Todo su cuerpo se sentía pesado, y pese a que no estaba durmiendo, le era imposible abrir los ojos. Cada gota que caía sobre su rostro era un alivio, pues le hacía aferrarse a la idea de que seguía un poco consciente, hasta que en un determinado momento, dejó de sentirlas.
—Chat Noir... Chat Noir...— escuchó que lo llamaban desde muy lejos.
Haciendo un gran esfuerzo logró abrir sus ojos, topándose con una gentil y celeste mirada llena de preocupación. Sintió una de las manos de la joven moviendo suavemente su hombro intentando devolverlo a la realidad, a la vez que se dio cuenta de que su cabeza estaba apoyada en sus piernas.
Lentamente el felino logró sentarse y mirar frente a frente a Marinette. No tenía idea de cómo había terminado ahí, con suerte tenía un par de imágenes de una batalla antes de comenzar a perder la memoria. La cabeza le dolía de forma indescriptible, pero al menos la presencia de ella le hacía sentir una extraña calma.
Hawk Moth, el Maestro, tenía la sensación de haberlos visto hace poco tiempo, pero no sabía dónde ni cuándo, así como tampoco entendía qué hacía ahí.
—¿Estás bien?— preguntó la joven —¿Cómo están tus sentidos? ¿Sabes quién eres?
—Sí, lo sé— respondió el rubio con firmeza —Mi nombre es...
No habían pasado muchos días desde que ese traje negro y ese bastón que aún sostenía en su mano eran parte de él, sin embargo ya era suficiente tiempo como para entender lo peligroso que era revelar su identidad.
—Chat Noir, seguramente has oído hablar de mí— dijo finalmente recuperando el tono de su voz y parte de su carisma —Gracias por devolverme a la tierra, pero creo que es peligroso seguir aquí, ¡hasta luego!
Dejando a Marinette con un montón de preguntas que se le vinieron a la mente entre los labios, se levantó y se fue impulsado por su bastón. Y no precisamente porque le tuviese miedo al peligro, sino porque los latidos de su corazón se sentían fuera de lo común permaneciendo allí. Avanzó lo suficiente hasta entrar por la ventana de una gran mansión blanca, y finalmente pudo cancelar su transformación.
—Estoy exhausto— declaró una pequeña criatura negra, cayendo entre sus manos —¿Cómo estás? ¿Recuerdas algo de lo que pasó?
—No, y no creo que sea momento de forzar mi mente para hacerlo. Esto de ser héroe es una catástrofe— respondió Adrien, acostándose en su cama tras un suspiro —Mañana es mi primer día de clases y debería descansar.
Siguiendo el pensamiento de Adrien, la criatura también se acercó a la cama. El joven nunca antes había pisado una preparatoria, después de años de educarse en casa, finalmente sabría lo era ir a clases y tener amigos. Antes de dormirse, el rostro de esa amable chica de cabello azabache se cruzó por su mente y le hizo esbozar una pequeña sonrisa de la que no fue consciente, incluso mermó su nerviosismo.
En otra parte de la ciudad, Marinette acababa de llegar a su habitación tras entregar los ingredientes que le había encargado su madre. Vaya día. No valía la pena cuestionarse nada de lo ocurrido, y en especial no quería recordar nada de lo que sintió al estar al lado de ese héroe; la mejor opción parecía ser dormir y olvidarse de todo.
A la mañana siguiente, la azabache despertó con alegría derivada de un buen presentimiento. Tras arreglarse para ir a la preparatoria, bastó con que saliera de su casa para encontrarse con la primera sorpresa del día.
—¡Luka!— exclamó hasta llegar a él y darle un tierno abrazo —Te he estado extrañando un montón.
Igual de contento, el joven se disculpó por su ausencia. Mientras Marinette iba en su penúltimo año de preparatoria, él había entrado a su primer año en la universidad, lo que le mantenía bastante ocupado.
—Cancelaron la única clase que tenía hoy, así que mi guitarra yo tenemos una propuesta...— dijo él mientras acariciaba su mejilla —¿Te parece olvidarte de todo por un día y quedarte conmigo?
Aunque Marinette era consciente de que saltarse las clases no era algo bueno, cada minuto junto a Luka le parecía invaluable, más cuando su tiempo juntos se había vuelto limitado. No era propio de ninguno de los dos, pero qué más daba. Tras pensarlo por un segundo, tomó la mano que él le había extendido y juntos empezaron a caminar entre risas en dirección contraria al Françoise Dupont.
En tanto, en el salón de clases, la mayoría de los alumnos se encontraban sentados esperando recibir a sus dos nuevos compañeros, mientras escondían un pequeño regalo bajo sus bancos.
—No suelo dejar que los nervios se apoderen de mí, pero hoy...— susurró una joven de cabello azul bajándose de un auto.
—Te entiendo a la perfección, Kagami— respondió Adrien —Pero estamos juntos, eso es un gran alivio.
Dedicándole una pequeña sonrisa tras asentir con la cabeza, la joven sintió como Adrien entrelazó los dedos de su mano con los suyos, tiernamente.
—Vamos— dijo ella, empezando a avanzar a su lado.
![](https://img.wattpad.com/cover/70806219-288-k232106.jpg)
ESTÁS LEYENDO
No importa cuándo [MLB]
FanfictionFanfic Miraculous Ladybug. ¿Y si ese día Marinette no hubiese recibido ningún miraculous? Chat Noir, el reconocido y único héroe de París definitivamente no había sido diseñado para combatir el mal solo, o al menos eso era lo que él pensaba desde qu...