Obligaciones de princesa 01

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Antes que nada, les agradezco por tomarse su tiempo de leerme. Este fanfic nació de una mezcla de locas ideas, surgidas de la inspiración al leer grandiosas historias.

Quiero agradecer especialmente a Odette Kaidens Zeng e Ina Minina, por escribir los emocionantes fanfics que me hicieron volar la cabeza. Sí, me encanta el salseo y ellas son buenísimas en eso.

Es la primera vez que abordo una época en donde nunca estalló el planeta Vejita, lo cual me emociona mucho. De hecho, mi curiosidad por el Trupan, surgió a partir de un fanfic de ese tipo, uno de los primeros que leí sobre esa pareja: Pecados en la Sangre, de Schala S. Gran historia.

Una cosa más: ADVERTENCIA DE LENGUAJE VULGAR Y ESCENAS INAPROPIADAS PARA MENORES DE EDAD.

La sicología de los personajes obedece al entorno en que se desenvuelven, por lo que es natural que no posean la misma personalidad que en el canon. Al final de cada capítulo, expresaré mi opinión sobre algunas situaciones.


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OBLIGACIONES DE PRINCESA

Capítulo 1


El aire le faltaba, las piernas le temblaban y las lágrimas comenzaban a nublarle la vista. Trató de ser veloz, huir lo antes posible antes de ser reconocida, porque una vez que la encontrara, no habría poder que la salvara de sus garras. Sus piernas se tornaron torpes debido al miedo, a tal grado, que terminó torciéndose un tobillo al errar sus pasos.

—Maldición —gruñó forzándose a continuar. No podía darse el lujo de parar.

Continuó su trayecto a pesar del punzante dolor en cada pisada, perdiéndose entre la multitud que abarrotaba el mercado a esa hora, lo cual le favorecía en ese momento. Agachó la cabeza, cubriendo su rostro con el velo pardo que utilizaba para no llamar la atención. Debía ser invisible si no quería ser descubierta, y obligada a regresar al planeta Vejita, lugar en donde comenzó su desgracia, dos años atrás. No entendía del todo las razones que mantuvieron a su familia huyendo en esos dos años, su padre nunca le quiso explicar demasiado, e inclusive su madre se encontraba confundida. No obstante, ambas confiaban en que sus decisiones se encontraban bien justificadas.

«Solo espero que no me haya visto».

Se repitió constantemente, engañándose a sí misma. Él la seguía, la buscaba con insistencia entre la multitud. Astutamente, su padre le había enseñado a ocultar su energía, volverla casi imperceptible, para lo que debía permanecer tranquila, controlando sus impulsos. Tragó saliva pesadamente, mientras comenzaba a caminar más lento, cojeando debido al dolor en su tobillo. Perdiéndose entre el mar de personas, suspirando con dificultad, tratando de controlar el llanto que insistía en brotar. Debía ser fuerte, debía escapar y salvar a sus padres, todo dependía de su destreza para pasar desapercibida.

Una amplia recompensa le ponía valor a la vida de su familia, lo que beneficiaría a quien diera información sobre la ubicación del híbrido saiyajin llamado Gohan, su mujer terrícola Videl, y la única hija de ambos. Condenando el destino de los mayores, pues era sabido que Gohan sería juzgado y sentenciado a muerte por traición al rey, y al príncipe heredero del imperio saiyajin.

Logró escabullirse con éxito entre las viejas carpas del mercado, hasta llegar al barrio antiguo, en donde estaba viviendo gracias a la ayuda de unos locales del insignificante planeta, tan insignificante, que carecía de cualquier tipo de transacción comercial interplanetaria. Solo servía para hacer paradas de carácter urgente, en caso de que alguna nave lo necesitara, lo cual sucedía en contadas ocasiones, ya que su tecnología se consideraba obsoleta, y no servía para dar mantenimiento a las modernas naves que llegaban del exterior.

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