Capítulo 3

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Los cuatros días restantes de la semana fueron agitados para Harry, igual de exhaustos que siempre, la misma gente, la misma rutina. Acomodándose los audífonos sobres sus oídos, Harry dejó que la música despejara sus pensamientos mientras corría por la máquina de ejercicios, como siempre se encontraba solo en casa, nadie a quien saludar por las mañanas, nadie con quien charlar. Resoplando exhausto, se quitó el sudor con la manga de la sudadera y bajándose de la máquina, abandonó el gimnasio cruzando por los espaciosos y solitarios salones de su casa.

Un nuevo mensaje entró en su celular, había perdido la cuenta de cuántos le habían llegado durante la mañana y se había reusado a leer. Desbloqueando finalmente el aparato, se encontró con el nombre de varias personas conocidas, pero un mensaje en especial captó su atención.

"Esta mañana llegaron parte de los materiales que seleccionamos, si quieres revisarlos estaré trabajando en la casa. -Louis"

Harry leyó las palabras con lentitud, haciendo cada una de ellas las más perdurables posibles. Incluso parado ahí podía visualizar en su cabeza la sonrisa del diseñador al momento de escribirlas.

Esta no era la primera vez que se escribían, en realidad lo habían hecho un par de veces en la semana.

Encontrándose sonriendo de repente, suspiró y se fue al cuarto con un pensamiento en la cabeza. Necesitaba salir de esa casa solitaria.

Una hora más tarde, Harry se encontró bajándose del vehículo con su atuendo cotidiano de día sábado sin trabajo. Guardando las llaves dentro del bolsillo de su pantalón negro ajustado, caminó por el jardín delantero de la nueva casa hasta entrar en el lugar, un conjunto de hombres se movían dentro de la sala cargando una infinidad de cajas. Caminando y recorriendo con los ojos el vacío lugar, Harry buscó al hombre conocido y lo halló finalmente en una de las salas, estaba de espaladas a él con el teléfono en su oído y moviendo sus manos exasperadamente. Hoy no vestía su traje formal, pero estaba igual de implacable que siempre, incluso si solo llevaba un atuendo deportivo, sus pantalones grises adidas moldeaban a la perfección sus glúteos y piernas.

Apartando rápidamente los ojos de donde no debí mirar, sigilosamente se acercó al diseñador por miedo a espantarlo e interrumpir su conversación.

"Escuche, esta no fue la orden que pedí..."

Harry lo oyó chillar con esa voz particular que lo distinguía.

"Faltaron seis cajas de cerámicas... sí... no, necesito que las envíen ahora mismo... bien. Adiós". Un fuerte gruñido se propagó de aquella boca.

"¿Todo bien?". Decidió por fin preguntar.

Louis dio un pequeño brinquito sobre sus pies antes de darse vuelta y mirarlo con unos azules saltones.

"Harry..."

"Ese soy yo". Dijo con una pequeña sonrisa. "¿Está todo bien?". Cuestionó al notar el rojizo en sus pómulos.

Louis suspiró bajando los hombros tensos. "He tenido una mañana horrible"

"¿Qué pasó? si puedo saber...". Acortó la distancia que los separaba y el aroma particularmente dulce inundó sus sentidos.

Louis suspiró. "Me llamaron para informarme que estarían los materiales listos esta mañana, llegué aquí y me encontré con el desastre de que no llegó todo lo que ordené, ahora mis hombres están disgustados porque no pueden trabajar como corresponde y....

"Heey". Harry lo detuvo antes de que pudiera darle un colapso de nervios. "Tranquilo". En un acto imprevisto, elevó su mano y le tocó el hombro. "Respira"

UN DISEÑADOR PARTICULAR [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora