;maite;
-Y bueno, le prometí cuidar de vos, Mai. Tu padre quería lo mejor para vos, como tu madre también lo quería. Te amaban, pero no pudieron hacer nada, tu madre murió al instante y tu papá por una herida grave, no pudo soportar los tratamientos, estaba previsto, y horas después murió- Dijo Mauro, mirándome con los ojos llorosos, y las lágrimas corrieron sus cachetes. -Nunca te contamos de ellos, omitimos la existencia de tu padre porque no sabíamos como lo ibas a tomar, no podíamos asimilar todo, no podíamos con la culpa todos estos años, no sabíamos como decirtelo. Diana y yo estuvimos mal, sí, pero hicimos lo mejor que pudimos.
Cerré los ojos con fuerza, las lágrimas que se retuvieron ahí, escaparon y bajaron por mis cachetes, terminando en mi buzo. Tengo tantas ganas de reventar todo, irme a la mierda y desaparecer.
Todo es tan de repente y tan confuso. Es una mierda todo esto que está pasando, ¿por qué la sensación de mentira me invade?
Siento que perdí todo el conocimiento que tenía sobre mí, no soy la misma Maite que era hace dos meses, hace años y desde que tengo memoria. Soy otra, completamente diferente; Con padres muertos, padres que creí que eran los biológicos, verdaderamente son mis tíos.
Mi cerebro entra en un estado de shock, no puedo pensar y lo único que puedo hace es moverme, de un lado al otro, pero sin tener conciencia de donde verga estoy yendo.
Necesito aire, necesito despegarme de todo esto por un tiempo. Por un tiempo bastante grande, sin nadie que conozca, sola para poder entenderme.
Terminé en mi cuarto, con la cara entre la almohada y el colchón. Las lágrimas salen de mis ojos sin que pueda pararlas, ¿qué más puedo hacer? Hablarles a mis padres verdaderos es imposible, pedir una explicación, no, ya la pedí. ¿Qué más hacer?
Ahogo un grito, sacándome la almohada de la cabeza y parándome al frente de la pared, golpeo esta sin pensarlo, dos, tres, cuatro veces. Los nudillos me sangran pero no siento el dolor, no lo siento desde que me dijeron que mis padres no eran quienes pensé que eran, desde el momento en el que leí el papel de adopción, y también, en mi mente llega el momento cuando encontré a Mateo, casi cogiendo con quien era mi amiga.
Mateo, Mateo. No es un buen momento para que aparezcas en mi mente, pero no puedo evitarte. Incluso en los peores momentos apareces como un flash en mi cabeza, ¿qué mierda me hiciste?
Freno en seco, al volver a recuperar mi cabeza y las ideas lógicas/no tan lógicas. De esas ideas que en el momento parecen lo más razonables, pero después, de alguna forma, no lo son.
Agarro mi computadora, tecleé una página de vuelos, agarré el pasaje a España, Barcelona. Siempre quise viajar ahí, además de que respirar otros aires, sola, con suficiente tiempo para pensar, volver a encontrarme, me va a hacer bien.
Las lágrimas no dejan de caer, lo compro sin dudarlo, sin pararme a pensarlo dos veces.
Después de año nuevo, me voy a la mierda, me despido de Buenos Aires por un buen tiempo, dejando todo acá, pero si lo pienso mejor, ¿qué tengo acá? ¿mentiras?
Cerré con fuerza la computadora, poniéndola en el piso, y volviendo a la posición de antes; con la cabeza entre la almohada y el colchón.
(...)
-Maite, eu- Alguien susurró en mi oído. Yo levanté la cabeza, con pesadez, como si no quisiera despertarme.
Y es que sí, no quiero volver a despertarme. ¿Para qué?
-Hola- Dije sin más, apoyando mi cabeza en la almohada, en dirección a la ventana.
Manuel se corrió al otro lado de la cama, quedando cara a cara conmigo. No puedo verlo sin recordar cuando éramos pendejos y nos prometíamos hermandad para toda la vida, que siempre íbamos a estar el uno para el otro, en cualquier situación, buena o mala.
"Vos y yo contra el mundo", acomplamos la frase que vimos en una película para nosotros, después unimos nuestros dedos meñiques y sonreímos.
Que lindo que es recordarlo eso, pero lo horrible es la sensación; Esa sensación vacía, como si ahora no tuviera la misma validez.
Manuel es mi primo. No mi hermano.
Lloré al pensarlo, él hizo una mueca pero pasó sus brazos por mis hombros y me abrazó, yo sin dudas apoyé mi frente en su hombro y solté todo el llanto que tenía que soltar.
-Sé como te sentís, te aseguro que me siento igual. Sé que todo es una mierda, y que sentís que todo es una mentira, y lo es pero seamos hermanos biológicos o no, seguimos teniendo el mismo significado para nosotros, somos uno para el otro, como los tres mosqueteros pero ahora somos dos, falta uno- Hizo una pequeña sonrisa, yo reí levemente contra su hombro. -Vas a salir de esta, y me vas a tener ahí, apoyándote en todas, porque sos una de las mejores personas que voy a conocer en todo mi vida
Nunca había visto a Manuel así, expresando tanto sus sentimientos. Pasé mis brazos por su cuerpo y lo apreté contra mí. Este pibe, sea quien sea, por más que me cueste sobre llevar todo esto, sé que si algún día lo logro, va a ser por él.
Las cuatro palabras que voy a decir me cuestan tanto, están atoradas en mi garganta, no quieren salir. Suspiré con pesadez, queriendo llorar, pero lo evité y lo dije.
-Me voy a Barcelona
El silencio después de mis palabras fue mortal, sumamente doloroso. Él me miró como si estuviera buscando el "es joda" salir de mi boca, pero no lo solté, porque no lo es. No estoy jodiendo, el 3 me voy, me voy y me alejo de todo.
Soy cobarde, sí. Pero no puedo soportar esta mierda, esta mentira enorme. Me duele, me arde en lo más profundo de mi persona y no puedo ver a esas dos personas, que creí mis padres, todo los días y superarlo, porque no pasaría. No podría superarlo con ellos acá.
-¿Qué? ¿Te vas para siempre, Maite?- Preguntó con la voz entrecortada.
Negué con la cabeza.
Sólo un tiempo, Manu. Pensé en mi cabeza, no lo pude decir, porque no quiero llorar. No al frente de él.
-¿Cuándo? Decime cuando- Exigió en un hilo de voz.
-El 3 de Enero
Aclaré mi garganta y refregué los ojos con mis dedos, volviendo a apoyar mi cabeza en la almohada. Manuel me soltó apenas le conté que me iba, quedó en un estado de shock, no habla, no dice nada y tampoco hace nada.
-Es el cumpleaños de papá- Dijo "papá" como si fuera el papá de los dos, pero no lo es.
-De tu papá- Recalqué.
Él bajó la cabeza, yo le acaricie los cachetes, mirándolo con una pequeña sonrisa.
-Tengo que irme, necesito aire, Manu- Le dije, él volvió a mirarme.
Asintió, me dio un beso en el cachete y se paró para irse.
Se fue, dejándome de vuelta sola en la pieza.
Sé que irme va a ser difícil, pero tengo por seguro que voy a volver siendo otra persona, con las cosas claras y dándome por vencida con mi nuevo yo, con este lleno de mierda pero que en algún momento, voy a tener que admitir ser.
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Difícil; Trueno
Fanfictionque difícil se vuelve el beso en el cachete, cuando las bocas ya se conocen