Mordida Equivocada {SaengMin}

EXTRA 2

—Vamos, Minnie —La voz de Young Saeng sonaba un poco temblorosa gracias al alcohol ingerido en esas horas—. Bebe por lo menos un poco. Debes... debes tomarte la vida con ligereza porque recuerda que luego te marcarán y tendrás que ser todo —hizo una pausa, soltando un hipido—, perfectito.

Jung Min puso los ojos en blanco pero secretamente sabía que Young Saeng tenía razón. Estaba claro que cuando Kyu Jong lo marcara (si es que así pasaba) u otra persona lo hiciera, habrían cosas que quedarían en su pasado. Un ejemplo era su carácter, pues no podría ser muy directo y mal educado (porque admitia que a veces se dejaba llevar y lo era) con todas las personas que no le cayeran bien pero Kyu Jong necesitara cierta aprobación de ellos.

Así que... ¿estaría mal beber un par de sorbos? De igual forma era él quien tendría que hacer llegar a sus amigos sanos y salvos al hotel.

—Un poquito —aceptó con vacilación mientras miraba a Young Saeng con las cejas alzadas—. Gracias a alguien tienen que llegar enteros al hotel.

Young Saeng asintió y con una sonrisa, le entregó el vaso. Jung Min bebió del sorbete negro que tenía el vaso y sintió el ligero gusto dulce de la bebida. Nunca había probado algo igual.

Y era demasiado rico.

Lo que Jung Min no sabía era que aquellas bebidas solían ser las peores ya que al no saber tomar o tomar muy de vez en cuando, tenían mucho más efecto en personas como él.

— ¡Esto está genial! —exclamó con una sonrisa, recibiendo una igual de parte de Young Saeng. Tenía en claro que Young Saeng sabía de bebidas, pero no pensó que sabía de tan buenas bebidas. Sin duda el primer trago lo dejó con ganas de más, y supo que debía ser moderado si no quería terminar borracho como Young Saeng siempre lo hacía. Pero no logró dejar de beber el contenido.

— ¡Te has unido a nosotros! —exclamó Hyung Jun entre toda la música del lugar, llegando hacia donde Young Saeng y él estaban después de haber estado bailando con algunas personas en la pista de baile. Para Jung Min no lucía nada atrayente ese lugar, pero algo le decía que Young Saeng lo obligaría a ir.

—Él me obligó —hizo un mohín señalando a su mejor amigo, aunque claramente no fue de tal manera. Él eligió unirse, y tal vez se debía a que Young Saeng tenía razón. Luego de esto tendría que volver a su vida y ser un Omega perfecto para un Alfa perfecto. Kyu Jong sin duda era lo mejor que había encontrado, lo que siempre había pedido, muy perfecto... y él tendría que ser lo mismo para estar a la altura de su futuro Alfa. Ciertamente, saber eso lo hacía querer entrar un poco en pánico, pero en algún momento tenía que suceder, y ¿qué mejor que con un Alfa como lo era Kyu Jong?

—Qué puedo decirte —dijo Young Saeng con una sonrisa socarrona en sus labios—, me encanta corromper a las personas, y más cuando son tiernos bebitos como Jung Min.

Jung Min, quien había terminado su bebida de un solo trago, miró a Young Saeng con las cejas alzadas. Se sentía enojado. Young Saeng siempre le ponía apodos, incluso desde pequeño, y a veces eran graciosos, jamás despectivos, pero en ocasiones lo hacían enojar porque sin duda no le gustaba que lo llamaran "bebito".

— ¿Qué me has dicho? —inquirió en dirección de su mejor amigo. Se acercó a él y Young Saeng sólo alzó las manos, riendo, en el momento justo que Geun Suk y Hong Ki llegaban con algunos vasos de cerveza en sus manos.