;maite;
Dolor de cabeza, una pieza que no conozco y un pelo largo totalmente desconocido. Ayer si que me en pedé, no me arrepiento, porque literalmente me olvidé de todo.
Agarré mi ropa que está tirada por cualquier parte de la habitación y me la puse, rápido pero en silencio para no despertar al pibe, me encaminé a la puerta y salí, sin hacer el ruido que va a despertarlo, aunque está muerto sobre la cama, no se despierta con nada.
Agradezco ver comida en la mesada pero decido no comerla con toda mi fuerza de voluntad, ¿y sí está envenenada? Rodé los ojos ante mi pensamiento tan pelotudo, es una casa que no conozco y no es la de Valentín, seguramente la del morocho.
Veo las facturas encima de la mesada con deseo, las quiero y las necesito. Miro a mi alrededor esperando no ver a nadie, agarro un par de facturas y corro hacia la primer puerta que veo; La del patio.
Salgo por ahí, con las zapatillas en la mano, el pelo hecho mierda y la ropa medio mal puesta. Me abrocho bien el short, y me lo acomodo mejor en las piernas, el top también me lo acomodo. El pelo no hago nada, si total siempre lo tengo así.
Me duele mucho la cabeza, está a punto de explotarme. No puedo asegurar que haya sido una buena noche, sólo tengo unos pequeños flashbacks, pero no son nada que me digan exactamente que mierda hice.
Miro en mi celular en donde estoy, abro los ojos como platos al ver que estoy a dos cuadras de casa. ¿Tan cerca? Sorprendente.
No voy a negar que sea feo el morocho, sólo le vi una parte de la cara, pero seguramente lo llamé de otra manera y odio admitirlo; Pero todavía garcho pensando en Mateo, desde que nos separamos la otra vez que no puedo estar con alguien sin pensar en él.
Pelotudo, inservible.
Lo puteé en mi mente, porque no da que le mande un mensaje sólo para putearlo.
Miro mi celular otra vez para ver la hora, la llamada de Manuel me asusta y contesto al toque.
-¿Dónde estás?- Me preguntó apenas atendí.
Escucho de fondo las voces de mi familia, no pensé que sea tan tarde. Suspiré, peinándome mejor. Cerré los ojos y entré en casa, caminando hasta la puerta de atrás, la que da justo al patio
-¿Maite?
Veo a Manuel preocupado contra el vidrio de la cocina, río un poquito y pego en el vidrio, asustándolo. Me saca el dedo y corre hasta la puerta, entrando por la cocina.
No puedo pensar en nada, siento como si todavía mi cerebro estuviera inundado por alcohol.
-Vestite y arreglate, ya- Exigió, yo sólo asentí.
Corrí escaleras arriba, me metí en el baño del piso de arriba y me bañé lo más rápido posible.
Una vez el agua fría tocó mi cuerpo, sentí que pude respirar y desintoxicar mi cuerpo, mi cerebro y todas las venas intoxicadas de alcohol.
Aún me duele la cabeza, pero por lo menos puedo hacer el esfuerzo de recordar.
-¿Qué?- Pregunté cuando sentí golpes en la puerta.
-Te dejé una pastilla en tu escritorio
Asentí olvidándome que no puede verme, me pego suave en la cabeza. Cierro la llave del agua, me visto con un vestido simple y bajo las escaleras, dispuesta a pasar tiempo con mi supuesta familia.
flashback
Un trago, dos, tres, cuatro vasos de vodka solo.
Todo mi cuerpo está temblando, puedo ver el cuerpo de Mateo al frente de mí, sé que tengo que olvidarlo, así que tomo otro vaso más de vodka solo.
Siento un calor invadir todo mi cuerpo y la música más fuerte, incitándome a bailar. El pibe morocho que vi en la pista, con pelo largo, está mirándome y es como si me retara con la mirada.
¿Queres jugar conmigo?
Todo en este estado me parece razonable, así que me muevo al compás de la canción, y mirándolo. Pensa que es Mateo, Maite.
Corrí hasta la barra y tomé otro vaso entero de vodka. Hasta olvidarme de ese nombre con m no paro.
Andate de mi cabeza, andate.
-Hola morocha, te estaba viendo y bailas re bien- Dijo seguramente el morocho en mi oído.
Sólo asentí, moviéndome contra él.
Comencé a bailar, subiéndome a la barra, moviéndome al compás de la canción. Siento como todo el mundo me ve, esperando algo más de mí. Me siento vulnerable, pero la vergüenza se fue y tengo diversión.
Veo a mi hermano/primo acercarse a mí.
-Primo- Grité con sarcasmo, a él le cruzó una mezcla rara por la cara, como de dolor y enojo.
Me bajó en sus brazos, yo me quejé. Me llevó hasta el patio, nos sentamos en el pasto y nos miramos a la cara.
Me siento mareada, en cualquier momento vomito.
-Mateo y yo estuvimos juntos, muchas veces- Vomité palabras. -Fuimos novios en secreto, en secreto
Repetí, él rió.
-No te miento
-Lo hablamos cuando estés sobria, sobria
Repitió como yo, fue mi turno de reír.
-Estoy sobria, mira
Me paré, puse la típica posición del cuatro pero fallé cuando caí de cara al piso y vomité.
-Sí, muy sobria
Ironizó.
Fin del flashback
-La concha de tu tía
Toda la mesa familiar se calló, mis cachetes están rojos y tengo la mirada de todos mis familiares en mi cara.
Yo sólo asentí, sonriendo levemente y con una típica sonrisa falsa. Me levanté de la mesa y caminé hasta el frente de la casa, con las manos en la cabeza.
-Necesita estar sola- Escuché a Manuel.
¿Por qué le conté?
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Difícil; Trueno
Fanfictionque difícil se vuelve el beso en el cachete, cuando las bocas ya se conocen