Siete jovenes son la reencarnacion de cada pecado capital, condenados a revivir su maldición y a ocultar sus habilidades del mundo viviendo una vida ordinaria, pero una antigua secta tratara de eliminarlos de la faz de la tierra obligandolos a usar...
El día en la escuela es monótono, bostezo por quinta vez, volteo a ver a mi demás compañeros todos estamos aburridos, al menos ya es viernes.
Cuando el timbre suena tomo pesadamente mis cosas y camino a mi casa, pero una camioneta negra interrumpe mi camino, no me da tiempo de reaccionar, dos sujetos bajan, me toman del brazo y me meten a la camioneta, siento un pinchazo en el cuello, luego todo se vuelve oscuro.
Cuando despierto, me encuentro en una biblioteca muy elegante, con piso de madera y algunas esculturas de ángeles, frente a mi hay un escritorio de madera y una señora de mediana edad, vestida muy elegantemente me mira con cautela, trato de moverme pero me es imposible estoy atada a la silla, la señora rompe el silencio.
-Mi nombre es Raquel, lamento que te hayamos contactado de esta forma, pero teníamos que tener precauciones –hizo una pausa- caballeros por favor quítenle esas sogas- exclamo a los dos hombres que se encontraban a mi costado, fue hasta ese momento que logre percatarme de que estaban ahí, se acercaron a mí y me desataron.
-Discúlpame por eso- añadió Raquel
-¿Qué quieren de mí? – pregunto con temor
- Yo conoci a tu padre, era un buen hombre no merecía lo que le paso, él era parte de nuestra secta, estoy segura que viste que tenía un medallón como este- exclama mientras extiende hacia mí, un medallón, tenía una cruz y encima de ella el santo grial.
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-Sí, mi padre tenía un medallón como ese- respondo intrigada
-Este es el medallón de tu padre- me dice
-¿Pero?...él lo tenía puesto cuando murió- exclamo tratando de entender lo anormal de la situación en la que me encuentro
-Lo sé, pero el medallón tiene que volver a nosotros cuando el portador muere, y se lo entregamos a la siguiente generación, este medallón no podía estar con tu padre en la tumba, cada medallón es un miembro de la secta, cuando el portador muere, el medallón se entrega a alguien más, es nuestra forma de ser eternos, inmortales, ningún medallón debe estar sin dueño, porque el número de nuestros adeptos nunca disminuye y nunca aumenta.
-No entiendo, mi padre me contaba historias, sobre caballeros antiguos que luchaban contra los pecados del mundo, pero eran solo historias
-No eran historias querida, esta secta ha sobrevivido por generaciones, hemos evolucionado con el mundo, ahora no portamos armaduras y espadas pero nuestro propósito no ha cambiado, ni cambiara.
-¿Cuál es su propósito?..¿Luchar contra el pecado del mundo? –pregunto tratando de no sonreír
-Aunque te parezca gracioso, eso es lo que hacemos, tratamos de salvar las almas de los seres humanos, tratamos de combatir a los pecados capitales
