Cap 7. Mis Demonios

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19 de abril del 2020

Hoy era domingo y me encontraba en este momento en el parque con Alexa.

¿Que? ¿Pensaron que diría acostada en mi cama? No, quise sacarla un rato, porque es mi último día libre quería sacarla un rato ya que era un día lindo. Estaba jugando con ella en los columpios.

Las madres que estaban con sus hijos me miraban con asco. Y seguro que la razón era porque pensaban que Alexa era mi hija. La verdad no me importaba.

-Cielo, ¿vamos a casa ya?

-Ma...mamá- le sonreí, la saqué del columpio para niños y le di un beso en una de sus mejillas gorditas. Camine hacia el auto que es de Blake.

Y no piensen que se lo robe, lo tome prestado y no de esa forma, se lo pedí.
Abrí la puerta trasera y senté a Alexa en el asiento para bebes que compre ayer. Cerré la puerta y me subí yo. Arranque. Puse música ya que estaba aburrida, vi por el espejo y vi que Alexa estaba aplaudiendo. No pude evitar sonreír al ver esa escena.

Mi celular comienza a sonar, lo tomo y lo pongo en alta voz ya que estaba conduciendo y de paso apago la musica.

-¿Hola?

-Hola Sarah- mire el celular rápidamente y vi que era Oliver

-Oliver, hace rato no llamas, ¿cómo estás?

-Lo y lo siento. Estuve muy ocupado últimamente, entre el bebé y el trabajo me agotó y Sofía se enoja porque no pasó tiempo con ella

-Es comprensible, ella está todo el día sola con el niño y tu trabajando. Quiere hablar con alguien o estar contigo almenos.

-si lo se, por eso le pedí a mi padre que me transfiera para Nueva York

-Espera,¿que?- esto era malo, me fui de Los Angeles para tratar de mantenerlos a salvo a mis tíos y ellos y ahora vienen a Nueva York-Oliver, ¿estás seguro de que es una buena idea?

-Si, yo estaría trabajando y al menos Sofía no estaría sola. Ya sabes que aquí no tiene ninguna amiga.

-¿Y cuando viajan?

-Hoy-dijo tranquilo

-Bueno, cuando lleguen avísame. Mandale saludos a Sofía y muchos besos a Aarón. Me tengo que ir, estoy conduciendo

-Esta bien y tu mandale besos a Alexa

El corto, cada día es un nuevo problema, tendré que ponerles protección. Esta bien, puedo con esto.

Deje de pensar en eso y segui conduciendo hacia la casa. Ahora que lo pienso hace mucho que no hablo con nadie de Los Angeles, no desde ese día que me fui. Y nadie se enteró de que fui de vuelta.

Llegue a la casa, baje del auto y di la vuelta para agarrar a Alexa, pero me di cuenta de algo había alguien delante de la puerta tocando y obvio que me estaba dando la espalda. Tosi falsamente.

-¿Hola?-Dije confundida, el hombre se dio vuelta y me sorprendí mucho al ver quien era. El sonrio, como si hubiera conseguido lo que quería

-¡Sarah!-dijo feliz y me sonrió. Esa sonrisa me trajo muchos recuerdos, tanto amargos como dulces

-¿Que haces aquí?- lo mire confundida

-¿Eso solo me dirás?- fruncio el ceño- ni un "Max te extrañe tanto, ojalá nunca me hubiera alejado de tu lado"- no pude evitar soltar una risita.

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