Miedos; Frabby (Fred x Abby)

Enfrentando Mis Miedos PARTE 1

Después de aquella larga y ajetreada aventura y de que Mai y Puppet se hayan retirado de la biblioteca, el dúo de chicas se acompaño para ir por sus cosas hacia sus correspondientes casilleros. Ambas se encaminaron hasta llegar y una vez que terminaron se separaron, pues cada una tenían clases distintas. A Abby le tocaba la clase de matemáticas y a Lily la de química.

Matemáticas; la clase que peor se le daba a la pelirroja. Sin duda no es de sus clases favoritas, ¿por qué la necesidad de poner tantas letras entre los números? ¡No lo entendía! Era una completa pesadilla.

Y más por encima que le tocaba esa clase junto con los estúpidos de sus bravucones. Esos chicos que siempre la andan molestando todo el día.

Ella sabía bien que Ennard y Luna no se quedarían con las manos vacías desde que lograron escapar la anterior vez.

Tenía miedo de entrar a esa clase.

Hasta incluso se tenía en la mente querer omitir la clase para evitar tener más abusos.

Sabía que ellos la estarían esperando lo más que fuese desde la puerta de aquella aula.

Con completos nervios y con todo el miedo del mundo optó por asomarse a través de la pared para revisar que nadie estuviera ahí.

Tuvo suerte, no había nadie ahí. Al menos eso se observaba a simple vista.

Aquella chica soltó un leve suspiro para calmar sus tan esperados nervios y se adentro a lo que fuese. Se encaminó hacia el salón mostrando un poco de inseguridad en su mirada.

Cómo era de esperarse, todos la estaban observando mientras caminaba hacia su pupitre. Claramente la chica se incómodo un poco, así que para calmarse optó por ponerse sus audífonos y escuchar un poco de música para mantenerse distraída de todas esas incómodas miradas.

Colocó sus útiles en su pupitre; lapiceros, libreta y libro, los cuáles tenía en mano.

La jóven de rizos rojos estaba a punto de sentarse en su lugar, pero sin embargo, Luna la interrumpio interponiendose en su camino.

Parece que su mala suerte le tuvo una mala jugada otra vez.

Nuevamente venían a molestarle.

—¿Qué se te ofrece, Abby? —Le habló sarcástica la chica de cabellos color melocotón.

La fujoshi soltó un suspiro a lo bajo.
—Un poco de tranquilidad, Luna —contestó sin muchas ganas—. ¿Qué obtienes con tal de molestarle a alguien el día? ¿Eh?

—¿Qué harás al respecto? —Luna comenzó a caminar a pasos lentos para acorralar a su enemiga— No me digas que te irás otra vez corriendo cómo una cobarde llorona —burló.

—Y-yo... —Los nervios de la jóven empezaban a traicionarla otra vez. Sin darse cuenta estaba retrocediendo cayendo en la trampa de Luna— N-no quiero tener problemas contigo —habló en un tono asustadizo—. Y-yo sólo vine a hacer mis trabajos.

—¡¿Cómo que no quieres tener problemas?! ¡Pues los tendrás! —exaltó con tal de intimidarla—. Y es lo mejor porque no puedes hacer nada al respecto. ¡Eres una cobarde sin remedio!

Abby había retrocedido lo suficiente cómo para quedar acorrala por la pared.
—T-te equivocas —negó.

—Si no eres tan cobarde cómo dices, ¡Demuestralo! —La bravucona la empujó contra la pared y se separó dejándole espacio— ¿O será que quieres escuchar otra vez la historia de tu padre? —abrió los ojos fingiendo sorpresa.

Abby agachó la mirada apretando sus puños.
—Es normal tener miedo, sólo busca el valor —susurró para sí misma—. Tener miedo no nos hace cobardes —suspiro profundamente y optó por levantar su mirada tratando de guardar la calma.