lo mejor que he hecho.


—No. Lo mejor que habías hecho fue alejarte de Jung Min. Entiende que él no se va a enamorar de ti, Young Saeng. Jung Min quiere a Kyu Jong, imaginó su vida con Kyu Jong, no contigo. Tú le has sacado todo eso, y probablemente te tenga rencor —argumentó Hyun Joong con semblante serio, aunque sin mirarlo.


Young Saeng lo observó en silencio. No se había creído ni una de las palabras que Hyun Joong le dijo. Y sí, puede que no fuese fácil que Jung Min se enamore de él, pero lo intentaría, haría hasta lo que no estaba a su alcance con tal de lograr que Jung Min se enamore, tanto como él se estaba enamorando de Jung Min. Y era correcto: lo veía correcto porque de otra forma, el miedo nunca habría llegado a su mente.


Siempre escuchó que las personas se privaban de miles de cosas buenas por el miedo, y no sabía qué saldría de esta relación con Jung Min porque podría ser tanto buena como mala, pero trataría de que fuese buena por ambos. No dejaría que el miedo nublara su mente nuevamente, de otra manera cometería los mismo errores como el que ya cometió al dejar de hablarle a Jung Min. Porque lo quería y necesitaba hacerlo feliz de la manera en la que se merecía.


Y la verdad es que le importaba muy poco la opinión de Hyun Joong, era la única persona a la cual le contó acerca de la relación que comenzaría a tener con Jung Min, y sólo recibió negativas, pero no le importaba porque ya estaba más que decidido. Jung Min aceptó y era lo único relevante para él. Lo único que lo hacía sonreír de la nada.


—Primero que todo —comenzó, dispuesto a defenderse de cada una de las palabras equivocadas de Hyun Joong—, yo no le saque a Jung Min una mierda. El error lo cometimos ambos, y él lo tiene muy en claro. Y si Jung Min se enamora o no de mí, está en él, y también en mí. En el esfuerzo que los dos pongamos para que esto avance.


Hyun Joong se quedó un par de minutos en silencio mirándolo sin expresión. Young Saeng de igual manera lo hizo, dándose cuenta de que de alguna manera el Omega frente a él buscaba intimidarlo, o algo por estilo, y por supuesto que no se dejaría intimidar por nadie. Y no era que menospreciaba a los Omegas, pero tampoco iba a dejar que lo tratara de manera imponente. El orgullo de su Alfa era más fuerte que la amistad que tenía con Hyun Joong. No sabía si era algo bueno o malo, pero la verdad le daba lo mismo.


Para su suerte Hyun Joong sonrió luego de unos minutos, disipando la tensión que se había creado entre ellos. Sin embargo, él no pudo hacerlo: de alguna manera también le molestó que haya dicho esas cosas de la relación que tendría con Jung Min. Pues, sólo se lo contó porque son amigos, y los amigos se cuentan ese tipo de cosas, pero no quería su opinión. De todas formas, no tuvo el valor de echarselo en cara, tampoco quería ser tan duro.

Mordida Equivocada {SaengMin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora